El Urantiatón artístico de 24 horas fue una experiencia nueva y fantástica para mí. Nuestra comunidad de lectores y estudiantes de El libro de Urantia se mezcló con muchos artistas consumados.
La inspiración de la revelación se manifestó en sus magníficas, creativas y hermosas obras, que incluían música, pinturas, arte digital, comedia y literatura. También compartimos algunas sublimes enseñanzas de Urantia porque, como dijo mi querida amiga Irma Aguilar: «La revelación transforma a los hombres».
Y es cierto: la revelación nos transforma al darnos una mayor consciencia cósmica y un conocimiento de la realidad universal. Cuando vivimos las enseñanzas divinas amando a Dios y a Jesús, nos transformamos espiritualmente.
Este Urantiatón fue un evento único. Creo que es de gran valor compartir el arte inspirado por la revelación. El amor por nuestro Padre y su verdad divina ha estimulado a muchos artistas a crear música, canciones, pinturas, literatura, vídeos, bellas imágenes y otras obras de arte que revelan la acción del espíritu interior en su belleza y armonía. La exhibición de este arte es una excelente manera de inspirar a nuestra comunidad de buscadores de la verdad para que busquen en su interior fuerza y valor en estos tiempos difíciles.
Vivir nuestra vida de forma elevada, inspirada y espiritualizada es también un arte. Por eso no podía faltar en este Urantiatón una de las enseñanzas esenciales de Jesús y de los reveladores: mejorar el arte de vivir creciendo en amor, bondad y sabiduría a través de la comunión adoradora.
Dijo Rodan de Alejandría:
Jesús nos ha enseñado que Dios vive en el hombre; entonces, ¿cómo podemos inducir al hombre a que libere estos poderes de la divinidad y de la infinidad que están ligados en su alma? ¿Cómo induciremos a los hombres a que dejen paso a Dios y Éste pueda brotar para refrescar nuestras propias almas mientras transita hacia el exterior, y luego sirva al propósito de iluminar, elevar y bendecir a otras innumerables almas? ¿De qué manera puedo despertar mejor estos poderes latentes para el bien que yace dormido en vuestra alma? [Documento 160:3.1, página 1777.2]
Jesús enseñó a sus seguidores:
La adoración hace al adorador cada vez más semejante al ser que adora. La adoración es una experiencia transformadora por medio de la cual el finito se acerca gradualmente a la presencia del Infinito, y finalmente la alcanza. [Documento 146:2.17, página 1641.1]
La oración, tal como se enseña en El libro de Urantia, tiene un efecto espiritualizador y ennoblecedor cada vez mayor en nosotros porque va acompañada de la adoración. Esta fase receptiva alimenta de forma ideal nuestra alma con los dones divinos . Esta fase receptiva, silenciosa y sin esfuerzo es la que nos lleva al contacto de la comunión adoradora con Dios, al Ajustador que está en nuestra superconsciencia.
El mandato supremo del Padre para nosotros, la expresión perfecta de la voluntad de Dios que resume todo el camino ascendente, es «Sed perfectos, como yo soy perfecto» [1:0.3]. Para llegar a ser perfectos como el Padre es perfecto necesitamos encontrarlo dentro de nosotros y esforzarnos por ser como él, transformando y vitalizando nuestra alma con el pan de vida (la verdad viva, la palabra eterna de Dios) y recibiendo el agua de vida del Espíritu de la Verdad que nutre y vivifica el alma, saciando nuestra sed espiritual.
Estas obras de arte y las enseñanzas divinas compartidas son un bálsamo para nuestra alma, y espero que hayan dado a los asistentes un impulso para adorar y sentirse inspirados para vivir cada vez más las enseñanzas divinas, para ser personas amorosas y espiritualizadas.
Gracias a todos los artistas que nos animaron e inspiraron con sus obras. Que nuestro Padre Celestial les bendiga abundantemente por su amor y generosidad.
Su hermana,
Jeannie Vázquez