Testimonio de un grupo de estudio

(Nota de la redacción: Esto se escribió como respuesta a un nuevo asistente a un grupo de estudio que quería un grupo en Nueva Zelanda para estudiar otras obras espirituales además de El libro de Urantia)

He examinado las opiniones de otros miembros de nuestro grupo, incluidos aquellos que no asistieron a la reunión del martes. La abrumadora respuesta expresada fue que el propósito de nuestra reunión virtual es sencillamente estudiar El libro de Urantia. Ese es nuestro propósito y nuestra raison d’être. Para nosotros significa que hacemos turnos para elegir los documentos y luego leemos y conversamos sobre lo que hemos leído. Durante la conversación todos tenemos la oportunidad de compartir esos pasajes concretos que han impactado en nuestra vida, hablamos sobre nuestra interpretación de un pasaje y hacemos referencia a otras partes del libro que dan profundidad a nuestra comprensión.

Personalmente hablando, a lo largo de los años he encontrado que no importa cuántas veces haya leído el libro, siempre encuentro cosas que no comprendía antes, cosas que he olvidado o que he reforzado, así que para mí leer es una misión continua y una aventura placentera. Siento que alimentar mi intelecto ensalza mi búsqueda espiritual así como la comprensión de las maneras de actuar del mundo y sus gentes.

Todos los días recibo los «Pensamientos para reflexionar» de la Fundación Urantia, y este del miércoles me pareció relevante respecto a por qué estudiamos El libro de Urantia en nuestras reuniones virtuales y presenciales: 

Las cosas están condicionadas por el tiempo, pero la verdad está fuera del tiempo. Cuanta más verdad conocéis, más verdad sois, más cosas podéis entender del pasado y comprender del futuro. [Documento 118:3.2, página 1297.3]

Creo que mi crecimiento espiritual personal depende de las elecciones que hago, cada minuto de cada día. Siento que todas las interacciones con otros seres humanos, ya sean familiares, amigos o extraños, me dan la oportunidad de hacer la voluntad de Dios si me abro a las indicaciones del Ajustador del Pensamiento. Puedo no hacer caso a una petición de ayuda o reaccionar de manera poco positiva ante alguien, o puedo escuchar mi voz interior que confirma mi idea de ayudar, escuchar o reaccionar de manera positiva. Cuando elijo hacer lo correcto sé que estoy sirviendo a Dios, y poco a poco creceré espiritualmente. Estaría afirmando lo obvio si digo que me queda un camino muy, muy largo…