Mensaje del presidente – septiembre 2022 

Enrique Traver

Queridos amigos:

Me impresiona saber que muchos estamos presentes y activos en grupos de estudio. Muchos de los que creen en la verdad de esta revelación han formado verdaderas asociaciones familiares que participan activamente en diversos proyectos de aprendizaje y difusión de las enseñanzas. Es maravilloso ver que todo esto está ocurriendo.

Muchos abrazamos el reto de servir a nuestro Padre y a los demás convirtiéndonos en trabajadores del reino de Dios. Los que aman la revelación de El libro de Urantia se acercan a este propósito con gran entusiasmo y verdadera devoción.

Cuando actuamos con entusiasmo para atraer más almas al reino de Dios, hay muchos enfoques diferentes. Pero independientemente del que utilicemos, en verdad queremos que todos sientan la misma atracción por la revelación que nosotros.

Sin embargo, he observado que algunos estamos convencidos de que «convertir» a nuestros semejantes a favor de esta revelación es una gran gracia y un precioso servicio a los demás y al Padre. A menudo pronunciamos discursos apasionados o nos desvivimos por construir argumentos para demostrar por qué los demás deben cambiar y cómo debe comportarse cada uno en el futuro cuando descubre El libro de Urantia. A veces, algunos nos quedamos atónitos cuando nos enfrentamos a situaciones causadas por estudiantes de El libro de Urantia que, según nuestro entendimiento, no deberían haber ocurrido o no son aceptables. En algunas situaciones, nuestro exceso de celo hacia los que no son estudiantes de las enseñanzas puede hacer que el encuentro se convierta en una discusión al intentar convencer a esa persona de que cambie.

Mis mensajeros no deben luchar con los hombres sino tratarlos a todos con dulzura. [Documento 140:6:9, pág. 1577.3]

Respetad siempre la personalidad del hombre. Una causa justa no se debe promover nunca por la fuerza. Las victorias espirituales solo se pueden ganar con poder espiritual… No se debe coaccionar a los hombres y mujeres a entrar en el reino con argumentos arrolladores ni a fuerza de superioridad mental. [Documento 159:3.2, pág. 1765.4]

Por supuesto, en este enfoque siempre tenemos las mejores intenciones. De hecho, dedicamos un gran esfuerzo y tenemos el entusiasmo y el deseo sin precedentes de que la gracia de la revelación transforme a todos los que nos rodean. Esperamos que los que buscan a Dios, en especial los que conocen la revelación, dediquen su vida de todo corazón a nuestro Padre. Por supuesto, esa transformación sería muy buena si no implicara el abandono de nuestras experiencias de crecimiento y mejora.

Cuando nuestro enfoque es excesivamente exigente, santurrón o crítico, interrumpimos nuestro servicio por amor mostrando falta de compasión, empatía y misericordia, no solo con nuestros hermanos y hermanas, sino también con nosotros mismos. Esto socava el potencial de los demás, así como su capacidad de crecimiento y éxito espiritual. Como consecuencia, los demás pueden tener dificultades para entender nuestro propósito y cuestionar no solo nuestro «apoyo» y «amistad», sino también las enseñanzas del libro. En lugar de atraer a los demás a la revelación, los alejamos.

Siempre podemos servir a Dios y a nuestros semejantes con entusiasmo y dedicación, pero nuestras posibilidades de éxito mejoran enormemente cuando nuestro enfoque es de amor, amistad y tolerancia. Como dijo Jesús:

En el reino de mi Padre no habrá ni judíos ni gentiles, sino solo los que buscan la perfección mediante el servicio, pues declaro que aquel que quiera ser grande en el reino de mi Padre debe convertirse primero en el servidor de todos. Si estáis dispuestos a servir a vuestros semejantes, os sentaréis conmigo en mi reino, al igual que yo me sentaré dentro de poco con mi Padre en su reino por haber servido a semejanza de criatura. [Documento 137:8.11, pág. 1536.8]

Sigamos trabajando con devoción y entusiasmo. Seamos pacientes, tolerantes y cariñosos.