Mensaje del presidente – junio 2021

En abril de 2021 comencé con mucha alegría mi actividad como presidente de la Asociación Urantia Internacional, el comienzo de una experiencia increíble, llena de desafíos y oportunidades.

La exigente misión de la asociación de difundir las enseñanzas de El libro de Urantia a personas de diferentes culturas e idiomas de todo el mundo crea un entorno de aprendizaje increíble. ¡Es una bendición ser parte de esto!

Es imposible vivir tales experiencias sin adoptar las sabias enseñanzas de la revelación ni percibir la belleza, la verdad y la bondad presentes en todas las situaciones que encontramos en el camino.

Por supuesto, se trata de la perspectiva que aplicamos en cada una de estas situaciones.

Es como una tormenta. Cuando nos encontramos en medio de una y buscamos refugio asustados por el viento, los relámpagos y los truenos, todo parece amenazante o aterrador, y de hecho puede serlo.

Pero es una cuestión de mirar, de percepción, a veces de confianza y fe.

Por otro lado, imagínense mirando la tormenta desde fuera, a distancia. Es imposible no maravillarse ante el espectáculo y la fuerza de la naturaleza con su cruda manifestación de energía. Aun así, podrían percibirla como lo haría un observador de la belleza de la naturaleza o de su fuerza destructiva, incluso todo eso junto y mucho más.

Siempre es una cuestión de mirar, de percepción, de fe.

La confianza nos dice que la tormenta terminará pronto y que su inestabilidad y amenaza serán reemplazadas por un período de calma y paz. La confianza también asume que los daños se repararán y el sufrimiento se olvidará; aun así, no dejará de tener en cuenta los efectos de la tormenta y suscitará preocupaciones alarmantes.

Siempre es una cuestión de mirar, de percepción, de fe.

Sin embargo, la fe nos brinda la certeza de que los desafíos son pasajeros y basamos nuestro aprendizaje y sabiduría en ellos. Nos asegurará que, pase lo que pase, todo irá bien. Si lo deseamos, las manos de Dios nos seguirán apoyando. Él estará con nosotros en todas nuestras alegrías y aflicciones y juntos, con suerte, llegaremos a un puerto seguro.

Siempre es una cuestión de mirar, de percepción, de fe.

Dios es nuestro puerto seguro. Estamos en él o no. Tenemos fe o no. Si tenemos fe, hemos llegado a puerto seguro: estamos en él.

La fe no eliminará los desafíos que debemos superar, pero nos permitirá superarlos con más amor, serenidad y sabiduría, y con la confianza de que todo saldrá bien.

Han pasado cosas maravillosas en estos días de aprendizaje, y todas nos inspiran a crear oportunidades para lograr la unidad, la fraternidad, la amistad y la inclusión.

Interactuar con las personas es mágico, es divino.

Es cuestión de mirar, de percepción, de fe.

Jesús nos dijo:

«Lo que yo os pido, a mis apóstoles, es la unidad espiritual — y eso lo podéis experimentar en la alegría de vuestra dedicación unida a hacer de todo corazón la voluntad de mi Padre que está en los cielos. No necesitáis tener el mismo punto de vista, sentir de la misma manera o ni siquiera pensar de la misma manera, para ser iguales espiritualmente. La unidad espiritual procede de la conciencia de que cada uno de vosotros está habitado, y cada vez más gobernado, por el don espiritual del Padre celestial. Vuestra armonía apostólica debe originarse en el hecho de que la esperanza espiritual de cada uno de vosotros es idéntica en su origen, naturaleza y destino.» [Documento 141:5.1, página 1591.6]

Es cuestión de mirar, de percepción, de fe.

¿No es mágico, bello, verdadero y bueno?

Enrique Traver
Presidente de la Asociación Urantia Internacional