Mensaje del presidente – marzo 2020

Un Mensajero Solitario nos dice que:

Hacer la voluntad de Dios es ni más ni menos que una manifestación de la buena voluntad de la criatura por compartir su vida interior con Dios [Documento 111:5.1, página 1221.2, negrita añadida]

En ese sentido, me gustaría compartir una breve historia sobre mi vida.

Mis tareas en la asociación ha ido en paralelo con mis tareas como padre. Respondo a muchas preguntas de padres que han criado niños con El libro de Urantia. Mi prioridad es que mis hijos no crezcan resentidos con la comunidad Urantia por arrebatarles la atención de su padre. He intentado durante siete años aplicar muchos de los enfoques de Jesús cuando se trata de esas dos responsabilidades. En el documento 138 nos dicen que Jesús «… interrumpía una importante conferencia con sus apóstoles para fraternizar con un niño inoportuno» [138:8.9]. Intento asegurarme de que los niños se sientan cómodos si interrumpen una videoconferencia en la que estoy participando. También nos dicen que, de niño, Jesús «… acumuló un enorme conjunto de conocimientos; cuando joven ordenó, clasificó y correlacionó esta información…» [127:6.14]. Por eso mi esposa y yo intentamos dar conocimientos a nuestros hijos siempre que surge la oportunidad, con la esperanza de que puedan organizar esos conocimientos en una verdadera filosofía de vida cuando crezcan.

Un sábado de hace unas semanas tenía el día libre. Era mi cumpleaños y por la noche había un partido eliminatorio de fútbol americano. Como era mi día y normalmente no puedo ver esos partidos, decidí que ese sería nuestro plan para esa noche. Por la tarde mi esposa, mis hijos y yo comimos con una pareja de estudiantes de El libro de Urantia. La charla derivó espontáneamente hacia el libro durante la mayor parte de la comida mientras los niños comían sentados en silencio, pero resultó que estaban escuchando y absorbiendo la conversación de los adultos. Aquella noche, cuando nos reunimos para ver el partido, los niños empezaron a hablar y a hacer una pregunta tras otra sobre ciencia, religión y Urantia, e incluso idearon un sistema complicado entre ellos sobre a quién le tocaba hacer una pregunta y cómo una pregunta afectaba a quién le tocaba el turno, de modo que se convirtió en una noche completa. Fue un regalo de cumpleaños espontáneo. Nos perdimos el partido.

Si quieren unirse a mi familia y conversar sobre asuntos de Urantia, estaremos en la Urantia Global Experience de Vancouver este verano.

En servicio.
Chris Wood
Presidente de la Asociación Urantia Internacional