XVIII Encuentro de lectores del libro en España

La vida interior

El XVIII Encuentro de lectores españoles comenzó el jueves 25 de abril por la tarde en el Hotel Estival Torrequebrada, un hotel en primera línea de mar en Benalmádena, Costa del Sol (Málaga, España). Asistieron unas 45 personas procedentes de todos los rincones del país y también del extranjero: Alemania, Finlandia, Holanda, Israel, Portugal y Suiza. Entre ellos se encontraban Antonio Schefer, presidente del comité de Conferencias de la Asociación Urantia Internacional (AUI), y Sebastián Nozzi, coordinador continental europeo de la AUI. ¡Muchas gracias a todos por asistir!

En esta ocasión, y de acuerdo con el tema general que propone la AUI para las conferencias de las asociaciones Urantia para estos años, «Vivir las enseñanzas», se trató sobre la vida interior, y más concretamente sobre cómo desarrollarla en cuatro aspectos:

  1. Hacia dentro.
  2. Hacia arriba.
  3. Hacia Dios.
  4. Hacia fuera.

El primer día dimos cabida a otras presentaciones que no estaban relacionadas con el tema general del Encuentro. En primer lugar, y para continuar con el ciclo de presentaciones que comenzamos hace ya tres encuentros relacionadas con la historia del movimiento Urantia, Eduardo Altuzarra dio una presentación sobre la historia del movimiento Urantia en nuestro país, más concretamente sobre la figura de Pedro Valverde Tort, ingeniero civil y buscador de la verdad que fue de los primeros que introdujo El libro de Urantia en España.

A continuación, Olga López hizo un homenaje a Richard Keeler, que se graduó a los mundos mansión en enero de este año y que tuvo unos vínculos importantes con España, con las traducciones en general y con la traducción al español en particular.

La siguiente presentación del día fue de Carmelo Martínez, que hizo un repaso sobre los lugares donde Jesús pasó sus últimas horas y comparó la información contenida en El libro de Urantia con la Jerusalén actual. Se centró principalmente en el Gólgota y la tumba del jardín, donde reposaron los restos de Jesús hasta su resurrección.

Después de la cena, y como incorporación de última hora, Rafael Mondéjar, lector español residente en Colombia, nos dio una presentación sobre «La fraternidad espiritual de los hijos de Dios» en las que transmitió la importancia que este concepto tiene para aplicar las enseñanzas del libro en nuestro entorno y hacer realidad el reino de los cielos aquí en Urantia.

Al día siguiente comenzamos el día con la proyección de una película-documental muy relacionada con el tema del Encuentro: El cambio (The Shift), de Wayne Dyer. Después de una breve puesta en común pasamos a tratar los cuatro aspectos de la vida interior de la siguiente forma: una persona daba una presentación de veinte minutos y después los asistentes se organizaban en grupos. Los asistentes estaban asignados a un grupo y se les daba un conjunto de preguntas sobre el que tratar. Cada grupo tenía un moderador-facilitador y estaban organizados de manera que fuera un grupo lo más diverso posible (mujeres y hombres, lectores expertos y noveles), con la finalidad de que los miembros se conocieran mejor y se sintieran cómodos compartiendo sus puntos de vista. Tras el trabajo en grupo se pasaba a una puesta en común para compartir lo que habían tratado.

Estos fueron los presentadores para cada uno de los subtemas:

La vida interior: hacia dentro: María José Sánchez. Nos invitó a considerar tres ejemplos de parejas que aparecen en el libro: Andón y Fonta, Adán y Eva, y José y María, y nos hizo reflexionar sobre los desafíos a los que se enfrentaron y cómo los superaron.

La vida interior: hacia arriba: Ana María García. En su presentación nos invitó a plantearnos cuál era nuestro nivel de desarrollo espiritual respondiendo a un sencillo test. También hubo otras preguntas relacionadas con el aspecto de la vida interior, que se trataron en el posterior trabajo en grupos.

La vida interior: hacia Dios: Olga López. Se centró en las inevitabilidades como manera de progresar por los mundos del tiempo y el espacio y en el comienzo de la vida moroncial, donde la posibilidad del mal y los venenos físicos y mentales son escollos que debemos salvar para progresar espiritualmente. En el trabajo en grupo nos centramos en esos obstáculos para el desarrollo espiritual y en cuál es nuestra manera de superarlos.

La vida interior: hacia fuera: Santiago Rodríguez. En su presentación se hizo especial hincapié en el servicio como clave para proyectar hacia fuera nuestra vida interior. Una vida interior rica y dominada por la espiritualidad no puede quedarse dentro de nosotros sino que debe volcarse hacia fuera en ayudar a nuestros semejantes. En el trabajo posterior en grupo se profundizó un poco más sobre ese particular.

El viernes por la tarde tuvimos un taller especial llamado El juego de los valores: separados en los mismos grupos de las presentaciones de la vida interior, cada grupo tenía una baraja con 52 cartas. En cada una de las cartas aparecía un valor y un breve texto sobre él. Cada uno de los miembros del grupo tomaba una de las cartas al azar y compartía con los demás lo que le sugería ese valor: si era algo que necesitaba mejorar, qué experiencias había tenido relacionadas con dicho valor (o con su ausencia), y en general cualquier idea que estuviera relacionada. He aquí una breve muestra de los valores que se trataron: el desapego, el perdón, el optimismo, la compasión y el sentido del humor. Fue otra buena ocasión para profundizar en la camaradería.

Ese mismo día después de la cena jugamos al juego de mesa La carrera a Nebadón. Creamos seis grupos, identificados según las seis razas de color y fuimos avanzando por las casillas del tablero hasta que el grupo ganador llegó a Salvington, la meta final. Como el año anterior, las risas y el buen humor fueron más importantes que el juego en sí, en el que el único premio fue la satisfacción personal.

El sábado por la tarde se reservó para socializar. Tomamos un autobús y fuimos a Málaga, una de las ciudades más importantes de la zona. Después de disfrutar de las hermosas vistas de Málaga desde Gibralfaro, en la parte alta de la ciudad, dimos un paseo por el centro y acabamos en El Tintero, un famoso restaurante de la ciudad situado junto a la playa. Esto añadió un plus de diversión a un ambiente de fraternidad y camaradería que todos anhelamos experimentar durante los Encuentros.

El domingo por la mañana nos dijimos adiós, pero antes de eso tuvimos tiempo para tratar los asuntos organizativos de la asociación y para preguntar a los asistentes sobre sus impresiones del Encuentro. Queremos dar las gracias al grupo de estudio de Málaga por el gran trabajo que hicieron con el hotel y la excursión a Málaga.

En servicio.
Olga