Los grupos de estudio como círculos de confianza

Les invito a que consideren los grupos de estudio como círculos de confianza.  Me familiaricé con el término «círculo de confianza» en 2004 cuando se publicó el libro de Parker Palmer, Una plenitud oculta.  Nuestra comunidad ha participado en varios retiros utilizando el conjunto de herramientas del círculo de confianza.  Parker Palmer procede de la tradición cuáquera y comparte en su libro muchas ideas de esa tradición, que coinciden con las enseñanzas de Jesús.  Cita a Rufus Jones, una de las fuentes humanas utilizadas en el desarrollo de El libro de Urantia, que escribe: «Pongo mis esperanzas en procesos silenciosos y pequeños círculos, en los que tienen lugar acontecimientos vitales y transformadores».  En la historia del desarrollo de El libro de Urantia hubo una comunicación conocida como el Mandato de Publicación que el Foro estudió muy de cerca y que afirma:

El libro se está dando a los que están listos para él mucho antes del día de su misión mundial. Miles de grupos de estudio deben ser creados y el libro debe ser traducido a muchos idiomas. Así el libro estará listo cuando la batalla por la libertad del hombre se haya ganado finalmente y el mundo sea una vez más seguro para la religión de Jesús y la libertad de la humanidad. [negrita añadida]

Esos miles de grupos de estudio tienen la oportunidad de ser no solo un lugar de apreciación intelectual de la revelación, sino que también tienen la oportunidad de ser un lugar «en el que tienen lugar acontecimientos vitales y transformadores». Nuestro propio grupo de estudio, el grupo de estudio The Meadows (Las Vegas) es un lugar así.  Comenzamos y terminamos cada reunión con unos minutos de silencio de adoración para invitar al alma a mostrarse de manera benéfica, para experimentar la paz que Jesús nos deja a cada uno.  En todo el grupo de estudio hay una cualidad de «mansedumbre», sensibilidad a la necesidad humana, una capacidad de «llorar», de mostrar vulnerabilidad cuando se comparte una historia profunda, y un sentido de misericordia y compasión cuando se comparten esas historias que permite que las almas sientan consuelo, camaradería y amistad.

De hecho, sugeriría que muchísimos más grupos de estudio llegarán a existir y a ayudar a preparar el camino para la revelación cuando se conviertan realmente en contenedores en los que puedan tener lugar «acontecimientos transformadores» que lleguen al alma.

Las siguientes «piedras angulares» son una adaptación de Touchstones for Circles of Trust (Piedras angulares para círculos de confianza) de Parker Palmer. Hay más información en su libro y en The Center for Courage and Renewal: www.couragerenewal.org. La metodología de Palmer proporciona un puerto seguro para el alma, que es tímida, y una base extremadamente importante para cualquier diálogo auténtico. Las piedras angulares son::

Extender y recibir la bienvenida. Las personas aprenden mejor en espacios hospitalarios. En el círculo de confianza, aprendemos a apoyarnos mutuamente en el aprendizaje dando y recibiendo hospitalidad y amistad sinceras.  

Estar presente de la manera más plena posible. Estar aquí con las dudas, miedos y fracasos, así como con las convicciones, las alegrías y los éxitos, con escucha profunda y discurso cariñoso.

Lo que se ofrece en el círculo es por invitación, no por demanda. No se trata de «compartir o morir». Durante esos momentos, hay que hacer lo que el alma nos pida y saber que lo hacemos con el apoyo del grupo. Si decidimos no decir nada, no pasa nada. Nuestra alma conoce nuestras necesidades mejor que nadie.

Decir tu verdad respetando la de los demás. Nuestras visiones de la realidad difieren; decir la verdad en un círculo de confianza no significa interpretar, corregir o debatir la perspectiva de los demás. Hay que hablar desde nuestro centro hacia el centro del círculo, utilizando afirmaciones del tipo «yo», confiando en que la gente haga su propia criba y depuración. Como en cualquier grupo de estudio, hay lugar para corregir «hechos» cuando estos se exponen de forma errónea.

Nada de arreglar, salvar, aconsejar o enderezar. Esta es una de las directrices más duras para quienes ejercen profesiones de ayuda. Pero es una de las normas más vitales si queremos crear un espacio que acoja al alma y al maestro interior.  Es una verdadera manifestación de «amor paternal».

Aprender a responder a los demás con preguntas sinceras y abiertas, en lugar de consejos y correcciones. Con esas preguntas, ayudamos a escuchar a los demás para hablar más profundamente.  Aprendemos el poder de la escucha profunda y empática. Las preguntas abiertas no son preguntas de sí o no: son preguntas que abren el alma para compartir de una manera más profunda.

Cuando las cosas se pongan feas, hacernos preguntas. Si nos sentimos críticos o a la defensiva, preguntémonos: «¿Qué le ha llevado a esta creencia?», «¿qué estará sintiendo ahora?» o «¿qué me enseña mi reacción sobre mí?». Dejemos a un lado el juicio para escuchar a los demás (y a nosotros mismos) más profundamente y con asombro.  Seamos conscientes de las respuestas emocionalmente reactivas que invitan a la desunión, la discordia y la angustia.

Atender a nuestro maestro interior. Aprendemos de los demás, por supuesto. Pero mientras exploramos El libro de Urantia y nuestras historias, preguntas y silencios en un círculo de confianza, tenemos la oportunidad especial de aprender del maestro interior. Así, hay que prestar mucha atención, ser consciente de las propias reacciones y respuestas, de nuestro maestro interior más importante.

Confiar y aprender del silencio. El silencio es un gran regalo en nuestro ruidoso mundo y una forma de conocimiento en sí mismo. Tratemos al silencio como a un miembro más del grupo. Después de que alguien haya hablado, hay que tomar un momento para reflexionar sin llenar de inmediato el espacio con palabras. Intentemos no hablar más de la cuenta.  Rumi dice:*

Escucha el silencio
Tiene mucho que decir
El silencio es el lenguaje de Dios
Todo lo demás es una mala traducción
Guarda silencio
Porque el mundo del silencio
Es una inmensa plenitud
Deja que el silencio sea tu práctica
Deja que el silencio te lleve al núcleo de la vida  
  

Observar una profunda confidencialidad. La confianza proviene de saber que los miembros del grupo respetan las confidencias y se toman en serio la ética de la privacidad y la discreción.  Lo que se comparte es confidencial.

Saber que es posible salir del círculo con lo que necesitábamos cuando llegamos. Saber que las semillas plantadas en un círculo de confianza pueden seguir creciendo en los días, meses y años venideros.


— Gard Jameson es lector de El libro de Urantia desde 1972, y ha asistido a grupos de estudio desde entonces. Es fideicomisario de la Fundación Urantia y fundador de Compassionate Las Vegas, www.compassionatelv.org

(* Rumi fue un poeta persa del siglo XIII. Su nombre completo es Jalāl al-Dīn Muḥammad Rūmī.)