Editorial de mayo 2018 del Journal

Saludos, amigos lectores de El libro de Urantia. En nuestro número de mayo tenemos varios artículos que se centran en la experiencia espiritual personal entre el hombre y Dios que El libro de Urantia intenta transmitir de manera tan elocuente. Buscad y encontraréis, y a medida que leemos estas epifanías increíblemente introspectivas quizá sintamos lo que los autores sintieron cuando escribían sus reflexiones y nos dejaban la energía para que la encontráramos y absorbiéramos.

Nuestro primer artículo es Llamada jesusiana, del Dr. Bruce Jackson. Es difícil encapsular solo una frase de su proyecto, pues es mucho más que un artículo: es una misión, una misión espiritual, física, terrenal y visionaria. El Dr. Jackson ha aceptado la misión y si alguien más está tan divinamente inspirado como él su visión pasa de ser posible a real. «Antes que nada, toda institución educativa basada en El libro de Urantia debe ser una organización centrada en Cristo, guiada por el Espíritu y enfocada en la voluntad de Dios. Para los lectores de El libro de Urantia, esto significa que esté centrada sinceramente en lo siguiente:

  1. Buscar primera la voluntad de Dios, la Primera Fuente y Centro.
  2. Comprometerse totalmente con el liderazgo de nuestro Soberano, Miguel.
  3. Buscar activamente la profunda presencia guiadora del Espíritu de la Verdad.
  4. Requerir el apoyo de nuestros ayudantes y líderes planetarios invisibles.
  5. Dar poder a nuestras amadas amigas angelicales y cooperar con ellas.
  6. Requerir la participación de todos los Ajustadores del Pensamiento para que estén profundamente implicados.
  7. Buscar y apoyar la dedicación sincera de la voluntad de cada individuo para buscar la unión de almas que abrace la unidad espiritual, en un esfuerzo por ser jesusiano en el mejor sentido del término.»

El Dr. Jackson ha recorrido la primera legua, ha establecido el camino a la segunda y ha hecho posible la tercera. Dice: «El libro de Urantia llama claramente a los jesusianos a llevar a cabo esta tarea. No se nos ha confiado la quinta revelación de época para que la escondamos debajo de un almud y tengamos nuestra propia iluminación espiritual o nuestro disfrute privado. Consideren la siguiente cita y sustituyan «cristianismo» por «jesusianismo»:

La religión necesita nuevos dirigentes, hombres y mujeres espirituales que se atrevan a depender únicamente de Jesús y de sus enseñanzas incomparables. Si el cristianismo insiste en olvidar su misión espiritual mientras continúa ocupándose de los problemas sociales y materiales, el renacimiento espiritual tendrá que esperar la llegada de esos nuevos instructores de la religión de Jesús que se consagrarán exclusivamente a la regeneración espiritual de los hombres. Entonces, esas almas nacidas del espíritu proporcionarán rápidamente la dirección y la inspiración necesarias para la reorganización social, moral, económica y política del mundo. [Documento 195:9.4, página 2082.9]»

Hacer la voluntad de Dios, de Bob Ghen Sr., encaja bien como siguiente artículo del género de experiencias personales. Bob nos lleva alegremente por su viaje personal de «encontrar la voluntad de Dios» en su colorida existencia diaria. Dice: «Sin embargo, durante un tiempo continué creyendo erróneamente que cumplir la voluntad de Dios era, de alguna manera, descubrirlo en cada recodo, en cada bifurcación del camino. Después de todo, ¿no nos enseñan que avanzamos espiritualmente, decisión a decisión? Pero oye, ¿y si tomo la decisión equivocada? ¡Argh!» Pero después de leer con más detenimiento esta cita:

Hacer la voluntad de Dios es ni más ni menos que una manifestación de la buena voluntad de la criatura por compartir su vida interior con Dios . . . [Documento 111:5.1, página 1221.2]

Bob fue capaz de examinar sucintamente lo que significaba preguntando qué hay que hacer exactamente y cómo, y estableciendo un pulso espiritual habitual con la oración inteligente y la adoración sincera. Este fue el comienzo del plan que le llevó a una epifanía iluminada y edificante: «Hacer la voluntad de Dios me ha llevado al faro espiritual que me ilumina, al ideal jesusiano de la «comunión ininterrumpida»». Su erudita conclusión hablará también al alma de los lectores.

La siguiente aportación es un homenaje a la experiencia personal del «buscad y encontraréis» que El libro de Urantia ofrece a todos los que han estudiado sus páginas. Susan Lyon ha reunido algunos encuentros reconfortantes con almas que buscan la verdad y que han encontrado a Dios en sus páginas y en su corazón, en su retrospectiva Inspiración y cura que proporciona El libro de Urantia. Dice: «Un rasgo común entre los que alababan El libro de Urantia era el esfuerzo que habían puesto en buscar la verdad durante muchos años, o que habían experimentado amargas decepciones en la vida, o que en general se sentían perdidos. Quizá no sabían lo que buscaban hasta que encontraron la paz y el consuelo de la fe. Una cosa era segura; para ellos, descubrir el libro parecía mucho más dulce debido a los valles que habían recorrido en su vida y las vías muertas que habían encontrado en su búsqueda. Una persona hablaba de su viaje de esta manera:

«Soy un nuevo estudiante de El libro de Urantia y, después de un par de años, mi vida se ha transformado enormemente. Este libro te desafiará a examinar lo que crees que sabes sobre el mundo, la espiritualidad, Dios y toda la creación…. Ser estudiante de El libro de Urantia ha hecho que Dios florezca en mi espíritu y que el amor guíe mi vida. Este libro lo cambiará todo y responderá a muchas preguntas profundas si le dejas»

El artículo final es otro artículo convincente, la presentación que dio Gaétan Charland en el Seminario de Educación 2017 titulada El libro de Urantia y nosotros. Gaétan expresa lo que todos los lectores sienten la primera vez que experimentan la libertad espiritual: «Cuando las personas encuentran El libro de Urantia experimentan un gran entusiasmo al descubrir algo más grande y verdadero que cualquier otra cosa que hayan conocido jamás. La primera reacción suele ser compartir este entusiasmo con todos los que nos rodean. Para nuestra consternación, los lectores descubrimos enseguida que las personas no están interesadas en nuestros descubrimientos o en nuestras experiencias». Pero la espiritualidad que todos tenemos estaba viva y había empezado la transformación. «Sin la transformación espiritual personal, las tareas que nos aguardan serían prácticamente imposibles; a lo sumo seríamos impostores. Aprender lo que puede ayudar a transformarnos no es tan complicado. Los esfuerzos de aprender pueden parecer arduos e imposibles si los hacemos a solas. ¿No hemos oído que no es bueno que el hombre esté solo? ¿Qué mejor manera de comenzar este trabajo que uniéndonos a un grupo que busque la mejora personal y del mundo mientras ayudamos a preparar la inauguración de la próxima era espiritual?»

Gaétan ha recorrido el camino por el que todo nuevo lector ha caminado y ha expresado con convicción: «Encontramos El libro de Urantia porque estábamos buscando la verdad que contiene. La responsabilidad de compartir la verdad descansa ahora en nosotros. Debemos hacer que esta verdad viva en nuestro corazón mientras trabajamos juntos en servicio desinteresado y ayudamos a inaugurar la próxima era de libertad». Si deseamos sinceramente mejorar el mundo en el que vivimos, todos debemos poner nuestro granito de arena.

Vosotros sois la sal de la Tierra, una sal con sabor de salvación. Pero si esta sal ha perdido su sabor, ¿con qué se sazonará? En lo sucesivo ya no sirve más que para ser arrojada y pisoteada por los hombres. [Documento 140.4.2, página 1572.2]