Servicio

Jesús vivió una religión de servicio. (5:4:7)

Hemos buscado en El libro de Urantia la palabra servicio. Como sabemos, El libro de Urantia consta de 2.097 páginas, y en ellas la palabra servicio aparece 644 veces, una media de una vez cada 3,25 páginas. En casi todos los contextos, se trata de un servicio amoroso.

El trabajo en equipo, la alegría de trabajar con nuestros amigos conscientes de Dios, en tándem con nuestros amigos espirituales, es el motivo por el que servimos. El motivo para servir es uniforme, pero nos llama de diversas maneras y a diferentes tareas.

¿Anhela tu alma el servicio? Las oportunidades de servir a la revelación son abundantes. Están a nuestro alrededor; en ese encuentro casual, siendo audaces en entornos sociales individualistas (como poner una mesa en el mercado de agricultores), inscribiéndose en el buscador de grupos de estudio para ofrecerse como anfitrión de grupo, ofreciéndose como voluntario para ayudar a los anfitriones de una conferencia o acto especial, comprometiendo sus talentos o su cargo con una asociación local, regional o internacional, participando en debates virtuales como el Foro o Facebook, y ofreciendo ideas valiosas sobre cómo conectar con los lectores jóvenes.

La Asociación se beneficia de la participación activa de lectores «mayores» y «jóvenes». Nuestra presencia en la web pretende conectar a estudiantes de todo el movimiento Urantia, y aunque muchos nos estamos haciendo mayores, los que actualmente desempeñan funciones de liderazgo están muy interesados en servir de mentores a aquellos que están siendo empujados por sus ángeles, llamados a compartir la buena nueva más inspiradora jamás compartida: «Dios es nuestro Padre amoroso, todos somos una familia». Tenemos fe en que esta misión, al servicio de una revelación de época única para un mundo único, atraerá siempre a verdaderas personas religiosas, jóvenes y mayores. Hemos avanzado mucho en la expansión de nuestra Asociación por todo el mundo; como equipo mundial de líderes, estamos sentando las bases para seguir difundiendo la buena nueva a las generaciones futuras. ¡No entierren sus talentos!

Lo que hemos aprendido sobre el servicio es que nos guía el espíritu pero depende de nosotros actuar, y en ese acto experimentamos el amor, la verdad, la belleza y la bondad, así como una mejor comprensión de las enseñanzas de Jesús. Experimentamos ese privilegio divino, el don de servir a Dios.

¿De qué manera se sienten guiados a servir? Por favor, tiendan la mano, actúen y reciban abundantes bendiciones.