El destino no revelado de Urantia

CRISTO MIGUEL DE NEBADON (nuestro Hijo Maestro soberano y también, no por casualidad, Príncipe Planetario de Urantia) recibe sin duda informes frecuentes de Maquiventa Melquisedec,[i]lugarteniente del Príncipe Planetario que actúa en nombre de Miguel. Aunque sería absurdo que nos incluyan en copia cuando intercambian mensajes, esas misivas serían ininteligibles para nosotros de todas formas, pues Miguel y Maquiventa seguramente se comunican en el idioma de Nebadon, no en inglés ni en ningún otro idioma de los seres humanos que residen actualmente en este atribulado planeta.

Aun así, tenemos todo el derecho a creer que, en algún momento adecuado de los últimos siglos, Miguel recibió un llamado urgente de Maquiventa donde le avisaba de que la sociedad y la civilización de Urantia se estaban acercando a una era de tumultos y crisis en la que el gobierno espiritual de Nebadon se vería obligado a intervenir decisivamente. En parte, esta llamada de Maquiventa reflejaba y honraba el compromiso personal de Miguel con Urantia debido a su extraordinario otorgamiento hace aproximadamente 2.000 años en la forma humana de Jesús de Nazaret. Después de todo, seguramente Miguel no querría que una catástrofe mundial le ocurriera al planeta en el que vivió y murió.

Los límites de nuestro conocimiento y comprensión no nos permiten reconstruir el tono urgente que sin duda empleó Maquiventa en su llamada a Miguel. No obstente, es razonable creer que Maquiventa transmitió muchas de las intensas preocupaciones que un Melquisedec resumió posteriormente en la sección 1 del documento 99:

Las invenciones mecánicas y la diseminación del conocimiento están modificando la civilización. Ciertos cambios sociales y ajustes económicos son imperativos si se ha de evitar el desastre cultural. El nuevo orden social que viene tardará un milenio en asentarse de modo satisfactorio. La raza humana debe resignarse a un desfile de cambios, ajustes y reajustes. La humanidad está en marcha hacia un nuevo destino planetario no revelado.

La religión debe convertirse en un poderoso factor de estabilidad moral y progreso espiritual que actúe de forma dinámica en esas condiciones de cambio permanente y ajustes económicos sin fin.

La sociedad de Urantia no puede esperar asentarse como en edades pasadas. El navío social ha zarpado de las bahías resguardadas de la tradición establecida y ha empezado a navegar por la mar abierta del destino evolutivo. Como nunca antes en la historia del mundo, el alma del hombre necesita examinar a fondo sus mapas de moralidad y observar con atención la brújula de la guía religiosa. La misión suprema de la religión como influencia social es estabilizar los ideales de la humanidad durante estos peligrosos tiempos de transición de una fase de civilización a otra, de un nivel de cultura a otro. (un Melquisedec, 99:1.1-3 (1086.4-6) negrita añadida)

Dadas las decisiones de Miguel y Maquiventa, está claro que Miguel era muy consciente de que las circunstancias de Urantia no eran las adecuadas para su regreso inmediato o repentino, en especial desde que estaba obligado a venir a Urantia «como dirigente supremo de un universo y no como el niño desconocido de Belén» (Comisión de Seres Intermedios, 176:4).

El mundo en el que Jesús vivió su séptimo otorgamiento es ahora el «pupilo individual y personal de un Hijo Maestro y, como tal, está sujeto por entero a sus propios planes y resoluciones». Miguel sabía que no había ningún plan activo para que un Hijo Avonal visitara Urantia en misión de magistrado, aunque un Perfeccionador de la Sabiduría afirma que «respecto a la aparición futura de los Hijos del Paraíso, ni siquiera «los ángeles del cielo conocen el modo ni el momento de dichas visitaciones»» (un Perfeccionador de la Sabiduría, 227.3).

Entonces, ¿qué podrían hacer Miguel y Melquisedec para elevar la vida humana de nuestro planeta, Urantia? En otras palabras: ¿qué alternativas tenían? Bueno, en realidad no lo sabemos, y renuncio enfáticamente a cualquier conocimiento personal de las normas autorizadas sobre los métodos mediante los cuales un Hijo Maestro Paradisiaco puede actuar para elevar la sociedad y la civilización de un planeta habitado que todavía sufre las consecuencias extendidas de la rebelión y la falta (primera y segunda revelaciones de época).

Todo lo que sabemos con seguridad es que Miguel y Melquisedec decidieron al final patrocinar una revelación de época para Urantia en forma de libro. Por decirlo suavemente, se trata de una medida extraordinaria, aunque sería imprudente por nuestra parte calificarla de inédita (no tenemos acceso al registro de acontecimientos trascendentales en otros planetas de Nebadon cuyos superiores espirituales se hubieran alineado con la locura de Lucifer).

Por un lado, toda la narración de un Mensajero Poderoso en el documento 52, «Las épocas planetarias de los mortales», explica y analiza la actividad personal y el ministerio activo que llevan a cabo los altos Hijos espirituales en planetas habitados. Nada de lo que describe el Mensajero Poderoso tiene que ver con la preparación y publicación de un libro.

Por otro lado, los tres Ancianos de los Días de Uversa aprobaron claramente el proyecto, pues autorizaron a «una alta comisión compuesta por veinticuatro administradores de Orvonton» a que preparara la narración de la primera parte: «treinta y un documentos que describen la naturaleza de la Deidad, la realidad del Paraíso, la organización y el funcionamiento del universo central y de los superuniversos, las personalidades del gran universo y el alto destino de los mortales evolutivos» (un Consejero Divino y Uno sin Nombre ni Número, 354:8). Esta fue también una medida excepcional, pues el Mensajero Poderoso que escribió el documento 52 afirma que, en un planeta normal, la revelación de la verdad relativa al universo central y el Paraíso no se comparte con seres humanos hasta que llega la edad del hombre posterior a los Maestros Hijos (un Mensajero Poderoso, 598:6)

Sin embargo, en comparación, Miguel y Melquisedec estaban sumamente cualificados para especificar los temas que necesitaban analizarse y explicarse en la segunda parte, «El universo local» (documentos 32 al 56). Al final del documento 56, el autor (un Mensajero Poderoso) proporciona la siguiente explicación:

Este documento sobre la Unidad Universal es el vigésimo quinto de una serie de exposiciones de varios autores patrocinados como grupo por una comisión de doce personalidades de Nebadon que actuaban bajo la dirección de Mantutia Melquisedec. Pusimos por escrito estas narraciones en el idioma inglés mediante una técnica autorizada por nuestros superiores el año 1934 del tiempo de Urantia. (un Mensajero Poderoso, 56:10.23 (648.6))

Podemos estar seguros de que cuando Mantutia Melquisedec llevó a cabo esta tarea editorial, cumplió con las instrucciones generales que había recibido del Príncipe Planetario (Miguel de Nebadon) y del lugarteniente del Príncipe Planetario (Maquiventa Melquisedec).

A partir de esa misma perspectiva, tenemos todo el derecho a inferir que su autoridad general y amplia dirección se aplicaron también a la tercera parte, «La historia de Urantia» (documentos 57 al 119). Al final del documento 119, el autor, Gavalia, Jefe de las Estrellas Vespertinas de Nebadon, afirma:

Este documento que describe los siete otorgamientos de Cristo Miguel es el sexagésimo tercero de una serie de exposiciones, patrocinadas por numerosas personalidades, que narran la historia de Urantia hasta el momento de la aparición de Miguel en la tierra a imagen y semejanza de carne mortal. Estos documentos fueron autorizados por una comisión de doce seres de Nebadon dirigidos por Mantutia Melquisedec. Redactamos estos relatos y los pusimos en el idioma inglés, mediante una técnica autorizada por nuestros superiores, en el año 1935 d. C. del tiempo de Urantia. (Gavalia, el Jefe de las Estrellas Vespertinas de Nebadon, 119:8.9 (1319.2))

Los 63 documentos de la tercera parte demuestran el intenso interés de los reveladores en el crecimiento progresivo y el desarrollo de la sociedad y la civilización de Urantia. El documento 81, de un arcángel de Nebadon («El desarrollo de la civilización moderna»), es un ejemplo convincente que probablemente basta por sí solo para probar este argumento, pero los esfuerzos incesantes de las serafines maestras muestran un interés incluso más sistemático por promover niveles más elevados de la vida humana (tal como la jefa de las serafines analiza y explica en el documento 114:6).

Imagen de Mohamed Hassan

A lo largo del camino, los reveladores muestran una gran energía en destacar el significado y la importancia del hogar y la familia (documentos 82 y 83). Explican que la educación «continúa durante toda la vida» y afirman que el propósito de la educación «debería ser adquirir capacidades, buscar sabiduría, desarrollar la individualidad y lograr valores espirituales» (como indica un Melquisedec en 71:7).

Los reveladores nos cuentan también cómo evolucionó el gobierno y describen prácticas y métodos sistemáticos que ayudarán a lograr niveles más altos de libertad, equidad y justicia. Uno de los reveladores declara: «Las organizaciones comerciales internacionales promoverán la paz en Urantia mucho más que todas las quimeras sentimentales de la planificación utópica de la paz» (un Melquisedec, 787.4).

Después de que el autor del documento 71 comenta que «la economía de hoy en día, movida por el lucro, está condenada al fracaso a menos que los móviles de lucro puedan ser complementados por móviles de servicio», declara no obstante que:

No hay que quitar a los hombres el móvil del lucro hasta que hayan adquirido y consolidado motivaciones superiores no lucrativas para el esfuerzo económico y el servicio social: el ansia trascendente de sabiduría superlativa, de hermandad fascinante y de excelencia en el logro espiritual (un Melquisedec, 71:6.3 (805.7))

Preparación y edición de la cuarta parte

Podemos estar seguros de que Miguel se interesó mucho en los esfuerzos de la Comisión de Seres Intermedios que preparó la cuarta parte, «Vida y enseñanzas de Jesús» (documentos 120 a 196). Al llevar a cabo esta tarea, la Comisión de Seres Intermedios funcionó bajo la autoridad y dirección del director Melquisedec de la revelación, que se presentó como autor del documento 120, «El otorgamiento de Miguel en Urantia» (Mantutia Melquisedec, 1323.1)

Después de que Miguel se hubiera otorgado en Urantia bajo la forma humana de Jesús de Nazaret, las tradiciones humanas honraron y transmitieron unas cuantas de sus enseñanzas inspiradoras. Por otro lado, los acontecimientos ocurridos durante los últimos 2.000 años han incluido una serie de malentendidos fundamentales que necesitaban claramente ser corregidos cuando la Comisión de Seres Intermedios preparó la cuarta parte. Como ejemplo obvio, tenemos todas las razones para creer que Miguel estaba horrorizado por la bárbara enseñanza de que había muerto en la cruz para apaciguar la ira ficticia de un Padre enojado que estaba en el cielo. Antes de que Miguel se marchara de Salvington, Emmanuel[ii] le dijo que en su relación perfecta con el Padre del Paraíso, «el mundo en el que te otorgas, e incluso todo el universo que has creado, podrá contemplar una revelación nueva y más comprensible de tu Padre y mi Padre, el Padre Universal de todos» (Mantutia Melquisedec, 120:1.4).

También tenemos todo el derecho de concluir que Miguel no ha aprobado el comportamiento de las personas que afirman actuar en su nombre durante el siguiente intervalo de 2.000 años, pero que han adoptado con frecuencia la actitud implícitamente tribal de «nosotros» frente a «ellos», y que por tanto han desdeñado o al menos discriminado a seres humanos adscritos a otras enseñanzas y tradiciones espirituales. Cuando Emmanuel le dio consejo a Miguel, incluyó instrucciones que eran muy explícitas:

Si lo consideras conveniente puedes identificarte con movimientos religiosos y espirituales existentes en Urantia, pero intenta evitar por todos los medios el establecimiento formal de un culto organizado, de una religión cristalizada o de un agrupamiento ético segregado de seres humanos. Tu vida y tus enseñanzas han de convertirse en patrimonio común de todas las religiones y todos los pueblos. (Mantutia Melquisedec, 120:3.6 (1330.1))

También debemos tener en cuenta que los 77 documentos de la cuarta parte no se limitan a asuntos espirituales y religiosos, probablemente porque el director Melquisedec de la revelación recibió instrucciones en las que Miguel y Maquiventa requerían que la cuarta parte incluyera observaciones apropiadas sobre el estado de la sociedad y la civilización de Urantia y la necesidad de mejoras sustanciales. Por ejemplo:

La Comisión de Seres Intermedios proporcionó un grado de detalle considerable sobre el viaje de Jesús a Roma y otros lugares del Mediterráneo cuando tenía 28 y 29 años, y mientras acompañaba al rico mercader indio Gonod y a su hijo Ganid. Los documentos que narran este viaje incluyen unos cuantos pasajes en los que Jesús compartía ideas conceptuales y filosóficas pertenecientes a varios aspectos clave de la vida y la experiencia humana:

  • Disertación sobre la realidad (130:4).
  • Disertación en Cartago sobre el tiempo y el espacio (130:7).
  • Los valores verdaderos (132:1).
  • El bien y el mal (132:2).
  • La verdad y la fe (133:3).
  • Disertación sobre la ciencia en Atenas (133:5).
  • Disertación sobre el alma en Éfeso (133:6).
  • Disertación sobre la mente en Chipre (133:7).

Además, la Comisión de Seres Intermedios dedicó claramente un esfuerzo considerable a resumir y adaptar las enseñanzas que Jesús presentó durante sus conferencias en Urmía:

  • La soberanía divina y humana (134:4).
  • La soberanía política (134:5).
  • La ley, la libertad y la soberanía (134:6).

Su esfuerzo editorial fue difícil, concienzudo y controvertido:

La primera vez que nosotros, los intermedios, preparamos el resumen de las enseñanzas de Jesús en Urmía, surgió un desacuerdo entre las serafines de las iglesias y las serafines del progreso sobre la conveniencia de incluir estas enseñanzas en la Revelación de Urantia. Las circunstancias que imperan en el siglo veinte, tanto en la religión como en los gobiernos humanos, son tan diferentes de las de la época de Jesús que era realmente difícil adaptar las enseñanzas del Maestro en Urmía a los problemas del reino de Dios y de los reinos de los hombres tal como se dan estas funciones mundiales en el siglo veinte. Nunca pudimos formular una exposición de las enseñanzas del Maestro que fuera aceptable para ambos grupos de serafines del gobierno planetario. Finalmente, el Melquisedec que preside la comisión reveladora nombró una comisión compuesta por tres de nosotros para exponer nuestro punto de vista sobre las enseñanzas del Maestro en Urmía adaptadas a las condiciones religiosas y políticas del siglo veinte en Urantia. Conforme a sus instrucciones, los tres intermedios secundarios hemos elaborado una adaptación de las enseñanzas de Jesús con una nueva formulación de sus declaraciones tal como las aplicaríamos a las condiciones del mundo en el momento presente. Esa es la exposición que presentamos a continuación una vez revisada por el Melquisedec que preside la comisión reveladora. (la Comisión de Seres Intermedios, 134:3.8 (1486.3))

La enseñanza del Maestro sobre la soberanía de Dios es una verdad (solo complicada por la aparición posterior de la religión sobre su persona entre las religiones del mundo), en cambio sus exposiciones sobre la soberanía política se han complicado enormemente por la evolución política de la vida de las naciones durante los diecinueve últimos siglos. En tiempos de Jesús solo había dos grandes potencias mundiales —el Imperio romano en el oeste y el Imperio Han en el este— muy separadas entre sí por el reino de Partia y por otras tierras intermedias de las regiones del Caspio y del Turquestán. Por este motivo, en la exposición que sigue nos hemos apartado aún más de la sustancia de las enseñanzas del Maestro en Urmía sobre soberanía política para intentar describir la importancia de esas enseñanzas en su aplicación a la etapa particularmente crítica de la evolución de la soberanía política en el siglo veinte después de Cristo. (The Midwayer Commission, 134:5.1 (1487.8))

Ahora bien, si la Comisión de Seres Intermedios y el director de la revelación se hubieran contentado con proporcionar un resumen totalmente fáctico de las enseñanzas de Jesús en Urmía, podrían haber funcionado como periodistas que simplemente registraron y reprodujeron sus palabras. Eso, sin embargo, no era suficiente, ya que los reveladores tenían la clara intención de proporcionar una narrativa que fuera comprensible y útil para nosotros hoy día, así como de «intentar describir la importancia de esas enseñanzas en su aplicación a la etapa particularmente crítica de la evolución de la soberanía política en el siglo veinte después de Cristo» (134:5). Con todos estos factores en mente, tenemos todo el derecho a inferir que a la Comisión de Seres Intermedios y al director de la revelación se les encargó preparar una redacción que contribuyera al crecimiento y desarrollo progresivo de la sociedad y la civilización humana de nuestra era, no simplemente narrar los acontecimientos exactos que ocurrieron mientras Miguel dirigía su otorgamiento bajo la forma humana de Jesús de Nazaret.

Un ejemplo todavía más obvio es el hecho de que en el penúltimo documento de la cuarta parte (documento 195, «Después de Pentecostés»), la Comisión de Seres Intermedios expresa una intensa preocupación sobre la necesidad de que los seres humanos superen y se eleven sobre los interrogantes que afligen actualmente a la sociedad y la civilización, en especial el materialismo y el totalitarismo secular. Estos pasajes son una prueba elocuente del interés activo de Miguel en el bienestar de la sociedad y la civilización de Urantia, el planeta habitado donde vivió su vida de otorgamiento hace aproximadamente 2.000 años bajo la forma humana de Jesús de Nazaret.

Tareas para la humanidad

En un sentido formal y procedimental percibimos que nosotros, los habitantes de Urantia, estamos viviendo en la época posterior al Hijo de otorgamiento, pero casi nada de nuestras circunstancias actuales se corresponde con la descripción que proporciona un Mensajero Poderoso en el documento 52:5.

El hombre posterior al Hijo de otorgamiento
El Hijo de otorgamiento llega a un mundo de alta cultura educativa donde se encuentra con una raza formada espiritualmente y preparada para asimilar enseñanzas avanzadas y apreciar la misión de otorgamiento. Esta edad se caracteriza por la búsqueda mundial de la cultura moral y la verdad espiritual. La pasión de los mortales de esta dispensación es penetrar la realidad cósmica y estar en comunión con la realidad espiritual. Las revelaciones de la verdad se amplían hasta incluir el superuniverso. Se crean sistemas de educación y gobierno totalmente nuevos para sustituir a los regímenes rudimentarios de los tiempos anteriores. La alegría de vivir adquiere un color nuevo y las reacciones de la vida se elevan a alturas de tono y timbre celestial. (un Mensajero Poderoso, 52:5.3 (596.1))

Antes al contrario, el Mensajero Poderoso nos dice que la situación actual de la sociedad y la civilización de Urantia se parece mucho a las circunstancias de un planeta normal en la era inmediatamente posterior a la llegada de Adán y Eva. Dada esta realidad, nuestro mundo lleva «una dispensación o más de retraso respecto al programa planetario medio».

El hombre posadánico
El resultado del regalo del plasma vital adánico a las razas mortales es una elevación inmediata de la capacidad intelectual y una aceleración del progreso espiritual. Se suele producir también algún mejoramiento físico. En un mundo de tipo medio, la dispensación posadánica es una edad de grandes invenciones, de control de la energía y de desarrollo mecánico. Es la era en que aparecen la manufactura multiforme y el control de las fuerzas naturales; es la edad de oro de la exploración y del sometimiento final del planeta. Gran parte del progreso material de un mundo ocurre durante este periodo en el que se inicia el desarrollo de las ciencias físicas, precisamente la época que está atravesando ahora Urantia. Vuestro mundo lleva una dispensación o más de retraso respecto al programa planetario medio. (Un Mensajero Poderoso, 52:3.6 (593.5) negrita añadida)

Está claro que deberíamos dar la bienvenida al hecho de que los últimos siglos de Urantia se pueden describir como «una edad de grandes invenciones, de control de la energía y de desarrollo mecánico. Es la era en que aparecen la manufactura multiforme y el control de las fuerzas naturales» (un Mensajero Poderoso, 52:3.6). Después de todo, los seres humanos que viven en nuestro planeta se han beneficiado enormemente de los avances científicos y técnicos que han transformado la vida humana de maneras inimaginables para nuestros ancestros del 1700. Incluso si nos ceñimos a compararnos con los dos últimos siglos y llegamos al año 1900, encuentro muy difícil creer que cualquiera que viviera en América del Norte a principios del siglo XX podría haber imaginado las comunicaciones instantáneas y el acceso enormemente mejorado a la información que han transformado nuestra vida durante las décadas más recientes.

La humanidad todavía está trabajando a través de los matices y las implicaciones, y nadie parece lo suficientemente imprudente como para predecir cuánto tiempo llevará eso. Además, también parece haber buenas razones para preguntarse si todos estos logros que los seres humanos han conseguido durante los últimos siglos, avances que generalmente se asocian con la era posadánica, han tendido a distraer la atención de las realidades espirituales, centrando en cambio una atención desproporcionada en los aspectos materiales de la vida y la experiencia humana. Como resultado, puede ser razonable concluir que las filosofías materialistas son un resultado implícito de estos desarrollos, tal vez incluso inevitables dadas las circunstancias.

Teniendo muy en cuenta todos estos factores, ¿qué otros avances importantes podemos imaginar? Por ejemplo:

1. En el contexto de la propagación repentina de una enfermedad altamente infecciosa que se ha convertido en una epidemia o incluso en una pandemia, ¿en qué medida y con qué métodos puede la sociedad insistir y aplicar medidas paliativas o correctivas que impidan la transmisión de la enfermedad o, al menos, la frenen, protegiendo así a la sociedad en su conjunto y sirviendo a la gran mayoría de las personas y grupos?

2. ¿Cuáles son los métodos y enfoques que mejor pueden promover la religión personal, animando así a cada individuo a cultivar y experimentar una relación directa con Dios y a responder positiva y progresivamente a las formas de ministerio espiritual que Dios ha establecido, mientras deja de reverenciar a las personas especialmente favorecidas que reclaman autoridad espiritual o religiosa para decirles a los individuos qué hacer y qué creer, y ya no conformarse con los principios morales convencionales y las ceremonias y doctrinas establecidas?

3. ¿Cómo se puede reorganizar y redefinir la educación, de modo que la estructura y las instituciones de la sociedad proporcionen y promuevan la educación como búsqueda activa de conocimiento y sabiduría que se extienda a lo largo de toda la vida humana y abarque aspectos morales, éticos y estéticos, en lugar de equivaler implícitamente a un tique de comida o un trampolín destinado al avance profesional?

4. ¿Cómo superará la humanidad el problema generalizado de los gobiernos autoritarios que tiranizan y oprimen a todos los que viven en esos países?

5. ¿Cómo promoverán, alentarán y garantizarán los pueblos de América del Norte y de todos los demás continentes habitados la cooperación, cohesión, simpatía y comprensión mutua entre los seres humanos, independientemente de su género, raza, color, afinidades emocionales, nacionalidad u origen étnico, opiniones sociales o políticas y puntos de vista religiosos u otras creencias espirituales o filosóficas?

6. ¿Cómo afrontarán los pueblos de Urantia y superarán finalmente los desafíos crónicos y generalizados que surgen de segmentos defectuosos o degenerados de la población (tal vez mediante la aplicación de métodos que limitarían o restringirían su capacidad para producir hijos que parezcan estar afligidos con discapacidades similares)?

Ninguna sociedad ha progresado mucho permitiendo la ociosidad o tolerando la pobreza, pero será imposible eliminar la pobreza y la dependencia mientras se apoye sin límites a las estirpes deficientes y degradadas y se les permita reproducirse libremente. (un Melquisedec de Nebadon, 71:3.8 (803.8))

Ahora me doy cuenta de que estas metas y objetivos son excesivamente ambiciosos y no se pueden lograr de inmediato ni en un solo paso. Después de todo, «no se debe intentar ningún gran cambio social o económico repentino» (un Arcángel de Nebadon, 81:6.40). Estamos hablando implícitamente de cómo los seres humanos se comportan como individuos y en grupos, el conjunto completo de costumbres, tradiciones y métodos prácticos que influyen en la forma en que viven juntos y buscan cooperar para propósitos comunes y beneficio mutuo. Para que la sociedad evolucione y avance, siempre necesitaremos un proceso paciente y persistente de imaginación, innovación y experimentación, entendiendo que no todas las nuevas ideas valen la pena y que muchas de ellas no representarían una mejora.

Debemos recordar que las actualizaciones evolutivas son necesaria e ineludiblemente un proceso de prueba y error que nos obliga a depender de las ideas e inspiraciones de innovadores y pensadores originales, de las energías imaginativas y las percepciones originales que encuentran en la mente interior. Un Mensajero Solitario nos dice: «Todos los avances de la verdadera civilización nacen en este mundo interior de la humanidad. Solo la vida interior es verdaderamente creativa» (un Mensajero Solitario, 111:4.3).

Sin embargo, ¿quién está calificado de entrada para decidir que una nueva idea que parece imaginativa e innovadora realmente equivaldría a un avance en la civilización? Después de todo, los innovadores y pensadores originales no pueden esperar la aclamación universal o el consentimiento unánime. Cualquier idea nueva debe competir con las prácticas actuales, y también debe ser más convincente, persuasiva y práctica que otras recomendaciones que diferentes personas que operan en el mismo campo estén proponiendo y promoviendo.

Elevar la sociedad y la civilización de Urantia

Figura 1

A primera vista, puede parecer difícil para nosotros aceptar que las reservas y preocupaciones expresadas por tradicionalistas, escépticos y adversarios hacen contribuciones valiosas a la tarea de alcanzar niveles más altos de sociedad y civilización, un proceso prolongado inevitablemente gradual y arduo. Sin embargo, las personas y grupos que pueden ser identificados como tradicionalistas, escépticos y adversarios están buscando implícitamente apreciar y preservar los valores positivos que la humanidad logró alcanzar durante muchas épocas anteriores de evolución social, económica y política.

Permítanme darles un ejemplo que puede resultar un tanto sorprendente. Muchos lectores comprometidos de El libro de Urantia están profundamente preocupados por la distribución sumamente desigual de la riqueza y otras ventajas materiales que nos rodean en la sociedad contemporánea. Por otra parte, debemos prestar la debida atención a las advertencias bastante agudas que adelanta un Melquisedec de Nebadon en la sección 9 del documento 69:

El derecho de propiedad no es absoluto; es puramente social. Pero todo el gobierno, toda la ley, todo el orden, todos los derechos civiles, todas las libertades sociales, todas las convenciones, toda la paz y toda la felicidad de que disfrutan los pueblos modernos han surgido en torno a la propiedad privada de los bienes.

El presente orden social no es necesariamente el correcto —no es ni divino ni sagrado— pero la humanidad hará bien en ir despacio a la hora de hacer cambios. El sistema que tenéis es inmensamente mejor que ninguno de los que conocieron vuestros predecesores. Cuando cambiéis el orden social aseguraos de cambiarlo para mejor. (Un Melquisedec de Nebadon, 69:9.17-18 (782.4-5))

Para que lo que acabo de decir sea lo más claro posible, permítanme enfatizar que el ejemplo inmediatamente anterior no significa que me oponga a cualquier posible ajuste o reforma de las leyes y regulaciones vigentes relacionadas con la posesión y herencia de bienes, y tampoco significa que esté respaldando los métodos actuales de tributación y las regulaciones existentes que rigen la actividad comercial en general o el comercio internacional en particular. De buena gana estipularé que todos estos asuntos son aptos para ser discutidos y posiblemente mejorados mediante un proceso de experimentación y ajuste gradual, reflexivo y minucioso. Este es el punto clave: este mismo proceso de experimentación y ajuste es necesario en todos los contextos de la vida humana, ya sea económico, social, político o espiritual.

En todos estos aspectos, el papel de los innovadores y pensadores originales es crucial, ya que la falta de ideas imaginativas y nuevas propuestas implicaría rigidez y estancamiento, no el «desfile de cambios, ajustes y reajustes» que un Melquisedec describe y exige en la sección 1 del documento 99. Desde esta perspectiva, sin embargo, debemos entender que la originalidad y la creatividad trabajan de diferentes maneras y en diferentes niveles. Naturalmente, sería inapropiado e injusto descartar la originalidad y la perspicacia que se requieren para escribir un libro, desarrollar un nuevo software o diseñar y comercializar algún nuevo tipo de producto o servicio que pueda beneficiar a los seres humanos. En un sentido coloquial, todo esto puede describirse en términos generales como jugar de acuerdo con las reglas del juego que existen actualmente.

Por otro lado, puede asociarse un nivel mucho más crucial de originalidad y creatividad con innovaciones y reformas que implican implícitamente cambiar las reglas, no solo jugar el juego. A pesar de que la sociedad y la civilización son mucho más que un juego, esta metáfora es útil porque implícitamente concentra la atención en el conjunto completo de costumbres, tradiciones y métodos prácticos que influyen en la forma en que los seres humanos viven juntos y buscan cooperar para propósitos comunes y beneficio mutuo.

The Global Endeavor (El empeño mundial)

Permítanme presentarles The Global Endeavor, un proyecto idealista y altruista que puede entenderse como una red de apoyo destinada a prestar servicios y asistencia a los innovadores y pensadores originales que operan en la sociedad, personas y grupos que tratan de inventar, desarrollar o promover reformas y otras iniciativas imaginativas destinadas a mejorar los sectores de la vida y la experiencia humanas que conocen y aprecian. Para decirlo de manera un poco más simple, The Global Endeavor será una red de apoyo que buscará alentar y ayudar a los innovadores y pensadores originales, a quienes traté de representar en el pequeño triángulo situado en la parte inferior izquierda de la Figura 1 anterior.

La obra de las serafines maestras (114:6) es nuestro modelo espiritual. Sin embargo, tengan en cuenta que nada en nuestros planes para The Global Endeavor sirve para especificar o restringir las perspectivas espirituales y los puntos de vista religiosos de las personas y grupos que se beneficiarán de este programa altruista de servicio y asistencia. En otras palabras, los que reciban servicio y asistencia de los miembros y asociados de los futuros grupos de trabajo de The Global Endeavor no tendrán por qué ser lectores de El libro de Urantia, y es razonable creer que pocos de ellos lo serán. Nuestro objetivo es servir a la humanidad promoviendo el crecimiento y desarrollo progresivos de la sociedad y la civilización en Urantia, mientras que las organizaciones sociales existentes sirven principalmente a los lectores de El libro de Urantia ayudándoles a comprender y apreciar las enseñanzas.

Creemos que, por implicación, es razonable entender nuestro ambicioso proyecto desde la perspectiva que presenté en los primeros párrafos de este ensayo: mi convicción de que Maquiventa Melquisedec apeló a Miguel de Nebadon en algún momento adecuado durante los últimos siglos, advirtiéndole de que la sociedad y la civilización en Urantia se acercaban a una era de tumulto y crisis en la que el gobierno espiritual de Nebadon se vería obligado a intervenir con contundencia. He aquí un breve resumen del estímulo y ánimo que los grupos de trabajo de The Global Endeavor pondrán a disposición de los innovadores y pensadores originales, tal y como se explica en la primera página del capítulo 4 del borrador del plan:

(a) Los diez grupos de trabajo principales buscarán servir, ayudar e inspirar a individuos y grupos de la sociedad que deseen proponer o promover iniciativas, innovaciones o reformas que se relacionen con sus propios campos de experiencia, conocimiento o interés.

(b) Los grupos de trabajo no defenderán ni promoverán propuestas propias. Por el contrario, serán un catalizador y un recurso para aquellos que son activos en la sociedad y que desean desarrollar o refinar sus ideas y enfoques.

(c) Los grupos de trabajo son, por lo tanto, marcos para el servicio altruista e idealista destinado a fomentar niveles más altos de civilización humana. Los miembros y asociados trabajarán modesta y silenciosamente; se abstendrán de llamar la atención sobre sí mismos y permanecerán en segundo plano.

(d) El trabajo de las serafines maestras es su inspiración y modelo espiritual, pero las actividades de los grupos de trabajo encarnan una serie de ajustes prácticos. Por ejemplo, las guardianas de la religión son solo uno de los doce cuerpos de serafines maestras y, por lo tanto, solo uno de los diez grupos de trabajo principales servirá y ayudará a otros seres humanos que estén activos en la religión. Por otro lado, el mismo grupo de trabajo también servirá y asistirá a quienes se dedican a la filosofía.

(e) Los miembros y asociados no evangelizarán a aquellos a quienes sirven, ni tratarán de imponer sus propios puntos de vista o valores. Sin embargo, la difusión de las enseñanzas será un beneficio indirecto, el resultado de la cooperación personal y la curiosidad natural. Muchos de aquellos a quienes asiste un grupo de trabajo se preguntarán: «¿Por qué están haciendo esto, qué sacan de eso?». Por lo tanto, es razonable creer que el empeño estimulará un interés sustancial en la quinta revelación de época.

Como insinué anteriormente, The Global Endeavor aún no está funcionando: en este momento, se reduce principalmente a un concepto y un plan. Sin embargo, en marzo de 2023, el comité de The Global Endeavor estableció un programa de actividades prácticas preliminares basado en algunas de las responsabilidades que un grupo de trabajo principal llevará a cabo en una asociación regional compuesta por doce grupos de trabajo (no se puede establecer ningún grupo de trabajo real hasta que exista una asociación regional; y no existirá una asociación regional hasta que sea establecida por los dos organismos mundiales, en el entendimiento de que los miembros de estos organismos mundiales serán elegidos durante la convención fundacional).

Esperamos que muchos de los que lean este artículo se interesen activamente en nuestros planes para The Global Endeavor, en especial en relación con el programa de actividades prácticas que está ya en marcha. Son libres de consultar nuestra modesta web https://www.globalendeavor.net, que ofrece un amplio rango de documentos que pueden leer o descargar.


[i]    Como los lectores comprometidos de El libro de Urantia conocen bien, Maquiventa Melquisedec fue uno de los doce síndicos Melqujisedec que asumieron la responsabilidad espiritual de Urantia tras la rebelión de Lucifer y Caligastia (un Melquisedec, 67:6.5-6). Maquiventa Melquisedec acabó ejerciendo parte de estas responsabilidades al dirigir la tercera revelación de época, un otorgamiento de emergencia en los días de Abraham: apareció de repente bajo forma humana y vivió y enseñó en nuestro planeta durante 94 años. Para conocer los detalles, lean el documento 93, «Maquiventa Melquisedec» (escrito por otro Melquisedec de Nebadon).

[ii]   Esta frase se refiere a las instrucciones y los consejos que Miguel recibió de Emmanuel de Salvington, «el Unión de los Días asignado al universo local de Nebadon», donde sirve como «embajador de la Trinidad del Paraíso» (el Jefe de los Arcángeles de Nebadon, 33:5.1). El mismo autor explica: «En cierto sentido este alto Hijo de la Trinidad es también el representante personal del Padre Universal ante el consejo de gobierno del Hijo Creador. De ahí su nombre, Emmanuel».