Jim ha sido un «soplo de aire fresco», la joya inesperada entre todos los grandes reclusos (185) de los que he tenido noticias en los últimos años.
Tuve noticias de Jim por primera vez a principios de 2021. Ya llevaba más de un año trabajando con el Equipo de Respuesta a Peticiones de Reclusos (PIRT por sus siglas en inglés) y había leído muchas cartas agradables que solicitaban una copia gratuita de El libro de Urantia junto con algunos testimonios, pero había algo especial en su carta…
Como quizá sepan, el equipo PIRT se comunica con los reclusos utilizando un alias; Jim y los demás me conocen como un compañero llamado Evan Todd. Tengo que decir que, desde que empecé a recibir cartas a finales de 2018, nunca he recibido una carta que fuera grosera o vulgar (como en principio se podría suponer), así que el hecho de que un recluso destaque y se distinga entre todos los demás que se comportan como señores dice algo muy poderoso sobre Jim.
En primer lugar, no me pidió un libro: ya tenía uno y lo había leído completamente. He aquí algunos extractos de la primera carta que me envió:
«Querido amigo:
Llevo casi diez años bajo custodia del Departamento Correccional de Colorado, sin final a la vista, por delitos que no cometí. Comparto esto no para obtener apoyo físico, simpatía, lástima o incluso indignación moral hacia el sistema, sino más bien como base para que usted pueda echar un vistazo a un alma hambrienta.
Supe de El libro de Urantia hace unos ocho años. Tenía un compañero de celda que era incluso más legalista que la Iglesia de la que yo procedía. Lo era tanto que a menudo hablaba en inglés antiguo en una conversación normal en un intento de imitar la Biblia del rey Jacobo. En ese momento de mi vida intentaba calmar mi anhelo de comprensión, orientación, paz y libertad a través de Dios, aunque con un enfoque mucho menos legalista que el que había adoptado en el pasado. Él y yo nos enzarzábamos en acalorados debates, el último de los cuales terminó con su profecía de que yo estaría «eternamente atado a las llamas del Hades». Al día siguiente de esta predicción volvió de la biblioteca con una versión completamente indexada de El libro de Urantia. Inmediatamente nos sentimos intrigados y emocionados por lo que estábamos aprendiendo.
Nos turnábamos utilizando el índice para buscar «misterios» que la Biblia nos había dejado, y compartíamos entre nosotros lo que íbamos aprendiendo. Al día siguiente trasladaron a mi compañero de celda. No le he vuelto a ver desde entonces. Conseguí un ejemplar de El libro de Urantia (por desgracia, no indexado) y lo he estudiado casi a diario desde entonces.
No busco la verificación de la autenticidad del libro. El espíritu que hay dentro de mí da testimonio de esta revelación divina. Cada vez que hojeo los documentos adquiero una comprensión aún mayor que la anterior. El amor, los frutos del espíritu, la verdad, la belleza y la bondad del Padre, la paternidad de Dios y la hermandad de la humanidad se vuelven cada vez más claros, en especial cuando los comparto con los que me rodean. Sin embargo, me siento un poco abatido, ya que la mayoría de ellos parecen sentir mucha menos alegría y emoción que yo.
Estoy enormemente agradecido de poder disfrutar de la quinta revelación de época a la humanidad en Urantia. Sería negligente por mi parte si no pidiera más revelaciones que me guiaran en mi viaje hacia el Padre. Agradecería cualquier información, grupo o correspondencia relacionada con ello, así como cualquier orientación que pudiera proporcionarme.
En Su amor, James H.»
El conocimiento solo se posee si se comparte; la sabiduría lo salvaguarda y el amor lo socializa. (48:7.28, 557.12)
Le envié el curso de George Michelson-Dupont de la Escuela Internacional de El libro de Urantia (UBIS por sus siglas en inglés), y en la siguiente carta dirigida a mí, Jim escribió:
«Querido Evan:
Gracias por responder a mi carta de consulta sobre la Fundación Urantia. Me anima oír hablar de los esfuerzos por expandir el conocimiento y la comprensión del mundo de esta revelación de época. Como expliqué en mi carta anterior, «tropecé» con El libro de Urantia tras clamar a Dios en oración por una mayor comprensión, razón y propósito. Había estado estudiando la Biblia durante más de 30 años, había sido líder de una iglesia, y sin embargo tenía muchas preguntas que habían quedado sin respuesta hasta que leí este libro. La claridad y autoridad con que me habló dieron testimonio de su autenticidad y Verdad.
Es imposible guardar silencio sobre una revelación tan poderosa e impactante. Por ello, lo he compartido con muchas personas que conozco, tanto en la cárcel como en la calle. Mucha gente quiere y necesita este libro. Están hambrientas de él. Me encuentro aconsejando a muchos con la información y los consejos que yo mismo he obtenido del libro. Varios reclusos que conozco han comenzado su viaje personal. Muchos de ellos han recibido o están a punto de conseguir el libro, aunque los recursos son algo mínimos para nosotros.
Me ha gustado mucho la lección «La orden ineludible» que me ha enviado. Me pareció muy interesante ver la perspectiva de los demás. Agradezco y aprecio mucho esta y cualquier otra lección que pueda recibir. También le agradecería cualquier orientación que pudiera proporcionarme para ayudar a aquellos que son nuevos en el libro. Los folletos que envió con extractos seleccionados fueron muy bien recibidos. Si tiene más, podría utilizarlos para generar más entusiasmo. También he compartido mis fragmentos favoritos. Dígame si le interesa conocer alguno.
Le agradezco a usted y a otros que se ofrezcan como voluntarios y hagan donaciones, no solo a las prisiones, sino a todos los que en el mundo están realmente hambrientos de esta Verdad. Si soy capaz de probar mi inocencia por la gracia de Dios, ciertamente seré generoso con mi tiempo, dinero y recursos. Por desgracia, en este momento no puedo hacer donaciones. Al menos ahora veo un propósito: el crecimiento experiencial. Dios realmente me está bendiciendo a través de todo esto. Que Dios le bendiga, Evan. Gracias por su carta.
En Su amor, Jim H.»
Por entonces le contesté con un curso de la UBIS de Dorothy Elder, puesto que el primero lo disfrutó tanto…
En la tercera carta de Jim, que llegó con un poco de retraso, explicaba que había estado ocupado investigando y buscando vías legales a través de la biblioteca jurídica de la prisión para ayudar a su causa, lo que, según explicaba, era bastante agotador; además de experimentar problemas de alojamiento que le obligaban a ser trasladado de un centro a otro. No había tenido oportunidad de terminar el segundo curso de la UBIS, pero dijo que se hizo evidente que, a través de sus dificultades, Dios lo estaba bendiciendo… una nueva perspectiva que lo inspiró a compartir con otros, lo que dio como resultado su estimación de cinco libros solicitados en prisión y dos comprados en la calle.
Durante dos años he recibido hermosas tarjetas navideñas de Jim. Mis tarjetas se devolvieron debido a las normas de la prisión, así que este año enviamos una copia usada de la versión indexada para que Jim volviera a tenerla y se quedó extasiado al recibirla.
Jim mencionó haber estudiado muchas escrituras, incluyendo la Biblia como punto de partida, religiones orientales y un curso de Siddha Yoga, por nombrar algunas. Dijo que todos sus estudios le habían preparado para recibir la verdad de El libro de Urantia, «con mucho, la mayor fuente de Verdad que he encontrado en forma escrita». Me pidió que compartiera con todos los voluntarios del PIRT su gratitud por «su dedicación a un segmento de la sociedad que a menudo se pasa por alto, y son dignos de elogio».
Las reglas del PIRT requieren el uso de un alias. Por supuesto, nunca soñé cuando elegí mi alias que alguno de los reclusos estudiaría el libro tan a fondo o que alguna vez me escribiría lo suficiente como para captar el significado del alias que elegí para mi nombre después de Eventod, pero esto solo explica aún más lo especial y entregado a la revelación que es Jim; en una posdata escribió:
«Cuando vi su nombre por primera vez, me sonó familiar. Hace poco descubrí por qué. Ya lo había leído varias veces. ¿Es usted tocayo del quinto otorgamiento de nuestro ahora Soberano Miguel? 119:5.2»
Las normas del PIRT me obligaron a bromear sobre el nombre en mi siguiente carta y le expliqué que era la primera persona que había descubierto la conexión del nombre, lo que le valió un premio. Le envié un ejemplar de Estudio del universo maestro de Bill Sadler Jr. y otro curso de la UBIS que yo había impartido, «Los elementos esenciales de una religión personal poderosa».
Las siguientes cartas fueron un poco diferentes, ya que ambos estábamos experimentando el deterioro de la salud de nuestras madres al mismo tiempo. Intercambiamos algunas citas muy alentadoras y, cuando su madre ingresó en un centro de atención a la memoria y la mía falleció, creció un nivel de verdadera compasión que era único y que, de nuevo, hizo que Jim destacara por su reconocimiento de los retos a los que se enfrentan los demás, no solo los suyos propios. Se sintió bendecido por haber mantenido una buena conversación con su madre, que parecía feliz y bien cuidada. Su pesar por no poder cuidar él mismo de ella fue un reto especial que tuvo que soportar, y se mostró muy amable cuando se enteró de que mis dos padres habían fallecido en muy poco tiempo. Ambos pudimos sacar fuerzas de la promesa del libro de reunirnos algún día con nuestros padres.
En la carta más reciente de Jim, escribió:
«Querido Evan:
¡WOW! Primero envían una versión indexada de El libro de Urantia y ahora me sorprenden de nuevo con Estudio del universo maestro. Solo lo he hojeado hasta ahora, pero estoy muy intrigado. Al tener cierta formación musical, aprecio la metáfora de una sinfonía utilizada en el prólogo, aunque creo que El libro de Urantia ES una sinfonía real, no solo como una. En verdad los artesanos celestiales deben haber puesto alguna mano en estas grabaciones. Al igual que en una sinfonía terrestre, las ideas se introducen, se examinan, se apartan, se reintroducen y luego se amplían y evolucionan. El libro de Urantia ofrece belleza en los elementos de una historia. La rectitud toca los acordes armónicos de la verdad, y esta melodía vibra por todo el cosmos.
La comparación que se hace en el epílogo con «un romance, una historia de amor y aventura», es igualmente inspirada en su descripción de la quinta revelación de época a nuestro mundo. La verdad que expone y la bondad de su mensaje deben basarse en el AMOR del Padre Universal.
¿Quién sabe? Tal vez me estén entrenando para el cuerpo de reserva del destino. Estoy seguro, por supuesto, de que todos estamos siendo entrenados para un futuro eterno mucho más grande.
En Su amor, su amigo, Jim H.
¿Qué más puedo decir? ¡Qué profundo placer y privilegio ha sido haber sido asignado a este señor!