Mensaje del presidente – septiembre 2017

¡Nunca ha habido momentos tan ajetreados y prouctivos para dar servicio a la Revelación Urantia!

El libro de Urantia nos dice que:

El servicio — el servicio resuelto, no la esclavitud — produce la satisfacción más elevada y expresa la dignidad más divina. El servicio — más servicio, servicio creciente, servicio difícil, servicio aventurero, y al final el servicio divino y perfecto — es la meta del tiempo y el destino del espacio. [Documento 28:6.17, página 316.4]  

Todo eso está muy bien y es genial, pero tengo un enjambre de avispas que se ha metido en las paredes de mi casa y están volando en masa por el despacho.  

Últimamente he dedicado una gran cantiad de tiempo a contemplar las «motivaciones». Mi esposa y yo daremos una breve charla sobre el concepto de servicio en una próxima conferencia, así que estamos leyendo sobre ello, tratándolo con otros y anotando ideas para reunirlas en una charla. Una de las definiciones que proporciona El libro de Urantia es que «servicio» es «amor cariñoso», lo que generalmente reformulo como «el servicio es amor puesto en acción». Y aunque estoy seguro de que haré una metáfora de esto en algún momento, estoy distraído porque tengo literalmente docenas de avispas zumbando en la ventana que intentan averiguar cómo escapar a través del cristal.

Hay disponible una abundante biblioteca de material sobre la teoría de las emociones pero, simplificando mucho el tema, las emociones evolucionan para ayudarnos a servir a nuestras luchas animales o instintos de vuelo. La alegría o el asco nos ayudan a alimentar nuestras decisiones de actuar: ¿me quedo o me voy? Si creen, como yo, que las personas son una combinación de lo animal y de lo divino, de lo material y de lo espiritual, poemos sostener que hay motivaciones divinas que sirven como equivalentes a las motivaciones emocionales animales. Que algo nos «guste» es una motivación animal, pero «amar» es una motivación divina. Cuando decimos que «Dios es amor», estamos diciendo «Dios es una motivación divina para actuar». Y cuano actuamos según motivaciones divinas, cuando creamos un «amor cariñoso», eso es servicio.

Mi esposa pisó antes una avispa. Estará bien, pero está haciendo verdaderamente que yo tenga más motivaciones para actuar.

Y aquí es donde entra la metáfora de la avispa. Me siento demasiado ocupado y distraído por las motivaciones terrenales para ser de servicio divino ahora mismo. Me recordaron la historia del buen samaritano. Tomen la perspectiva del samaritano: estaba de viaje por el camino un día cuando se encontró a un hombre herido y sintió el impulso de ayudar. El samaritano vendó al hombre herido lo mejor que pudo, lo llevó a una posada donde el samaritano dedicó ese día al buen servicio. Pero al día siguiente, nuestro samaritano debía marcharse. Tenía asuntos terrenales que atender y llevaba ya un día de retraso; no tenía más tiempo para estar de servicio. ¿Qué hizo entonces? Dio dinero al posadero para que continuara con el servicio divino, mientras el samaritano atendía sus asuntos terrenales.

Así que hoy tengo que atender mis necesidades materiales. Pero puedo contribuir con los buenos trabajos continuos del mundo proporcionando un día de ayuda económica. Y así sigue siendo verdad que ¡nunca ha habido unos momentos tan ajetreados y prouctivos para dar servicio a la Revelación Urantia!

En servicio.
Chris Wood