Urantia Association
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Journal – mayo 2021

En este número

Editorial del Journal – mayo 2021

Mark Blackham (Canadá)

Bienvenidos a la edición de mayo de 2021 del Journal de la Asociación Urantia, una publicación dedicada a los pensamientos, observaciones y experiencias de los estudiantes de El libro de Urantia de todo el mundo. Esta edición ofrece un amplio abanico de ideas y reflexiones, que incluyen visiones espirituales obtenidas de las tribulaciones personales, enfoques de adoración y servicio, ideas sutiles para difundir las buenas noticias y formas novedosas de presentar los ideales y las ideas de El libro de Urantia a las generaciones más jóvenes.

Nuestro primer artículo, Sin citas no hay decepciones: La adversidad y el auténtico yo, es un artículo conmovedor y reflexivo de Christopher Ross, que describe su trágica experiencia con un compañero que era un buscador espiritual como él, pero que no pudo encontrar la felicidad en su propia vida. Este triste suceso le inspiró a examinar de cerca su «auténtico yo», así como «la misión de la adversidad y el valor espiritual de las decepciones» que Dios y sus ángeles nos presentan a todos en el transcurso de nuestra vida. La forma de afrontar esos problemas, concluye, no incluye solo el intelecto, sino la entrega diaria de uno mismo a la unión consciente con Dios.

El segundo artículo, Convertir la adoración y el servicio en el centro de nuestra vida, de Kathleen Swadling, examina de cerca cómo interiorizamos los conceptos de adoración y servicio, así como la forma en que podemos incorporar en nuestra vida una práctica significativa y diaria de adoración y servicio. Nos recuerda el papel central que desempeña la adoración en cualquier progreso espiritual: «la adoración es realmente el manantial, la premisa fundamental de la que surge todo lo demás de valor espiritual». En particular, Kathleen subraya el punto de que la relación con nuestro Padre es como cualquier relación de amor: hay que trabajar en ella y este trabajo incluye no solo la adoración, sino también una actitud de sinceridad, tomar las decisiones correctas, compartir nuestra vida con Dios y, lo que es igual de importante, ofrecer nuestro servicio por amor a los demás.

Nuestro tercer artículo, Prepararse para la espontaneidad, de Chris Wood, aborda los métodos con los que intentamos compartir las enseñanzas de El libro de Urantia con otros, especialmente con los que no están familiarizados con él. El subtítulo de su artículo, El trabajo necesario para no parecer loco, lo resume muy bien. Estoy seguro de que muchos de nosotros (si no todos), que estamos muy entusiasmados con esta revelación, nos hemos visto en situaciones incómodas cada vez que intentamos compartir citas brillantes del libro. De hecho, podemos parecer locos. Pero Chris tiene algunos buenos consejos sobre cómo presentar las enseñanzas con tacto y eficacia.

Y finalmente nuestro cuarto artículo, Los mileniales y la Iglesia: Una lección importante para el movimiento Urantia, de Bruce Jackson, aborda una cuestión sobre la que muchos de los veteranos de El libro de Urantia hemos reflexionado durante mucho tiempo: ¿Dónde están los jóvenes? Es la misma pregunta que se hacen hoy en día la mayoría de las instituciones religiosas, y me atrevería a decir que no son solo las religiones las que sufren este destino de indiferencia, sino casi cualquier organización, incluidos los clubes de servicio como Kiwanis International, o incluso los clubes locales de fotografía. Bruce echa un vistazo a la considerable investigación que las organizaciones cristianas y los centros de investigación han llevado a cabo en un intento de entender por qué los mileniales son tan conformistas a la hora de unirse a grupos religiosos, y luego aplica el mismo razonamiento al movimiento Urantia. Son pensamientos sobre los que hay que reflexionar si queremos comprometer seriamente a nuestros jóvenes en la quinta revelación de época.

Sin citas no hay decepciones

Christopher Ross (EE.UU.)

La adversidad y el auténtico yo

(Texto adaptado y actualizado a partir de una presentación dada en la miniconferencia de la Asociación de Virginia-Carolina de 2018, de tema «La misión de la adversidad y el valor espiritual de las decepciones»)

«Este sábado por la noche, el Maestro habló durante más de una hora a los grupos reunidos sobre "la misión de la adversidad y el valor espiritual de las decepciones". Fue un acontecimiento memorable y sus oyentes no olvidaron nunca la lección que les impartió.» [Documento 151:0.1, página 1688.1, negrita añadida]

En 1985, cuando me mudé con mi primera pareja masculina, solo nos conocíamos desde hacía dos semanas. Y en esas dos semanas probablemente no habíamos estado juntos más de dos o tres veces. Pero Owen me dio la llave de su apartamento casi de inmediato; así que, cuando mi matrimonio se desmoronó de forma bastante abrupta y mi ahora exmujer me pidió que me fuera, sabía exactamente a dónde iría..

A lo largo de las semanas y meses siguientes, mientras Owen y yo nos íbamos conociendo, supe que le gustaban libros como Un curso de milagros; Las nieblas de Avalon, de Marion Zimmer Bradley, una recreación de la leyenda del rey Arturo desde el punto de vista femenino; Visualización creativa, de Shakti Gawain, y El material de Seth. Seth afirmaba ser un maestro espiritual que hablaba a través de la autora Jane Roberts mientras ella estaba en trance.

Owen leía y releía estos libros una y otra vez, subrayando con un lápiz rojo mate. Ahora se me ocurre que nunca le vi meditar o rezar, solo leer y releer estos libros con su pequeño lápiz rojo.

Por lo menos, estos libros influyeron en el discurso de Owen, salpicado de frases como «Todo es energía», «Creamos nuestra propia realidad» y «No hay víctimas, solo voluntarios». Yo no tenía ni idea de lo que estaba hablando. Mi vida era un desastre, y definitivamente no me había ofrecido como voluntario para nada de eso. Y en cuanto a que todo era solo energía, bueno…

Entre los mantras de Owen estaba también esta frase: «Sin citas no hay decepciones». Esa sí la entendí: no estar tan obsesionado con un resultado para que su no materialización sea recibida con ecuanimidad y aceptación en lugar de con depresión y desesperación.

Hace ya veintitrés años que Owen, al parecer, consideró que su vida era una decepción insuperable y se ahorcó detrás de la puerta de su casa. A menudo me pregunto qué habría hecho él con El libro de Urantia. ¿Habría sido solo otro ejercicio de subrayado, acompañado de un nuevo conjunto de frases hechas, o habría encontrado en sus páginas un camino para descubrir y hacerse amigo de su auténtico yo? El yo que no está atado al ego, el yo que no está ahogado por las deudas, el yo que no está derrotado por su falta de éxito como actor a pesar de su enorme talento.

Pero ¿cómo se hace eso exactamente? Descubriendo tu auténtico yo y haciéndote amigo de él. Si estoy dispuesto a aceptar que no soy mi currículum, mis éxitos o fracasos, mi puesto de trabajo, mi saldo bancario, mi raza, religión, etnia o cultura, así como todas las etiquetas que llevo como exmarido, estadounidense, sacerdote contemplativo o vegano, si no soy mi nombre, mis pensamientos o emociones, o quizás lo más importante, mi cuerpo, entonces ¿quién demonios soy?

¿Y quién está dirigiendo el espectáculo?

El papel que desempeña el Ajustador del Pensamiento en nuestra vida es un escollo para mí cada vez que lo leo. En el documento 108 nos dicen:

Los Monitores de Misterio no son ayudantes del pensamiento; son ajustadores del pensamiento. Trabajan con la mente material a fin de construir … una nueva mente para vuestra carrera futura en los nuevos mundos. Su misión está relacionada principalmente con la vida futura, no con esta vida. Se les llama ayudantes celestiales, no ayudantes terrenales.

He aquí la sorpresa.

No están interesados en hacer fácil la carrera mortal; se ocupan más bien de hacer vuestra vida razonablemente difícil y dura a fin de estimular y multiplicar vuestras decisiones. La presencia de un gran Ajustador del Pensamiento no proporciona una vida fácil ni os libera de tener que pensar intensamente, pero este don divino os conferirá una sublime paz mental y una magnífica tranquilidad de espíritu. [Documento 108:5.5, página 1191.6]

La tarea del Ajustador consiste en prepararos para la aventura eterna, asegurar vuestra supervivencia. El Monitor de Misterio no tiene la misión de suavizar vuestros sentimientos agitados o de socorrer vuestro orgullo herido; la preparación de vuestra alma para la larga carrera ascendente es lo que retiene la atención y ocupa el tiempo del Ajustador. [Documento 108:5.6, página 1192.1]

Por lo tanto, al mirar hacia atrás en mis setenta años, no puedo evitar preguntarme: ¿Qué situaciones de mi vida han sido obra del Ajustador? ¿Qué circunstancias se pusieron en mi camino que crearon una existencia «razonablemente difícil y dura» para mí?

Por supuesto, la lista es interminable, pero destacan la cruel y ensimismada tirana que tuve por madre, que esperaba que sus hijos la cuidaran a ella en lugar de viceversa; un padre poco cariñoso y falto de interés, muy avergonzado por mi escasa habilidad atlética y mi desprecio por los deportes; y por último, pero no menos importante, mi orientación sexual. Algo que no me disgusta lo más mínimo, pero la infelicidad del resto del mundo al respecto ha causado un dolor indecible.

¿Y qué hay de todas las malas decisiones que he tomado? El choque de trenes que describe bien mi historial financiero. Las relaciones abusivas que entablé de manera entusiasta con parejas, amigos y empleadores. La cadena aparentemente interminable de trabajos que adormecen la mente y aplastan el espíritu y que, en resumen, no puedo llamar seriamente una carrera.

Por supuesto, cada uno de nosotros tiene una lista. Mi vida no ha sido ni mejor ni peor, ni más difícil ni más fácil que la de los demás, ni yo, con la limitada perspectiva de un simple mortal, estoy en condiciones de juzgar.

Entonces ¿el papel principal del Ajustador del Pensamiento es proporcionar los limones y nuestro reto hacer limonada? Ese tipo de optimismo y fuerza interior me eran completamente extraños cuando crecía. Me enseñaron que el mundo es un lugar peligroso y que la perdición y la oscuridad acechan a la vuelta de la esquina. El ejemplo que me dieron fue que todo era una catástrofe de proporciones bíblicas y que la respuesta adecuada no era volver a intentarlo, sino rendirse inmediatamente y meterse en la cama durante al menos tres días.

Aunque puede que no haya seguido este ejemplo al pie de la letra, sin duda me lo tomé a pecho emocionalmente. La desesperación, la desesperanza y la depresión marcaron mi adolescencia y persistieron durante varias décadas.

¿Por qué no pude ser como Barbra Streisand, el icono gay de mi adolescencia? Cuando su madre se burló de sus sueños y ambiciones y le dijo que fuera a la escuela de secretariado, Streisand, en una entrevista que concedió hace muchos años, adoptó una actitud de «¡Ya te lo enseñaré!». Y obviamente lo hizo.

Owen tenía buena parte de las agallas y la fortaleza de Streisand, aunque de forma más pasivo-agresiva. Mientras sus padres pensaban que iba a la universidad, por ejemplo, en realidad estaba de aprendiz en un teatro local de Pittsburgh, donde creció. En su total y absoluto ensimismamiento, su padre y su madre firmaron los cheques de la matrícula a nombre de Owen en lugar de a nombre de una escuela y nunca preguntaron por los cursos de estudio, las calificaciones o, bueno, por su vida. En su lugar, iban al club de campo y jugaban a la versión americana de Mantener las apariencias.

Cuatro años más tarde, al acercarse la graduación, el secreto de Owen salió a la luz y hubo que pagar un infierno. Sin embargo, consiguió negociar un año o dos en Nueva York (no recuerdo las condiciones exactas) y en 1966 se mudó a un apartamento de alquiler controlado en Waverly Place, el único apartamento que ocupó en Nueva York y al que me mudé aquel fatídico día de 1985.

Por supuesto, sus padres sabían desde siempre que tenía el gusanillo de la interpretación, pero prefirieron matarlo en lugar de alimentarlo, del mismo modo, creo, que mi madre comprendió que no debía llevarme con ella a la ópera porque me habría gustado demasiado y ¿qué iba a hacer ella con una reina de la ópera por hijo en el Cleveland (Ohio) de 1960?

Sí, Owen era mucho más decidido y persistente que yo. Un sábado, de paseo por el Village, buscaba, bueno, no recuerdo exactamente, un tipo concreto de calcetines, zapatos o pantalones. Desanimado después de dos o tres intentos infructuosos, me quejé: «Oh, olvídalo». La respuesta instantánea de Owen aún está grabada en mi mente: «Te rindes muy fácilmente».

Sin embargo, fue él quien finalmente se rindió. Hay muchas razones para ello y no intento simplificar su vida o su muerte, pero sé que no tenía la visión de conjunto que ofrecen la meditación y El libro de Urantia. La imagen más amplia del universo, del lío en el que estamos aquí en Urantia, de Dios, de la vida. Las explicaciones, la comprensión y el consuelo que he encontrado en esta cosa llamada El libro de Urantia han marcado la diferencia. Es, como he dicho muchas veces, lo más importante que he leído nunca.

Por desgracia, no disponemos de la transcripción de la charla de Jesús sobre «La misión de la adversidad y el valor espiritual de las decepciones» a la que se hace referencia al principio del documento 151. Nos ofrecen muchos de sus discursos, pero este solo se menciona de pasada, a pesar de que se le califica de memorable. ¿Dio Jesús a sus apóstoles el discurso de la limonada? Quizá nunca lo sepamos.

Dejando de especular, pensé en el Libro de Job. A pesar de todo lo que le ocurrió, «… Job no… acusó a Dios de haber obrado mal» (Job 1:22). No se quejó ni se lamentó: «¿Dónde estaba Dios?», como hace mucha gente cuando ocurre alguna atrocidad. Oí esto con frecuencia después de los ataques terroristas en Nueva York. «¿Dónde estaba Dios el 11 de septiembre?» era un estribillo común entre muchos grupos de personas.

¿Dónde estaba Dios? Donde siempre está: en la Isla Eterna del Paraíso y dentro de cada uno de nosotros. Atrocidades como el 11-S no son el tipo de adversidad que el Ajustador del Pensamiento pone en nuestro camino. Dios no es cruel ni vengativo y no pone en escena ataques terroristas, tiroteos en escuelas, guerras mundiales o crucifixiones, para el caso, con el fin de hacer nuestra vida «razonablemente difícil y dura». Nosotros hacemos todo eso.

La adversidad, más bien, es lo que nos obliga a examinar lo que es importante y lo que no lo es. Nos despoja de las comodidades de nuestra vida, de nuestras posesiones, quizás de nuestras habilidades físicas, de nuestras capacidades mentales, y sobre todo de nuestros amigos y familiares. Cuando no tenemos nada ni a nadie, ¿qué tenemos?

Una opción es la decepción, que suele ir acompañada de ira, resentimiento, amargura y varias palabras malsonantes que podría compartir con ustedes en privado.

La otra opción es nuestro auténtico ser despojado y desnudo. Por eso, tal vez el valor espiritual de la decepción reside en el grado en que nos sacude por los hombros y nos recuerda que solo Dios, solo el amor, solo la luz es eterna. Nada más, incluida la vida terrenal, importa realmente.

Creo que Owen entendía todo eso, al menos intelectualmente. Pero también creo que nunca lo experimentó visceralmente, y hasta que lo experimentamos, es un paliativo que al final decepciona. Owen solo buscó respuestas fuera de sí mismo, cruelmente desechado por un terapeuta que una vez afirmó que «no tenía fondo» y a quien por tanto no se le podía ayudar.

Por eso no logró hacer el trabajo, comprometerse con la interminable entrega diaria de uno mismo a la Unión consciente con Dios, como lo expresó el autor Joel Goldsmith. Trágicamente, todo lo que Owen creía tener era su pequeño lápiz rojo y el cinturón con el que se ahorcó.

Convertir la adoración y el servicio en el centro de nuestra vida

Kathleen Swadling (Australia)

(Adaptado de una presentación dada en la Conferencia Anual de Australia y Nueva Zelanda en Tasmania, 2010)

Dedicamos mucho tiempo a entender la definición de adoración y servicio. Y si voy a escribir sobre «convertir la adoración y el servicio en el centro de nuestra vida», será mejor que me concentre en explorar los cómos y porqués de poner en práctica e interiorizar las profundas verdades que descubrimos sobre estos temas a través de nuestro estudio del libro.

La clave para servir a los demás (para ser una persona dinámicamente útil en el mundo) es nuestra relación personal con el Padre. Me pregunto cuántos de nosotros dedicamos de manera consistente un tiempo regular para ir solos a un lugar tranquilo donde no nos molesten y comunicarnos con el Padre, para orar y adorar. Me gustaría levantar la mano y decir «yo lo hago», pero si he de ser realmente sincera con ustedes debo decir que, aunque idealmente me gustaría ser más regular y consistente, a veces es un poco como tratar de establecer tiempos regulares para hacer ejercicio: a veces me emociono y adquiero una rutina regular, mientras que otras veces lo dejo pasar y pierdo el hábito. 

¿Cuántos podemos decir que la adoración y el servicio son el centro de nuestra vida? Independientemente de cuánto amemos a Dios y deseemos encontrarlo y hacer su voluntad, encontrar tiempo para adorar puede ser difícil cuando tenemos horarios muy apretados. Muchos de nosotros estamos en movimiento desde el minuto en que nos levantamos hasta el minuto en que nos vamos a dormir por la noche. Las exigencias de la vida cotidiana nos impiden sacar un tiempo precioso para ir a buscar un rato a solas en el que estar en comunión con Dios. Y a menudo, cuanto más ocupados e involucrados estamos en las luchas diarias de la vida, menos podemos frenar y tomarnos un tiempo. Podemos tener niños pequeños, podemos tener un cónyuge que nos necesita, podemos tener un horario de trabajo pesado (o todo lo anterior), o simplemente podemos estar demasiado cansados para dar un paseo a ese lugar tranquilo favorito. Lo más probable es que los momentos en los que más lo necesitamos sean los momentos en los que es menos probable que hagamos el esfuerzo.

En realidad, todo acaba siendo cuestión de las elecciones que hacemos y de cómo organizamos no solo nuestra vida exterior, sino también nuestra vida interior. Estudiando El libro de Urantia hemos aprendido que la adoración, la comunión con nuestro Padre, es la clave para el desarrollo de nuestra alma, para hacernos más reales como seres espirituales indestructibles. También hemos aprendido que la llamada al servicio es el derramamiento directo de amor a nuestros semejantes cuando logramos experimentar la verdadera naturaleza de Dios a través de la experiencia de adoración. Y por supuesto, el amor y el servicio son los precursores de la realización de la hermandad del hombre bajo la paternidad de Dios.

Luego la adoración es realmente el manantial, la premisa fundamental de la que surge todo lo demás de valor espiritual. Si no nos tomamos el tiempo para estar en comunión con el Padre, o si no logramos establecer una conexión que nos dé esa sublime experiencia de sentir que realmente hemos tocado de alguna manera su amorosa naturaleza divina, nuestra búsqueda espiritual puede convertirse en una lucha mucho mayor que si tenemos intervalos regulares de comunión exitosa. También puede ser que el deseo de vivir una vida de servicio a nuestros semejantes como resultado de amar a Dios no sea muy fuerte.

Como en cualquier relación (intercambio entre personalidades), cultivar una amistad con el Padre es similar a cultivar cualquier otra relación. El amor es la clave; la adoración es un poco como la expresión de una relación amorosa personal con el Padre. Y como en cualquier relación amorosa, hay que mantenerla viva, mantener la llama del amor encendida, hay que entregarse a quien quieres y admiras. Tienes que demostrarle que te importa, hacer cosas que sabes que le agradan, decirle que le quieres, agradecerle su adorable naturaleza y sus fabulosos atributos, reflexionar sobre sus atributos de verdad, belleza y bondad, sentir su amor y el impresionante poder e inspiración que puede aportar. Contempla el poder de su amor, que es la fuente de todo y lo impulsa todo. Escucha su respuesta, ten fe en que te está escuchando e intenta comunicarse contigo. Quédate quieto y escucha… Es entonces cuando puedes empezar a sentir y experimentar una presencia espiritual.

Motivarse

Pero ¿cómo nos motivamos para tomar esas decisiones y desarrollar buenos hábitos que favorezcan la adoración y la oración? Puede ser útil recordar que somos los arquitectos de nuestra propia vida. La energía fluye hacia donde va la atención. Nuestras decisiones personales son la clave de nuestro bienestar.

Las llaves del reino de los cielos son la sinceridad, más sinceridad y aún más sinceridad. Todos los hombres poseen estas llaves. Los hombres las utilizan — elevan su estado espiritual — mediante sus decisiones, más decisiones y aún más decisiones. La elección moral más elevada consiste en elegir el valor más elevado posible, y ésta siempre consiste — en cualquier esfera, y en todas ellas — en elegir hacer la voluntad de Dios. [Documento 39:4.14, página 435.7]

Un carácter cósmicamente moral y divinamente espiritual representa la acumulación capital de las decisiones personales de la criatura, unas decisiones que han sido iluminadas por la adoración sincera, glorificadas por el amor inteligente, y consumadas en el servicio fraternal. [Documento 117:5.13, página 1287.4]

La dedicación afectuosa de la voluntad humana a hacer la voluntad del Padre es el regalo más selecto que el hombre puede hacerle a Dios; de hecho, una consagración así de la voluntad de la criatura constituye el único obsequio posible de verdadero valor que el hombre puede hacerle al Padre Paradisiaco. … no hay nada que el hombre pueda darle a Dios, salvo esta elección de someterse a la voluntad del Padre …. [Documento 1:1.2, página 22.5]

Y para todos los que estén dándole vueltas a lo que significa realmente «hacer la voluntad del Padre»:

Hacer la voluntad de Dios es ni más ni menos que una manifestación de la buena voluntad de la criatura por compartir su vida interior con Dios… [Documento 115:5.1, página 1221.2]

Pienses lo que pienses que significa hacer la voluntad de Dios, no te preocupes más, porque aquí está en pocas palabras: muestra la voluntad de compartir tu vida interior con Dios y el resto fluirá con toda seguridad como resultado de esa simple elección. ¿No debería ser esto una motivación para desarrollar el hábito de encontrar tiempo para estar en comunión regular con el Padre?

Una vez que estamos motivados y hemos tomado la decisión, es hora de trabajar en la técnica. Lo que quiero decir con esto es que una cosa es ir solo a un lugar tranquilo (ojalá en un entorno hermoso), pero otra es aquietar la mente y ser receptivo a las realidades espirituales. De alguna manera, tenemos que desarrollar una técnica para preparar la mente de tal manera que nuestra antena espiritual esté sintonizada con la frecuencia correcta. Las religiones orientales están repletas de gurús que dan una «técnica de meditación»; el movimiento de la Nueva Era es grande en terapias de relajación. Cada uno tiene que encontrar su propia técnica para aquietar la mente y relajarse lo suficiente. Necesitamos estar en estado de relajación para centrar la mente en la comunicación con Dios y luego aquietar la mente para reflexionar sobre la naturaleza y el carácter amables de Dios y ser receptivos a la experiencia que viene a través de la expresión de amar a Dios.

Ser capaz de relajarse es, en mi opinión, un aspecto muy importante de todo esto. Lamentablemente, creo que nuestra incapacidad para relajar verdaderamente el cuerpo y la mente es uno de los elementos clave de la infelicidad de las personas y uno de los principales inhibidores de la oración y la adoración eficaces. Podemos crear nuestra propia desgracia solo con permitirnos estar en un estado constante de estrés. La gestión del estrés (desarrollar el arte de la relajación) es el paso previo para entrar en un estado de oración y adoración; cuando llegamos a las alturas de la verdadera adoración, nos sentimos realmente renovados y recargados en cuerpo, mente y espíritu.

Reflexionar sobre la naturaleza de Dios

Una vez que estamos lo bastante relajados, ¿cómo podemos dirigir nuestros pensamientos para llevarlos a los compartimentos superiores de la mente? ¿Qué tal si empezamos por reflexionar sobre unas sencillas verdades básicas acerca del Padre Celestial?

Dios es amor. [2:5.1]

el amor es la característica dominante de todas las relaciones personales de Dios con sus criaturas. [2:5.12]

El amor es el deseo de hacer el bien a los demás. [56:10.21]

Podemos encontrar algunas pistas para hacer que la adoración funcione en declaraciones como esta:

…adoramos simplemente a Dios por lo que comprendemos que él es. … le rendimos esa devoción y nos dedicamos a esa adoración como reacción espontánea y natural al reconocimiento de la personalidad incomparable del Padre y a causa de su naturaleza encantadora y de sus atributos adorables. [5:3.3]

Entonces ¿qué marco debemos utilizar durante nuestras meditaciones o sesiones de adoración para reflexionar sobre la «naturaleza encantadora» y los «atributos adorables» del Padre? He aquí algunas pistas más:

de todas las revelaciones de la naturaleza divina, la más instructiva y la más espiritualmente edificante ha de buscarse en la comprensión de la vida religiosa de Jesús de Nazaret…. Si la vida encarnada de Miguel la tomamos como trasfondo de la revelación de Dios al hombre, podemos intentar poner en símbolos verbales humanos ciertas ideas e ideales sobre la naturaleza divina que quizás puedan contribuir a iluminar y a unificar mejor el concepto humano de la naturaleza y del carácter de la personalidad del Padre Universal. [2:0.2 ]

vuestra mayor revelación del amor del Padre se puede contemplar en la vida de donación de su Hijo Miguel cuando vivió en la Tierra la vida espiritual ideal. [2:5.10]

Cuando meditéis sobre la naturaleza amorosa de Dios, sólo hay una reacción razonable y natural de la personalidad: amaréis a vuestro Hacedor cada vez más; tendréis por Dios un afecto análogo al que un niño siente por su padre terrestre; porque al igual que un padre, un padre real, un verdadero padre, ama a sus hijos, el Padre Universal ama a sus hijos e hijas creados y busca constantemente su bienestar. [2:5.9]

La experiencia de amar es en gran medida una respuesta directa a la experiencia de ser amado. [2:5.8]

¿Y qué hay del servicio? Esta cita lo dice todo:

Todo amor verdadero procede de Dios, y el hombre recibe el afecto divino a medida que ofrece este amor a sus semejantes. El amor es dinámico. Nunca puede ser apresado; es vivo, libre, emocionante y está siempre en movimiento. El hombre nunca puede coger el amor del Padre y encarcelarlo dentro de su corazón. El amor del Padre sólo puede volverse real para el hombre mortal cuando pasa a través de la personalidad de ese hombre a medida que otorga a su vez este amor a sus semejantes. [117:6.10]

Algo bastante potente: «El amor del Padre solo puede volverse real para el nombre mortal cuando pasa a través de la personalidad de ese hombre a medida que otorga a su vez este amor a sus semejantes…» (negrita añadida)

El impulso de servir a Dios y al hombre procede de una experiencia vital interior, de la experiencia de adoración de sentir realmente el poder del amor de Dios y el inevitable impulso de devolverle nuestro amor a través del servicio a nuestros semejantes. 

El deseo de servir

La motivación para servir se manifiesta de diferentes maneras. Está el aspecto más inconsciente de servir «mientras se va de paso» que surge automáticamente como resultado del «deseo de hacer el bien a los demás». Si vivimos nuestra vida llevando los frutos del espíritu como un alma saturada de amor, entonces nuestra fragancia espiritual se contagiará a los que nos encontremos de paso. También está el aspecto de tomar una decisión más consciente de hacer algunas cosas en particular que creemos que serían útiles para la humanidad, como involucrarse en algún tipo de proyecto que creemos que será útil. Cada uno tiene su propio viaje personal y único en su vida de servicio y la clave es que cada uno descubra cómo puede ser más eficaz.

Entonces, si estamos tan motivados para derramar este amor a nuestro prójimo (para dar algo a cambio en el servicio amoroso desinteresado), ¿cómo nos organizamos para reunirnos y ser eficaces en esta sección de hacer del servicio el centro de nuestra vida?

La religión no es una técnica para conseguir una paz mental estática y feliz; es un impulso destinado a organizar el alma para un servicio dinámico. Es el reclutamiento de la totalidad del yo para el servicio leal de amar a Dios y servir a los hombres. [100:3.1]

Considero que esta idea de «organizar el alma para un servicio dinámico» tiene dos vertientes:

1. Establecer patrones de conducta y desarrollar técnicas para que podamos comunicarnos efectivamente con el Padre.

2. Ponernos en el estado de ánimo adecuado, establecer el marco de pensamiento correcto que nos ayude a ver la forma más sabia y eficaz de servir a la mediación dinámica-factual.

Veamos de nuevo esta cita:

Un carácter cósmicamente moral y divinamente espiritual representa la acumulación capital de las decisiones personales de la criatura, unas decisiones que han sido iluminadas por la adoración sincera, glorificadas por el amor inteligente, y consumadas en el servicio fraternal.

Las elecciones son importantes

Dado que las opciones para el servicio dinámico son tan grandes, y porque sabemos que queremos hacer las cosas a la manera de Dios, nuestra vida de oración habitual se convierte en la clave de este proceso de toma de decisiones: hablar de nuestras cosas con el Padre, exponer todos los hechos de nuestra vida personal, ser verdaderamente honestos con nosotros mismos y con Dios, comprender nuestras capacidades, habilidades y limitaciones, tener todo en cuenta y pedir al Padre que nos guíe y dé fuerza, valor y sabiduría para tomar decisiones sensatas y prácticas sobre la manera mejor y más eficaz de servir. 

Decidir qué hacer y cómo aplicar las cualidades espirituales a nuestra vida de servicio es algo increíblemente personal y no debemos permitir presiones externas de personas que intenten decirnos lo que debemos hacer a modo de servicio. También hay que tener cuidado con el cargo de conciencia; a veces nos sentimos culpables a través de una programación condicionada o de personas que intentan decirnos lo que debemos hacer, aunque en nuestro corazón sintamos que está mal. Tenemos que aprender a escuchar nuestro espíritu interior para discernir lo que es mejor. Tenemos que establecer un sano respeto por nosotros mismos; cada uno tiene que descubrir su propio viaje y ser el capitán de su propio barco. Con Dios (el espíritu interior) como socio principal y con intentos regulares de comunicación a través de la oración y la adoración, deberíamos ser capaces de manejar nuestra nave a través de la mayor de las tormentas, tanto en nuestra vida interior como exterior, y encontrar maneras de dirigir nuestros impulsos para servir de manera sabia y eficaz.

Y para terminar, no olvidemos la prueba de fuego de los frutos del espíritu. 

Frutos del espíritu:

Servicio amoroso
Consagración desinteresada
Lealtad valiente
Equidad sincera
Honradez iluminada
Esperanza imperecedera
Confianza fiel
Ministerio misericordioso
Bondad inagotable
Tolerancia indulgente
Paz duradera



Prepararse para la espontaneidad

Chris Wood (EE.UU.)

El trabajo necesario para no parecer loco

(Adapación de una presentación dada en el primer evento virtual de 24 horas, marzo de 2020)

Tenemos un problema en la comunidad Urantia. Corremos el peligro de convertirnos en una tribu aislada de un mundo aislado. Si no adaptamos constantemente el lenguaje que utilizamos a las culturas que nos rodean, nos aislaremos aún más y no conseguiremos llevar las verdaderas enseñanzas de Jesús al mundo.

Soy filósofo de formación. Mi curso favorito para enseñar era Introducción a la Filosofía. Los cursos introductorios traducen las ideas de un tema al lenguaje común, mientras que los cursos de profundización te enseñan un nuevo lenguaje para desarrollar mejor esas ideas. Me gustaba la idea de tomar lo que podría ser literalmente toda una vida de trabajo y dedicación y reducirlo a una hora de lectura y una hora de clase. Hay que dar suficiente gancho a cada tema para que pueda captar la atención de un estudiante, suficiente profundidad para que muestre la valía de dedicar una carrera a su estudio, suficientes pistas sobre futuros estudios para dar a esos estudiantes caminos para avanzar, pero también suficiente estructura y cierre para que el 99% de los estudiantes que escuchan y no están fascinados puedan recordar más adelante: «Ah, sí, el utilitarismo. Es genial para la toma de decisiones en grupo, pero creo que es defectuoso como sistema moral individual».

Creo que debería aplicarse la misma estructura a El libro de Urantia. Estamos tan entusiasmados con estas enseñanzas que queremos tratar a cada persona como si fuera la única persona entre cien que se va a enganchar a él y lo va a incorporar a su vida. Acabamos haciendo un flaco favor a la inmensa mayoría de personas a las que podríamos dejar con una vaga noción sobre El libro de Urantia. «Urantia, sí… Relación directa entre las personas y Dios, un universo organizado. He conocido a algunas personas a las que les gusta eso. Son normales».

Ese debería ser el primer objetivo de todo esfuerzo de divulgación que hagamos: los estudiantes de El libro de Urantia son normales. Igual que en el juramento hipocrático está «primero, no hacer daño», deberíamos tener una advertencia similar: «primero, no parecer loco».

Cada debate sobre la fe es distinto. No sirve de nada esbozar una lista de control paso a paso. La audiencia es diferente si estamos frente a un grupo pequeño, un aula grande, un solo extraño o un par de amigos durante la cena. Sin embargo, defiendo que todos podemos tener puntos de partida, frases que nos ayuden a entrar en la mentalidad adecuada para discutir las enseñanzas de Urantia con los que no son estudiantes de Urantia.

Con el fin de prepararnos para estos debates, necesitamos un examen honrado de nuestras creencias y de nuestros escollos lingüísticos, un examen de nuestra audiencia y de cuál es nuestro objetivo para esa audiencia, de los idiomas que usan otras comunidades y de los puentes lingüísticos para conectar las enseñanzas Urantia con esa audiencia. Este documento es un vistazo al intento de alguien de conquistar este camino.

Las extrañas palabras que tejemos

Las cosas que creo que suenan raras

En 2013, la Fundación, la Fellowship y la Asociación se coordinaron para contratar a un equipo de formación de medios de comunicación para que fuera a Chicago y nos hiciera un breve análisis de nuestros puntos fuertes y nuestros escollos como comunidad.

La psicología nos dice que tenemos siete segundos para causar una primera impresión. ¿Qué podemos hacer o dejar de hacer para parecer normales durante siete breves segundos? Una lección: ¡dejemos de referirnos a nosotros mismos como seres humanos! Lo hacemos todo el tiempo en las conferencias de Urantia y en las publicaciones de Urantia. «Motivaciones humanas», «razones humanas», «relaciones humanas». De las preguntas frecuentes de la Fellowship: ¿Qué es El libro de Urantia? «Es un libro sobre nuestro mundo. Describe el origen, la historia y el destino de los seres humanos en un universo amistoso y bien ordenado que está sostenido y apoyado por un Dios amoroso». La mayoría de la gente no se refiere a sí misma como «seres humanos». Nos referimos a nosotros mismos como «personas». Al llamar a las personas «seres humanos» es como si nos diferenciáramos de los humanos, los «humanos» son un ELLOS, no un NOSOTROS. Por supuesto, no es nuestra intención que se vea así. Decimos «humano» para diferenciarnos de lo divino. Cuando decimos «relaciones humanas» no queremos contraponer «relaciones humanas» frente a «nuestras relaciones», sino «relaciones humanas» frente a «relaciones divinas». En los círculos Urantia se da por supuesto, es parte de la taquigrafía lingüística que hemos desarrollado en los últimos 60 años. Pero si cometemos el simple error lingüístico de confundir «conversaciones Urantia» con «conversaciones religiosas», corremos el riesgo de parecer locos ante el público en general.

He aquí un ejemplo más: ¿Qué queremos decir con «lectores» o «lectores de Urantia»? Lo decimos literalmente: leemos un libro. Pero en una conversación espiritual, el público americano en general escucha «lector» como «lector de manos», horóscopos o algún otro rincón místico. Al llamarnos «lectores», la población general nos categoriza inconscientemente con un montón de místicos fraudulentos. Solo disponemos de siete segundos, que no son suficientes para diferenciar lo que decimos y lo que queremos decir. Nos descartan por una palabra que usamos siempre. En su próxima conferencia, cuenten cuántas veces oyen la palabra lector en un día.

Creo en los seres intermedios; en los Ajustadores del Pensamiento y los Controladores del Pensamiento; en los sectores mayores y los superuniversos; en Maquiventa y en los Hijos Maestros de la Trinidad, etc. La lista podría llenar unas cuantas páginas, pero cada uno de estos términos es una barrera entre mi audiencia y yo.

Entonces, ¿en qué creo? ¿Puedo tomar los principios básicos de mi fe y traducirlos a la lengua estándar de mi cultura, en mi caso el inglés americano? Creo que cada uno de nosotros tiene una relación directa con Dios. Creo que la vida sigue después de la muerte, pero que la muerte no añade nada a nuestra alma. Creo que una persona que conoce a Dios está obligada a servir a los demás. Creo que la ciencia, la filosofía y la religión son caminos hacia la verdad y que no se contradicen entre sí.

Todos tenemos que sentarnos a pensar en lo que creemos y exponerlo en un lenguaje estándar. Necesitamos tener estas creencias en la punta de la lengua, porque la próxima vez que su primo le pregunte «¿Qué es Urantia?» necesitará una respuesta menos descabellada que «el planeta 606 de Satania».

Justo lo que necesitamos: un sistema para dividir aún más a la gente

Identificar a nuestra audiencia

Hay innumerables formas de clasificar a una gran población, como la educación, la riqueza, la edad, la salud o la religión. Estas divisiones pueden ser útiles para la planificación de las organizaciones, pero son menos útiles cuando llegamos al individuo. Dicho esto, propongo las siguientes divisiones de la población mundial entera. Además, creo que nuestras organizaciones Urantia deberían dedicar diferentes programas de alcance para cada uno de estos grupos:

1. Los que ni han oído hablar de El libro de Urantia ni les han alcanzado sus enseñanzas.

Este es nuestro grupo base. Probablemente han escuchado las enseñanzas de «Urantia» en su vida, pero quizá no han tenido aún ese momento «eureka». Le estoy robando el ejemplo a Jeff Wattles, quien podría estar robándoselo a alguien más, pero hay dos versiones de Jesús que se destacan en el cristianismo. Una es la del Jesús en la cruz que se sacrifica por los pecados del mundo. La otra es la del Jesús que limpió el templo, que ahuyentó a todos los que se interponen entre el hombre y Dios. Es este segundo Jesús el que el Dr. Wattles enfatizaba en sus clases, y me sirvió para comprender mejor las formas en que puedo llegar a los cristianos estadounidenses. Seguramente conocían a Jesús y el templo, pero quizás no lo habían destacado todavía como parte importante de su propia religión.

Hay muchos de esos puentes «eureka» en nuestra cultura. Ya sean las comedias de Norman Lear, Star Trek, J.J. Benítez o filosofía moral básica. Está ahí fuera, en el éter, solo que todavía no se le ha dado forma de manera religiosa. Podemos ayudar a hacerlo.

2. Los que nunca han oído hablar de El libro de Urantia pero les ha alcanzado alguna de sus enseñanzas.

Hay millones de personas que se aferran a algunas enseñanzas como las de Urantia y buscan el significado de lo que han captado. Es posible que hayan escuchado al Papa Francisco decir: «Gracias a los que nos han alegrado con su arte, con la belleza, que es el camino para llegar a Dios. La belleza nos lleva a Dios. Y un testimonio verdadero nos lleva a Dios, porque Dios también es la verdad, es la belleza, es la bondad, y un testimonio dado para servir es bueno, nos hace buenas personas, porque Dios es bueno. Nos lleva a Dios. Todo lo que es bueno, todo lo que es verdadero, todo lo que es bello nos lleva a Dios. Porque Dios es bueno, Dios es bello, Dios es la verdad». (Esto es de su discurso en Filadelfia el 27 de septiembre de 2015, pero en realidad solo hay que buscar en internet «Papa verdad belleza bondad" y se obtendrán un montón de resultados).

O puede que hayan leído a Rob Bell decir: «… hay algo en el aire, estamos en medio de un replanteamiento generalizado, un movimiento está ganando impulso, un momento de la historia se está gestando: hay una sensación creciente entre un número cada vez mayor de personas de que cuando se trata de Dios, estamos en el final de una era y el comienzo de otra, todo un modo de entender y hablar de Dios está muriendo mientras algo nuevo está naciendo». (What We Talk About When We Talk About God [De qué hablamos cuando hablamos de Dios], capítulo 1, pero si van a leer solo un libro de Rob Bell, lean Love Wins [El amor gana]).

Estas ideas han echado raíces en su mente y están pensando en ellas, están rezando sobre ellas, están buscando a otros que puedan ayudar a dar sentido a esas verdades. Y nosotros podemos ayudar, podemos ser como Jesús y hacer preguntas y ayudarles a verbalizar las creencias que ya tienen y a hacerlas suyas como verdades importantes de su vida.

3. Los que han oído hablar de El libro de Urantia

Tal vez sea su amigo o su hermana el que estudie ese libro que tanto nos gusta. Tal vez escucharon un podcast sobre él o vieron algo en Internet. Tal vez conocieron a una persona al azar en una cafetería o viven en Boulder (Colorado). ¿Qué piensan de El libro de Urantia? ¿Creen que somos normales? ¿Raros? ¿Hippies? ¿Místicos? ¿Una secta? (De los expertos de Media Training: «No digan secta. No digan nunca la palabra secta. Si usan la palabra, no la repitan. No digan nunca secta»).

Se trata de personas que han oído hablar de El libro de Urantia pero que por alguna razón nunca han leído nada de él. ¿Cuál es esa razón? Lo más probable es que sea simplemente porque todavía no han tenido suficientes interacciones con El libro de Urantia. La gente que trabaja en ventas dice que hay un proceso hasta llegar a una venta y que implica tres interacciones positivas con la idea de hacer la compra antes de hacerla (quizá cinco interacciones, quizá doce, dependiendo de a quién preguntemos y de lo que se esté vendiendo).

Su conversación con esta persona es otra oportunidad para dejarle una interacción positiva con la idea de El libro de Urantia.

4. Los que han leído algo de El libro de Urantia.

Se han distribuido cerca de un millón de Libros de Urantia, pero solo hay unos 25.000 nombres únicos en los registros de nuestra base de datos. Incluso descontando a los que tenemos una docena de libros (mi mujer y yo tenemos cada uno una docena más o menos) parece que hay un gran número de personas que han leído algo de El libro de Urantia pero nunca han contactado con ninguna organización ni han seguido a la comunidad Urantia.

Y están ahí fuera. Mi mujer estaba leyendo El libro de Urantia en una cafetería y se le acercó un hombre que tenía un Libro de Urantia pero que nunca había leído mucho, aunque le gustaba. Unas semanas más tarde se encontraron de nuevo y él dijo que había sacado su libro y lo estaba leyendo de nuevo. Estos contactos han continuado durante el último año, pero nunca se ha presentado a un grupo de estudio.

5. Los que son estudiantes activos de El libro de Urantia pero no están implicados en la comunidad Urantia.

Hay un grupo de tamaño desconocido que son estudiantes activos de El libro de Urantia pero que sin embargo no participan en la comunidad Urantia. Una encuesta realizada en 2012 por la Fundación Urantia, la Urantia Book Fellowship y la Asociación Urantia Internacional reveló que el 65% de los encuestados nunca había asistido a un grupo de estudio. Y eran personas que estaban lo suficientemente comprometidas e implicadas en El libro de Urantia como para estar dispuestas a tomarse 15 minutos para responder a una encuesta en Internet.

6. Los que asisten a grupos de estudio.

«Grupos de estudio» aquí es un término abierto con el que quiero simbolizar el «compromiso mínimo en la comunidad Urantia». Tal vez asistan a un grupo de estudio físico o participen en un grupo de Internet. Tal vez participen en foros de discusión en línea o asistan a eventos anuales, si no semanales. Estas son las personas que conocemos.

7. Los que son activos en la comunidad Urantia.

Estas personas asisten a seminarios y conferencias. Pueden formar parte de un comité organizado de vez en cuando. Votan en las elecciones y dan a conocer su opinión.

8. Los que son hiperactivos en la comunidad Urantia.

Estas personas dedicarán una cantidad significativa de tiempo a un proyecto Urantia. Pueden formar parte de consejos o juntas directivas. Están dispuestos a dedicar tiempo cada semana durante años a la comunidad Urantia.

9. Los ultra-activos en la comunidad Urantia.

Estos son los líderes organizativos que van a dedicar parte de casi todos los días a la comunidad Urantia durante años.

Si vamos a tener una conversación al azar en una cafetería, o a inculcar las enseñanzas de Urantia en escenarios no religiosos, o a dar una presentación religiosa que puede o no mencionar El libro de Urantia, necesitamos conocer a nuestra audiencia y cuáles son nuestros objetivos para ese grupo. Obviamente las cosas son diferentes para cada individuo, pero como grupo sugiero que nuestros objetivos sean, primero, no parecer locos, y segundo, hacerles «subir» un nivel. Si nunca han sido tocados por las enseñanzas de Urantia, entonces traten de alimentarles con un pensamiento «eureka». Nuestro enfoque cambia cuando el objetivo no es «hablar de El libro de Urantia», sino resaltar algunas ideas e ideales más elevados con los que ya están involucrados y, naturalmente, nuestra elección de palabras también cambiará.

Si ellos tienen ese pensamiento «eureka», entonces háganles saber sobre El libro de Urantia. Este es quizás el momento en el que más nos equivocamos y donde necesitamos más entrenamiento. Conocemos a alguien con un gran pensamiento urantiano y tratamos erróneamente de convertirlo en un miembro de pleno derecho de la comunidad Urantia. Nos saltamos demasiados pasos. Al igual que una buena enseñanza puede pasar desapercibida para una persona, pero convertirse en un pensamiento «eureka» para otra, también la lectura de El libro de Urantia debe ser la idea que ellos tengan para sí mismos, no la idea que ustedes les inculquen. Aquí es donde entra en juego la formación de Introducción a la Filosofía. No tenemos una hora de lectura y una hora de clase. Tenemos siete segundos. Ese es el tiempo que tenemos para causar una primera impresión. Si dominamos esos primeros siete segundos, podemos conseguir otros treinta.

Tenemos siete segundos para proporcionar un gancho que capte su atención y les deje con ganas de más información, pero al mismo tiempo proporcionamos una historia completa que pueda quedarse en la cabeza del 99% que no se engancha, para que puedan recordarla si vuelven a oír la palabra Urantia. Y no debe parecer una locura. («Urantia. Sí, una vez conocí a una de esas personas. Parecían normales»).

Y si les dan otros treinta segundos, ¿pueden hablar durante todo ese tiempo de las enseñanzas básicas de Urantia sin pasarse? Necesitan un principio, un medio y un final, un gancho que pueda atraer más preguntas, pero también una narración completa para los que no pregunten.

¿Funcionó? ¿Pueden hablar un poco más? Ahora tienen tres minutos. ¿Ahora qué dicen? Mi consejo es que dejen de hablar de El libro de Urantia y en su lugar cuenten una historia personal que conecte una de sus creencias fundamentales con la vida real. Yo soy padre y por eso voy a una historia sobre la fe y el amor y los padres y los hijos, pero es distinto para cada uno.

Se trata de una formación básica de divulgación. Es el deber de cada uno de nosotros prepararse para ello, y el deber de nuestras organizaciones sociales proporcionar una formación básica.

Hablas raro

Alcance del grupo

Sí, la comunidad Urantia ha desarrollado un lenguaje propio abreviado, pero también lo ha hecho cada comunidad religiosa y grupo de interés. No se puede esperar que una persona aprenda todos los lenguajes especiales. Lo mejor que podemos hacer es aprender algunos que nos interesen. Después de años de organizar stands en ferias de libros, exposiciones sobre mente/cuerpo/espíritu y otros eventos en los que esperamos despertar algún interés, nuestra comunidad tiene una idea de qué eventos dan más frutos. Me han dicho que nuestras exposiciones más exitosas son las de OVNIs, alienígenas y ciencia ficción. Esa es nuestra gente. Por desgracia no hablo ese idioma, pero sí hablo el filosófico. A menudo describo mi camino para conocer a Dios en los términos de Descartes. Como hablo filósofo, también hablo ateo, es decir, puedo dirigirme a quienes valoran la razón y la lógica por encima de la fe. También soy controlador aéreo, por lo que puedo hablar ese lenguaje (frases cortas, sin excesivos detalles ni palabras, los sustantivos son probablemente innecesarios. Nunca he conocido un adverbio que me guste). Recientemente me he unido a la iglesia presbiteriana local y estoy aprendiendo a hablar su dialecto cristiano.

Y el cristiano es un lenguaje interesante, muy diferente del filosófico. Asistí a un estudio bíblico en el que nos hacen leer pasajes seleccionados de toda la Biblia. Así que tomaron este pasaje del Libro de Isaías, que si no lo has leído últimamente, sácalo y dale una vuelta. Es como una escena de El Padrino en la que Dios es el jefe de la mafia, malvado y violento, e Israel es el humilde panadero. Dios dice: «Soy poderoso y ¿has visto toda esa gente que he matado, esas tribus que he aplastado, esas tierras que he quemado? Pero tú, Israel, oh, eres mi amigo. Quiero que seas feliz, y que tus hijos se sientan seguros, porque eres mi amigo. Por supuesto, si no fueras mi amigo podría devastarte a ti y a toda tu estirpe y destrozarte hasta que no fueras más que polvo. Pero no lo haré, porque somos amigos, así que ¿qué tal un buen sacrificio de vez en cuando?».

Así que en este estudio bíblico, el párrafo que nos hacen leer solo tiene a Dios diciendo: «Tú, Israel, oh, eres mi amigo. Quiero que seas feliz, y que tus hijos se sientan seguros, porque eres mi amigo». Lo que parece completamente fuera de contexto. Pero en realidad no lo está en el lenguaje de esta Iglesia. La Iglesia enfatiza el Nuevo Testamento y el concepto de Jesús de Dios como un Padre amoroso en el Cielo. Y cuando tienes esta revelación, naturalmente lees las escrituras anteriores a la luz de este padre amoroso. Es difícil apagar una revelación. Y sí, es difícil apagar El libro de Urantia cuando leo la Biblia, pero se trata de aprender su lenguaje. Se trata de su vocabulario. Todos hablamos diferentes idiomas culturales. Y con la práctica podemos aprender a traducir.

Construir puentes cortos

Empezar a traducir

Los puentes cortos conectan distancias pequeñas. Los puentes grandes pueden recorrer una distancia mucho mayor, pero también son más difíciles de construir y presentan retos desconocidos. En Praga hay un puente llamado el Puente del Suicidio porque es el único puente de la ciudad lo suficientemente alto como para que mueras si saltas de él. Es más seguro construir puentes pequeños. Ustedes y su vida hacen la mitad del trabajo. Sí, es demasiado pedir a una sola persona que tienda puentes entre todas las comunidades, pero ustedes se mueven libremente entre varias comunidades a lo largo del día, desde su profesión hasta su iglesia pasando por sus amigos, aficiones y estudios sobre Urantia. Solo necesitan construir pequeños puentes para conectar estos grupos y los idiomas que ya hablan.

Construir un puente no es tarea fácil para todos. Algunos pueden hacerlo de forma natural, pero para la mayoría es una tarea consciente que requiere práctica. ¿Conocen el lenguaje de su propia fe? ¿Conocen el lenguaje de su audiencia? ¿Pueden traducir entre ambos? ¿Están dispuestos a practicar?

Por lo menos, casi todo el mundo habla su lengua materna de manera genérica. Si podemos traducir los principios clave de nuestra fe a un lenguaje estándar, podremos comunicar nuestra vida interior con los demás.

El libro de Urantia nos dice: «Hacer la voluntad de Dios es ni más ni menos que una manifestación de la buena voluntad de la criatura por compartir su vida interior con Dios…» [Documento 111:5.1, página 1221.2]. Si creen, como yo, que nuestra relación con Dios nos lleva a servir a los demás, y si hacer la voluntad de Dios es compartir nuestra vida interior, ¿podemos estar de acuerdo en que parte del servicio a los demás implica compartir nuestra vida interior con ellos?

Podría cortar y pegar citas de El libro de Urantia para argumentar que Jesús siguió de forma natural un método similar al que se discute aquí, que era la única persona capaz de tender puentes entre todas las comunidades, que se esforzaba por aprender el lenguaje cultural de todas las comunidades, que sondeaba a la gente para determinar en qué punto de su vida espiritual se encontraban y ofrecerles una pequeña lección que los elevara al siguiente nivel. En su lugar, terminaré con cuatro párrafos del documento 132, «La estancia en Roma», sección 4, «Ministerio personal». Dice en una página lo que yo diría en diez.

Mientras estuvo en Roma, Jesús no dedicó todo su tiempo libre a esta tarea de preparar a hombres y mujeres para que se convirtieran en futuros discípulos del reino venidero. Pasó mucho tiempo adquiriendo un conocimiento íntimo de todas las razas y clases de hombres que vivían en esta ciudad, la más grande y cosmopolita del mundo. En cada uno de estos numerosos contactos humanos, Jesús tenía una doble finalidad: deseaba conocer la reacción de sus interlocutores ante la vida que estaban viviendo en la carne, y también era propenso a decir o a hacer algo que hiciera esta vida más rica y más digna de ser vivida. Durante estas semanas, sus enseñanzas religiosas no fueron diferentes de las que caracterizaron su vida posterior como educador de los doce y predicador para las multitudes.

La idea central de su mensaje era siempre el hecho del amor del Padre celestial y la verdad de su misericordia, unido a la buena nueva de que el hombre es un hijo por la fe de este mismo Dios de amor. La técnica habitual que Jesús utilizaba en sus contactos sociales consistía en hacer preguntas a la gente para hacerles hablar y llevarlos a conversar con él. Al principio de la entrevista, él era el que habitualmente solía hacer las preguntas, y al final eran ellos los que le interrogaban. Tenía la misma habilidad para enseñar haciendo preguntas como contestándolas. Por regla general, a quienes más enseñaba es a quienes menos decía. Los que obtuvieron el mayor beneficio de su ministerio personal fueron los mortales agobiados, ansiosos y deprimidos, que encontraron mucho alivio en esta posibilidad de desahogar sus almas con un oyente compasivo y comprensivo, y él era todo esto y mucho más. Cuando estos seres humanos inadaptados habían contado sus problemas a Jesús, éste siempre estaba en condiciones de ofrecerles sugerencias prácticas e inmediatamente útiles para corregir sus verdaderas dificultades, y nunca dejaba de decirles palabras de alivio para el presente y de inmediato consuelo. A estos mortales afligidos les hablaba invariablemente del amor de Dios, y mediante métodos diversos y variados, les trasmitía el mensaje de que eran los hijos de este afectuoso Padre que está en los cielos.

De esta manera, durante su estancia en Roma, Jesús tuvo personalmente un contacto afectuoso y edificante con más de quinientos mortales del mundo. Consiguió así un conocimiento de las diferentes razas de la humanidad que nunca hubiera podido adquirir en Jerusalén y quizás tampoco en Alejandría. Siempre consideró estos seis meses como uno de los períodos más ricos e instructivos de su vida terrestre.

Como era de esperar, un hombre tan hábil y dinámico no podía vivir así durante seis meses en la metrópolis del mundo sin ser abordado por numerosas personas que deseaban obtener sus servicios para algún negocio o, más a menudo, para algún proyecto de enseñanza, de reforma social o de movimiento religioso. Recibió más de una docena de proposiciones de este tipo, y aprovechó cada una de ellas como una oportunidad para transmitir algún pensamiento de ennoblecimiento espiritual mediante palabras bien escogidas o por medio de algún favor servicial. A Jesús le encantaba hacer cosas — incluso de poca importancia — por toda clase de gente.

Los mileniales y la Iglesia

Bruce Jackson (EE.UU.)

Una lección importante para el movimiento Urantia

Bruce Jackson Internet está lleno de artículos, investigaciones y consejos sobre la grave pérdida de la generación milenial en las listas de las Iglesias cristianas de todo el mundo, en particular de Norteamérica y Europa. El éxodo de los jóvenes adultos de las Iglesias no es nada nuevo, pero se ha agudizado en la última década y es una de las principales preocupaciones de muchas Iglesias y denominaciones. El movimiento Urantia se enfrenta a una situación muy parecida en sus grupos de estudio e instituciones.

En primer lugar, debo hacer el siguiente descargo de responsabilidad. He compartido información con los jesusianos sobre lo que está ocurriendo en la cristiandad en los últimos años. A menudo me han respondido que lo que ocurre en las Iglesias cristianas no es relevante para el movimiento Urantia. Me he dado cuenta de que algunos lectores entienden poco lo que ocurre en las Iglesias cristianas modernas debido a la excesiva confianza en el análisis del cristianismo que se encuentra en el documento 195 (y en otras secciones).

Sabemos que la redacción de El libro de Urantia se completó en 1934, y cuando miramos de comprender la historia del cristianismo durante los primeros años del siglo XX queda claro que la perspectiva de El libro de Urantia estaba sesgada por los acontecimientos de la cristiandad de aquella época. Durante los primeros años del siglo XX, la Iglesia cristiana luchaba contra la aparición de cepas extremas de fundamentalismo resultantes de teorías como la doctrina de la expiación, la teología de la prosperidad y las afirmaciones de infalibilidad bíblica. La Iglesia cristiana moderna ha experimentado cambios significativos en los más de 80 años transcurridos, a medida que avanzan teologías ilustradas y vigorosos movimientos de conciencia social que no se reflejan en el texto de El libro de Urantia.

Qué nos dice la investigación sobre los mileniales que abandonan las Iglesias

Hay tantos recursos que intentan caracterizar a los mileniales que es difícil elegir un estudio concreto que sea representativo del tema. Aunque puede que no haya seleccionado la mejor investigación, permítanme compartir algunas observaciones publicadas para revisarlas. Me disculpo de antemano por el uso de citas extensas. No permitiría a mis alumnos hacer eso en un trabajo académico, pero citar completamente las citas utilizando sus propias palabras presenta la mejor perspectiva de su investigación.

David Kinnaman en You Lost Me: Why Young Christians are Leaving Church and Rethinking Faith sugiere que la Iglesia moderna se está enfrentando a una generación que muestra las siguientes características:

Aislamiento. Una cuarta parte de los que tienen entre 18 y 29 años dicen que la Iglesia demoniza todo lo que está fuera de ella, incluyendo la música, las películas, la cultura y la tecnología que define a su generación.

Superficialidad. Una tercera parte dice que la Iglesia es aburrida, una cuarta parte dice que la fe es irrelevante y que las enseñanzas de la Biblia no están claras. Una quinta parte dice que Dios está ausente de sus experiencias con la Iglesia.

Anticiencia. Hasta una tercera parte dicen que la Iglesia está desfasada en los desarrollos y debates científicos.

Sexo. La Iglesia es percibida como simplista y sentenciosa. Para una quinta parte o más, la filosofía de «solo decir no» es insuficiente en un mundo tecnoporno. Los jóvenes cristianos solteros son tan activos sexualmente como sus amigos que no van a la Iglesia, y muchos dicen sentirse juzgados.

Exclusividad. Tres de cada diez jóvenes sienten que la Iglesia es demasiado exclusiva en esta edad plural y multicultural. Y el mismo número se sienten forzados a elegir entre su fe y sus amigos.

Los que dudan. La Iglesia no es un lugar seguro para expresar dudas, dice más de un tercio de los jóvenes, y una cuarta parte tiene serias dudas que les gustaría discutir.

El Grupo Barna, una organización de investigación cristiana muy respetada, ha publicado recientemente un amplio proyecto de investigación sobre lo que el grupo de edad de 16 a 29 años piensa realmente de la Iglesia cristiana y de sus miembros. He aquí un resumen básico:


    La investigación del Grupo Barna reconoce que los jóvenes están votando con sus pies y abandonando la Iglesia en masa. Si se compara la generación actual de 16 a 29 años con la generación de los Baby Boomers, el número de jóvenes que afirman no tener ni querer ninguna relación significativa con la Iglesia es el doble. El estudio también observa que cuando se les pregunta por Jesús, esos mismos jóvenes ofrecen una respuesta muy diferente. Les gusta Jesús y se identifican con su mensaje y ministerio. Sin embargo, piensan que la Iglesia cristiana ya no representa lo que Jesús tenía en mente, que el cristianismo, tal como lo expresan quienes profesan la fe hoy día, no es lo que debía ser. Todo esto ha ocurrido en el espacio de una sola generación.

    En Ten Reasons Millennials Are Backing Away from God and Christianity, el Dr. Alex McFarland observó lo siguiente en las páginas de opinión de la conservadora Fox News (30/4/17):

    «Para los jóvenes evangélicos que son asesorados por muchos "ministros de estudiantes", el compromiso con Jesús dura tanto como el tiempo que se tarda en lavar las manchas de las camisetas usadas en el retiro de paintball del último año. Es cierto que nuestra cultura se ha vuelto visiblemente antitética a Dios y al compromiso cristiano. Pero al abordar la tasa de desgaste espiritual de los jóvenes estadounidenses, hay que admitir que una Iglesia sin oración y sin poder que vende versiones de "cristianismo light" también tiene culpa. Solo Dios sabe el grado de nuestra complicidad y el momento en que nos preocuparemos lo suficiente como para cambiar de rumbo.»

    El Pew Research Religious Landscape Study ofrece algunas estadísticas significativas sobre las actitudes de los mileniales hacia la iglesia y la religión. Véanlo y piensen seriamente en la relevancia de esta información para el movimiento Urantia. Cuando los jesusianos sean conscientes de la situación ante esta generación más joven, quizás entonces podamos ver un cambio significativo en la membresía generacional de nuestro movimiento de El libro de Urantia.

    Un ejemplo personal

    En una iglesia progresista en la que serví recientemente como director de música, se contrató a una joven milenial hermosa, carismática y muy organizada, que trabajaba en una maestría en asesoría para desarrollar un grupo de sus compatriotas en un ministerio específicamente diseñado para ellos. Este proyecto se organizó con gran cuidado. Se prestó atención a las últimas investigaciones y se diseñó y cultivó cuidadosamente un plan que incorporaba muchas sugerencias publicadas a fin de encontrar soluciones para llegar a los mileniales. Aunque al principio la iniciativa tuvo éxito y estaba llena de un potencial apasionante, al cabo de un año el proyecto murió y ella dejó su puesto. ¿Por qué?

    La Iglesia cristiana moderna se ve seriamente enfrentada a una situación en la que las canas engreídas que han estado calentando el banco durante cuarenta años tienen un sentido de propiedad y derecho que da como resultado una reacción instintiva que ahuyenta a la gente nueva que puede ser diferente, ofrecer nuevas ideas o traer nueva frescura a la Iglesia. Muchos pastores de Iglesias contemporáneas se enfrentan al dilema de morder la mano que les da de comer. El resultado es que el personal de la Iglesia ve cómo esta sufre mientras la puerta giratoria es testigo de las entradas y salidas de la tan necesaria sangre nueva con nuevas ideas. Se han predicado muchos sermones sobre este tema.

    En todos los sermones que he escuchado sobre este tema, el reto siempre vuelve a la propia Iglesia. ¿Está la Iglesia dispuesta y es capaz de cambiar para acomodarse a las expectativas de los mileniales? ¿Son los líderes laicos de la Iglesia capaces de soltar las riendas del poder a gente más joven y con menos experiencia? En el caso de mi iglesia de Discípulos de Cristo, muy progresista, la respuesta fue claramente «SÍ, PERO….». «Pero» porque más de una vez, al dar oportunidades a la generación más joven, la iglesia se quemó. «Pero» porque los cuarentones que calentaban los bancos simplemente no querían cambiar y confiar en otros para compartir su poder y control. «Pero» porque el personal estaba atascado en el dilema organizativo de la Iglesia.

    Por favor, créanme, esta misma situación se aplica al movimiento Urantia. El cambio que invite a los mileniales al movimiento Urantia debe venir primero desde dentro.

    Soluciones propuestas para llegar a los mileniales

    Dispersos por todo Internet hay literalmente cientos de propuestas, sermones, libros y trabajos de investigación que proponen soluciones para revertir el abandono de las Iglesias por parte de los mileniales. En un documento titulado Twelve Reasons Why Millennials Are All-Over Church (Doce razones por las que los mileniales han terminado con la Iglesia), un grupo llamado Recklessly Alive esboza las actitudes de los mileniales desde una perspectiva más personal y sugiere una serie de soluciones interesantes que suelen ser las típicas de otros proyectos de investigación sobre la Iglesia que se encuentran en la red.


      ¿Qué tiene que ver todo esto con el movimiento Urantia?

      Sospecho que si los jesusianos fueran honestos consigo mismos, todo lo anterior se aplica a nuestra situación actual en Norteamérica y Europa en relación con los mileniales. Si bien se está realizando un trabajo extraordinario con los jóvenes en Filipinas, África y partes de América Latina, la interrelación con la generación milenial, sumamente conectada, a través de tecnologías modernas y métodos conscientes de la juventud, relevantes para su generación, debe convertirse en una alta prioridad de nuestros grupos, instituciones y escuelas, si nuestra misión de compartir la revelación con el mundo ha de desarrollarse y crecer durante la era actual de renacimiento. Aunque la siguiente no es necesariamente una lista completa (estoy seguro de que hay otros puntos importantes que se desarrollarán en esta conversación), aquí hay siete tareas básicas que necesitan el enfoque y la atención del movimiento Urantia.


        En un sermón reciente el reverendo Fred Leist, mi pastor metodista, revisó esta última investigación sobre los mileniales que abandonan la Iglesia con la siguiente observación::

        «Dos comentarios: 1) La Iglesia tiene obviamente un problema de imagen.  2) A veces me pregunto si no tendremos también un problema de identidad.  Observo las diversas expresiones de la fe cristiana que veo en el mundo y me pregunto si no hemos olvidado que debemos ser el rostro de Jesús en el mundo. Como «Cuerpo de Cristo» (piensa en lo que implica esa descripción) debemos ser una extensión de las manos de Jesús y una expresión del corazón de Jesús en este mundo. Esa es una gran responsabilidad y nuestra única misión en el mundo.»

        Yo sugeriría que estas palabras predicadas desde un púlpito heterodoxo en una mañana de domingo cualquiera deberían resonar verdaderamente en nuestra comunidad jesusiana. Es importante que nuestro movimiento se tome en serio estas advertencias que se escuchan en toda la cristiandad. Si ignoramos estas palabras de sabiduría, probablemente tendremos los mismos problemas que tantas Iglesias están experimentando hoy en día. 

        Se predice que un porcentaje significativo de iglesias cristianas cerrará sus puertas en la próxima década. Esto debería ofrecer oportunidades extraordinarias para el movimiento Urantia. Es hora de tomar en serio la llamada a dar un paso adelante y hacer realmente el trabajo de introducir esta nueva revelación de Dios, Jesús y la vida eterna dentro de la Familia de Dios. Es hora de que el movimiento Urantia evolucione, crezca y cambie prestando atención a la generación milenial y presentándoles el transformador mensaje de la verdad espiritual, incluso El libro de Urantia si están preparados para escucharlo, abrazarlo y vivirlo. Es hora de que el movimiento Urantia desarrolle los mentores, líderes, maestros y grupos necesarios para apoyar a la próxima generación antes de que muramos nosotros, los viejos. 

        ¡Ya va siendo hora! La cosecha es abundante, pero los trabajadores son muy pocos. ¿Quién responderá a la llamada de Dios? ¿Quién dirá «envíame»?

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        El Journal se publica dos veces al año y contiene artículos y ayudas al estudio de lectores y para lectores de El libro de Urantia. Todas las interpretaciones, opiniones, conclusiones o representaciones artísticas, ya sean declaradas o implícitas, son de los autores y no representan necesariamente los puntos de vista y opiniones de la Asociación Urantia Internacional, de las asociaciones Urantia nacionales o locales, o de la redacción del Journal.

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        • Redactor jefe: Mark Blackham
        • Redactor: James Woodward
        • Traductor al francés: Alain Cyr y Lucas Perier
        • Traductora al español: Olga López
        • Presidenta de Comunicaciones: Kathleen Swadling
        • Servicios de traducción: Gabriel Rymberg

        El equipo del Journal está buscando redactores y artículos de todos los estudiantes de El libro de Urantia.

        Política de envíos

        El equipo de redacción del Journal agradece todos los envíos de artículos que puedan ir en próximos números. Todo envío que no se utilice para el número actual se guardará para un potencial uso futuro. La Asociación Urantia Internacional no compensa económicamente a ningún autor o de ninguna otra manera esos envíos voluntarios. El equipo de redacción del Journal se reserva el derecho a editar el contenido como crea necesario para su publicación y notificará al autor dichos cambios para su aprobación.

        Envíen la correspondencia o artículos para el Journal a la dirección de Chicago antes mencionada o envíen un correo al redactor jefe, Mark Blackham

        Directrices de uso de citas

        Citas en bloque

        Las citas en bloque se muestran como un párrafo separado, que puede ser un párrafo completo del libro o cualquier parte. No requieren comillas. Las citas en bloque utilizan el formato de citación que se muestra a continuación, donde el primer conjunto de números se refiere al documento, la sección y el párrafo, y el segundo conjunto se refiere a la página y el párrafo de las ediciones de El libro de Urantia publicadas por la Fundación Urantia. Por favor, tengan en cuenta la puntuación.

        El Padre Universal es el Dios de toda la creación, la Primera Fuente y Centro de todas las cosas y de todos los seres. Pensad primero en Dios como creador, luego como controlador y finalmente como sostenedor infinito. [Documento 1:0.1, página 21.1]

        Si desean resaltar palabras que no están enfatizadas en El libro de Urantia, añadan «negrita añadida» al final de la referencia de la página.

        Pensad primero en Dios como creador, luego como controlador y finalmente como sostenedor infinito. [Documento 1:0.1, página 21.1, negrita añadida]

        Citas en línea o intercaladas

        Las citas intercaladas forman parte de su propio párrafo. Van en cursiva y entre comillas, pero solo requieren una cita abreviada que incluya el documento, la sección y el párrafo. Observen que la cita se incluye como parte de la cita con el punto (punto final) que sigue a la cita.

        El libro de Urantia comienza con una suposición positiva: «El Padre Universal es el Dios de toda la creación» [1:0.1]. No se presentan argumentos para demostrar la realidad de Dios. Jesús siguió este mismo método: parecía dar por sentado que la gente creía en Dios.

        Cualquier cita intercalada que supere las cuatro líneas debe separarse como una cita en bloque. Y al igual que en el caso de las citas en bloque, cualquier énfasis que se añada a una cita intercalada requiere añadir «negrita añadida» a la cita.

        Paráfrasis

        Si parafrasean una cita o extraen información de algún párrafo, utilicen el mismo estilo de cita intercalada.

        El Padre Universal es retratado en El libro de Urantia como creador, controlador y sostenedor [1:0.1].

        Referencias a otras obras

        Si utiliza citas o referencias de otras obras, incluyan una cita para evitar el plagio.

        En estos casos, mencione el autor, el título y el año, ya sea en el texto o inmediatamente después de la cita. Alternativamente, incluya la cita como una nota a pie de página numerada.

        Tamaño de los envíos

        Por favor, limiten el tamaño de su presentación a 3.000 palabras o menos. Les animamos a que utilicen sus propias palabras en la medida de lo posible y a que eviten el uso excesivo de citas del libro. Las citas directas son más eficaces si se utilizan con moderación y para dar énfasis.

        Siempre son bienvenidos los artículos sobre experiencias espirituales personales, así como los que aportan nuevas ideas y perspectivas. También son interesantes los estudios temáticos y los artículos que comparan, evalúan o integran la investigación académica (científica, social, religiosa o de otro tipo) con las enseñanzas de El libro de Urantia.

        Maneras de donar a la Asociación Urantia Internacional

        Artista: Carlos Rubinsky
        El mundo está cambiando rápidamente y la Asociación Urantia Internacional está en una posición única para fomentar la revelación Urantia de muchas maneras. Con equipos localizados en forma de asociaciones que surgen en todo el mundo, estamos preparados para ayudar a cualquiera en cualquier lugar a estudiar y difundir las enseñanzas que todos apreciamos tanto. 

        La Asociación solo tiene un empleado remunerado para gestionar y coordinar nuestras actividades en todo el mundo. Todos los demás servicios son prestados por estudiantes entregados que donan su tiempo (y a menudo su dinero) a proyectos que ayudan a acercarnos a nuestro Padre celestial. ¡Gracias a nuestros fieles voluntarios y donantes!  

        He aquí una selección de maneras de donar a la Asociación Urantia: 

        Por Internet con tarjeta de crédito  

        Visiten nuestra web para acceder a un formulario seguro de donación en línea en: https://urantia-association.org/donate 

        Donación no restringida: Elijan General Fund en el formulario de donación en línea para donaciones no restringidas que se pueden usar para cualquier fin, incluyendo todos los costes administrativos.  

        Donación restringida: Elija uno de los fondos del programa en el formulario de donación en línea para hacer una donación restringida. Su aportación será usada únicamente para el fondo elegido (pueden encontrar más detalles sobre estos fondos en: https://urantia-association.org/program-funds). 

        Cheques y giros postales 

        Envíen su aportación por correo postal a: 
         
        Urantia Association International 
        4000 W. Montrose Ave. #606 
        Chicago, IL 60641    USA 

        Por teléfono o correo electrónico: 

        Teléfono: +1-773-572-1180  
        Correo electrónico: centraloffice@urantia-association.org 

        AmazonSmile 

        AmazonSmile es una forma sencilla y automática de apoyar a la Asociación Urantia cada vez que compra, sin costo alguno para usted. Cuando compre en AmazonSmile encontrará exactamente los mismos precios y la misma experiencia de compra que Amazon.com, con la ventaja añadida de que Amazon donará una parte del precio de compra a la Asociación Urantia. Para comprar en AmazonSmile simplemente vayan a smile.amazon.com desde su computador o dispositivo móvil. Hagan clic aquí para saber más sobre AmazonSmile. 

        Donación planificada 

        Hay muchas formas posibles de hacer donaciones y regalos. El estatus de exención de impuestos IRS 501(c) (3) de la Asociación Urantia le permite aceptar regalos que también pueden servir a los intereses financieros de los partidarios generosos. Todas las contribuciones directas en todas sus formas pueden ser reclamadas como contribuciones caritativas deducibles de impuestos en la Declaración de Impuestos de los Estados Unidos. Ciertas formas de donación, como propiedades muy apreciadas, acciones o cuentas IRA gravables, también pueden ayudar al donante a reducir su responsabilidad fiscal y al mismo tiempo proporcionar una deducción del impuesto sobre la renta. 

        Hagan clic aquí para saber más sobre la donación planificada y ver nuestra Guía del Creador de Regalos. Las formas y estrategias de donación descritas en esta guía están bien documentadas y han sido utilizadas durante muchos años por millones de donantes para apoyar a miles de organizaciones benéficas, instituciones y organizaciones sin ánimo de lucro.  

        En noviembre de 2019 Bradly Tharp, tesorero de la Asociación Urantia (también es un profesional certificado en planificación financiera y contable financiero colegiado) presentó un seminario virtual sobre estrategias de donación planificada. Hagan clic en este enlace para ver el seminario: Seminario de estratégicas de donación planificada.