Mensaje del presidente – septiembre 2016

Chris-Wood-framedÚltimamente he estado pensando en los noditas y los amadonitas. Los noditas descendían del grupo rebelde de dalamatianos, mientras que los amadonitas descendían de los dalamatianos leales. En realidad, eran primos. Pero la animosidad entre los dos grupos fue pasando de generación en generación mucho después de la ruptura original. Se nos dice que:

Existía una enemistad tradicional entre los noditas y los amadonitas. Este odio hereditario afloraba constantemente cada vez que los descendientes de estos dos grupos intentaban participar en alguna empresa común. Incluso más tarde, les resultó extremadamente difícil trabajar juntos en paz en los asuntos del Edén. [Documento 73:1.4, página 822.1]

¡Eso es más de 160.000 años de conflicto! ¿Se lo pueden imaginar? A ver, tengo cinco hermanos, así que puedo imaginarme 60 ó 70 años de animosidad, ¿pero 160.000 años?

Esta capacidad de guardar rencor y pasarlo a la generación siguiente está dentro de todos nosotros. Es parte de nuestra herencia como seres humanos. A propósito de los primeros clanes andonitas, se nos dice que:

Sólo había dos cosas que llegaron a ocupar la mente de estos pueblos: cazar para obtener comida y combatir para vengarse de alguna injusticia o de algún insulto, real o supuesto, cometido por las tribus vecinas. [Documento 63:4.7, página 714.5]

Mi esposa y yo dimos una presentación una vez sobre nuestros pensamientos acerca de ser padres en la comunidad Urantia y dijimos que una de nuestras metas como padres es criar a nuestros hijos con menos lastre cultural del que heredamos. Es más fácil adoptarlo como teoría que ponerlo en práctica.

A los niños sólo les impresiona de manera permanente la lealtad de sus compañeros adultos; los preceptos, e incluso el ejemplo, no les influye de manera duradera. [Documento 100:1.4, página 1094.6]

¿Cuántas de mis lealtades están dedicadas a guardar desprecios y rencores personales?

Siempre que mis pensamientos se dirigen a los noditas y amadonitas y a nuestra herencia animal, acabo por reflexionar acerca de Jesús y sus enseñanzas. ¿Qué habría cambiado, cómo habría diferido su misión si no hubiera tenido que pasar tanto tiempo enseñando habilidades básicas para perdonar? ¿Qué nuevos niveles de enseñanza podría haber impartido? Por supuesto, si no estuviéramos tan atrasados no habríamos sido elegidos para su otorgamiento. Pero luego pienso en El libro de Urantia y me doy cuenta de que ahora tenemos muchas de esas enseñanzas continuadas de Jesús y esos nuevos niveles de comprensión. Y por esa razón es tan importante ir haciendo elecciones hacia la inclusión y alejadas del rencor. Podemos decir «lo correcto» en público, pero si en casa mostramos nuestros rencores verdaderos, nuestros hijos absorberán este comportamiento y lo pasarán a la siguiente generación. Debemos mostrar que nuestras lealtades están verdaderamente con nuestros ángeles.

Todos los años tenemos muchas oportunidades de reunirnos con otros estudiantes de El libro de Urantia y aprender lo fácil que es amar a una persona nueva cada día. Si se perdieron la conferencia de San Antonio, hay conferencias en Tasmania, Budapest y Bogotá justo a la vuelta de la esquina, por no mencionar sus eventos locales y nacionales y sus grupos de estudio. ¡Reunámonos y celebremos lo lejos que hemos llegado, y maravillémonos por todo lo que nos queda!

En servicio.
Chris Wood
Presidente