Respecto a la diseminación

¿Qué indica El libro de Urantia respecto a la diseminación de sus enseñanzas?

Podemos ver que El libro de Urantia no trae instrucciones explícitas relativas a la diseminación de la Revelación. Podemos, por supuesto, estudiar los métodos empleados en la diseminación por las cuatro revelaciones anteriores e intentar aplicar los mismos métodos en la diseminación de la quinta revelación de época.

La primera revelación, las enseñanzas de Dalamatia, se propagó a través de un método que implicaba invitar a Dalamatia a individuos de varias tribus y pueblos, donde recibían educación y se les llevaba de vuelta a sus tribus como emisarios de una vida nueva y mejor.

Por lo que respecta a la segunda revelación de época, las enseñanzas edénicas, el método de diseminación fue en parte idéntico al de la primera, pero tuvo también un rasgo nuevo: Adán y Eva organizaron cerca de cien centros de cultura y progreso en diferentes partes del mundo. Tras la muerte de Adán y Eva, las enseñanzas fueron diseminadas durante miles de años por un sacerdocio instruido por Set, el hijo mayor superviviente nacido en el segundo jardín. El nieto de Set, Kenan, instituyó un servicio de misioneros que difundió las nuevas enseñanzas entre las tribus circundantes (p.849:7). El impacto de las enseñanzas del sacerdocio setita empezó a desvanecerse sólo hacia el año 2500 a.C.

El primer diseminador de la tercera revelación de época, las enseñanzas de

Maquiventa Melquisedek, en el siglo XIX a.C., fue Abraham hasta el final de su vida, con lo cual los misioneros de Salem asumieron y continuaron divulgando la buena nueva durante cientos de años. La diseminación de la “minirrevelación” del siglo VI a.C. tuvo lugar a través de profetas y fundadores de las nuevas religiones de aquella época.

Entre los diseminadores de la cuarta revelación de época se incluyen los apóstoles, otros discípulos, el grupo de 70 maestros, las mujeres evangelistas, otros seguidores instruidos por Jesús y religiosos de diferentes rincones del imperio romano. Mucho tiempo después de la temprana muerte de Jesús, sus enseñanzas se pusieron también por escrito. Un papel particular en la difusión de esta revelación recayó sobre el fariseo Saulo después de su conversión en Pablo, debida a una experiencia inexplicable, el defensor de su comprensión de las enseñanzas de Jesús. Principalmente debido a los esfuerzos de Pablo, en menor medida debido a las actividades de los apóstoles, y debido también a una inconsciente distorsión de las enseñanzas de Jesús, el cristianismo y la iglesia cristiana fueron evolucionando gradualmente.

Sin embargo, podemos plantearnos la utilidad de los métodos empleados en la propagación de las revelaciones anteriores respecto a la difusión de la quinta revelación de época. Esta nos fue entregada como libro; la profundidad de sus enseñanzas encaja difícilmente en los modelos observados en la diseminación de revelaciones anteriores. Pocos de nosotros saldremos al camino y comenzaremos a proclamar la buena nueva por mercados y esquinas. Aun así, las enseñanzas del libro ofrecen una representación de las formas en que una revelación religiosa gana el corazón de los hombres: la divulgan todos los que creen en la revelación, y los creyentes la siguen en sus propias vidas, en sus relaciones con sus compañeros, en sus contactos con otros humanos. La diseminación tiene lugar en los actos, comportamientos, palabras y enseñanzas de los creyentes.

¿Cuál es el mensaje que se va a difundir?

Una respuesta exhaustiva a esta pregunta requeriría una presentación factual de todas las enseñanzas que se incluyen en El libro de Urantia. Esto es: debería leerles El libro de Urantia en una hora, o realizar un resumen exhaustivo de sus enseñanzas. No voy a hacer esto.

Cada diseminador del mensaje creará su concepción personal de cuál es el mensaje que intentará dar a conocer. Podría ser, por ejemplo, el evangelio de la paternidad de Dios y la hermandad de los hombres. El mensaje podría ser el amor de Dios y hacer su voluntad. La voluntad del Padre es que cada uno de nosotros sea perfecto como él es perfecto, y que Dios ha reservado para el hombre una carrera eterna para permitirle alcanzar la meta de la perfección.

El hombre solo necesita su libre consentimiento para hacer la voluntad de Dios. Se nos ha dicho de Jesús que la carga de su mensaje era: el hecho del amor del Padre celestial y la verdad de su misericordia, unido a la buena nueva de que el hombre es un hijo por la fe de este mismo Dios de amor [p.1460:6].

Dijo Jesús: “Salid simplemente a proclamar: He aquí el reino de los cielos —Dios es vuestro Padre y vosotros sois sus hijos, y si creéis de todo corazón, esta buena nueva es vuestra salvación eterna”…”Cuando entráis en el reino, nacéis de nuevo. No podéis enseñar las cosas profundas del espíritu a los que sólo han nacido de la carne; primero cuidad de que los hombres nazcan de espíritu, antes de intentar instruirlos en los caminos avanzados del espíritu. No empecéis a mostrar a los hombres las bellezas del templo hasta que hayan entrado primero dentro del templo. Presentad los hombres a Dios, como hijos de Dios,  antes de discurrir sobre las doctrinas de la paternidad de Dios y de la filiación de los hombres.” [p.1592:6].

Las verdades anteriores pueden hacer bien incluso como mensaje de los modernos diseminadores. En las enseñanzas de El libro de Urantia hay mucho de religiosidad general y que tiene en común con las doctrinas de las religiones institucionalizadas. El laicismo, la mentalidad materialista predominante, la filosofía materialista y la confianza ilimitada en las formas exclusivamente humanas de solucionar los problemas del mundo son hechos que nos hablan y nos llaman a propagar el mensaje de la religiosidad general. Un lector de El libro de Urantia puede, sin embargo, inducir la difusión de un mensaje con detalles y rasgos de religiosidad general que ninguna religión institucionalizada es capaz de proporcionar: el de la naturaleza de la religión auténtica y verdadera. El libro de Urantia enseña que la religión verdadera es personal y atañe a la relación personal del hombre con Dios; la verdadera religión no significa adoptar ciertos principios doctrinales, ni vivir de acuerdo con ciertas reglas preconcebidas de moralidad, ni observar determinados rituales. La religión personal, auténtica y verdadera se manifiesta en la vida del hombre. Aparecerá como los frutos del espíritu. Dará lugar a una persona religiosa espiritualmente fragante y atractiva.

Jesús enseñó: “Dejadme expresar enérgicamente esta verdad eterna: Si gracias a vuestra coordinación con la verdad, aprendéis a manifestar en vuestra vida esta hermosa integridad de la rectitud, entonces vuestros semejantes os buscarán para conseguir lo que habéis adquirido así. La cantidad de buscadores de la verdad que se sentirán atraídos hacia vosotros representa la medida de vuestra dotación de la verdad, de vuestra rectitud. La cantidad de mensaje que tenéis que llevar a la gente es, en cierto modo, la medida de vuestro fracaso en vivir la vida plena o recta, la vida coordinada con la verdad.” [p.1726:2]

La Revelación da a entender que nuestra religiosidad está obligada a ser manifiesta y reconocible. Podríamos concluir, por tanto, que no necesitamos reafirmarla ni hacerla pública ante los demás. Si tenemos la necesidad de hacerla pública, podemos dudar de que la fe exista de verdad. Las citas posteriores corroboran esta afirmación: Las mentes observadoras y las almas discriminadoras conocen la religión cuando la encuentran en la vida de sus semejantes. La religión no requiere definición; todos conocemos sus frutos sociales, intelectuales, morales y espirituales…Una de las peculiaridades características de la seguridad religiosa genuina es que, a pesar de la absolutez de sus afirmaciones y la rigidez de su actitud, el espíritu de su expresión es tan aplomado y está tan atemperado que nunca comunica la menor impresión de autoafirmación o de exaltación egoísta…Así, las palabras y las acciones de la religión verdadera e inmaculada se tornan obligatoriamente autoritarias para todos los mortales esclarecidos. [p.1119:6—7].

La religiosidad ostentosa, que en realidad consiste en un dominio meramente superficial (no interiorizado) de ciertos dogmas y códigos morales, y en actitudes críticas hacia la vida de uno, pero particularmente hacia las vidas de los demás, a la luz de estos dogmas y códigos, acaba en fanatismo, intolerancia e intolerabilidad, traición a la honestidad intelectual, aislamiento y eficacia reducida como propagador del mensaje salvador.

La condición previa para la capacidad de cualquiera de diseminar el mensaje a través de nuestros frutos espirituales es, por supuesto, que uno tenga la fe que produce estos frutos del espíritu. En ausencia de fe, el único método de propagar el mensaje es el de predicar. La quinta revelación de época explica de muchas maneras que las manifestaciones de la fe y la religión auténtica, los frutos del espíritu, están ahí. La lista exhaustiva que aparece en los párrafos p.1108:4-16 de El libro de Urantia no se cita muy a menudo en los discursos que tratan sobre cómo se manifiestan en la persona la religión y la espiritualidad. Estas manifestaciones incluyen:

  1. La auténtica religión hace que progresen la ética y la moral.
  2. La religión produce una confianza sublime en la bondad de Dios, incluso al enfrentarnos a la decepción amarga y a la derrota aplastante.
  3. La verdadera espiritualidad genera una valentía y confianza profundas.
  4. La religión auténtica exhibe un aplomo inexplicable y una tranquilidad vigorizante.
  5. La religión mantiene el aplomo y compostura de la personalidad frente al maltrato y la injusticia más flagrante.
  6. La religión mantiene la confianza en la victoria definitiva.
  7. La fe verdadera no decae frente a las sofisterías intelectuales; más bien tiene una confianza inquebrantable en Dios.
  8. La verdadera religiosidad tiene fe en la supervivencia del alma, a pesar de las acusaciones contrarias de la ciencia y la filosofía.
  9. La fe no se hunde bajo la sobrecarga de las civilizaciones.
  10. La fe auténtica contribuye a la supervivencia del altruismo a pesar del egoísmo humano, los antagonismos y la avaricia.
  11. La espiritualidad cree en la unidad universal y en la guía divina a pesar de la presencia del mal y el pecado.
  12. Sigue adorando a Dios a pesar de todas las cosas. Se atreve a declarar: “aunque me mate, seguiré sirviéndole” [p.1108:16].

En lo que respecta a la religión, la Revelación indica que su marca intelectual es la certeza, su característica filosófica es la coherencia, y sus frutos sociales son el amor y el servicio [p.1126:5].

El Jesús morontial impartió estas enseñanzas en Tiro el año 30: “aquellos que nacen del espíritu empiezan a manifestar inmediatamente los frutos del espíritu en el servicio amoroso a sus semejantes. Y los frutos del espíritu divino, producidos en la vida de los mortales nacidos del espíritu y que conocen a Dios, son: servicio amoroso, consagración desinteresada, lealtad valiente, equidad sincera, honradez iluminada, esperanza imperecedera, confianza fiel, ministerio misericordioso, bondad inagotable, tolerancia indulgente y paz duradera. Si unos creyentes declarados no producen estos frutos del espíritu divino en sus vidas, están muertos” [p.2054:3].

Diseminación del mensaje

La defensa de la religiosidad no requiere ningún dominio de El libro de Urantia ni que nos refiramos a sus enseñanzas ni que tengamos necesariamente ningún conocimiento revelador en absoluto; aunque el dominio de las enseñanzas de El libro de Urantia, la referencia a estas y la posesión de conocimiento revelador facilita toda defensa de la religiosidad y le proporciona sólidos cimientos. Cuando se entra en defensa de la religión, es crucial recordar la porción de conocimiento revelador que reitera que la religión se preocupa tan solo de los valores [p.1110:5; 1130:3]. Es mucho más fácil para los hombres ponerse de acuerdo en valores religiosos – metas – que en creencias – interpretaciones [p.1130:3]. Los hechos son el dominio de la ciencia, no de la religión. La importancia y el significado de la experiencia, así como la naturaleza evolutiva de nuestra existencia, son asimismo aspectos útiles para recordar y exponer en cualquier propagación del mensaje, una vez este se da en forma de revelación. Un tercer factor, que demostrará ser útil en la defensa de la religiosidad si se da con fundamento revelador, es la información sobre la vida después de la muerte, la vida eterna, y sobre el propósito de la vida en la tierra; toda esa información solo está disponible en la Revelación. Ninguna religión institucional puede dar una respuesta satisfactoria a estas preguntas.

El libro de Urantia enseña que el hombre goza de libre albedrío. Por tanto, nadie puede ser forzado a hacerse religioso. Muchas influencias divinas se esfuerzan por ayudar a la elección de libre albedrío del hombre y a su pensamiento en el ámbito de la mente; estas influencias incluyen a los Ajustadores del Pensamiento, el Espíritu de la Verdad y a los espíritus ayudantes de la mente. Lo único que pueden hacer los diseminadores de un mensaje religioso es ayudar a un compañero a dar el paso decisivo y aceptar la idea de que es un hijo de Dios y de que otras personas son sus hermanos. Ningún diseminador de este mensaje puede hacer esa elección, ese esfuerzo de voluntad, en nombre de otra persona.

Dado que El libro de Urantia presenta en su Prólogo y en las tres primeras partes la quinta revelación de época, y en la cuarta parte un nuevo planteamiento de la cuarta revelación de época, esto significa que sus enseñanzas tienen por naturaleza un alto grado revelador; incluyen nuevas porciones de información desconocidas para la humanidad, cosas que la humanidad por sí sola y mediante medios evolutivos nunca podría haber descubierto. Por lo tanto, las enseñanzas de El libro de Urantia tienen un potencial inmenso. Mediante la aplicación de estas enseñanzas a la vida diaria y a las relaciones humanas, es posible rectificar muchos errores. Con la ayuda de estas enseñanzas es posible rectificar controversias y absurdidades de las doctrinas de las religiones institucionalizadas. Estas irracionalidades y controversias se han convertido para muchos buscadores de la verdad, pensadores y gente sensata en un obstáculo real que bloquea su avance en el crecimiento religioso personal.

Aparte de los medios proporcionados por las enseñanzas reveladas para rectificar las absurdidades de los principios de las religiones institucionales, estas se pueden emplear también para rectificar inexactitudes, nociones falsas y absurdidades en la ciencia y la filosofía. Puesto que las enseñanzas reveladas son veraces, pueden explotarse como conocimiento a priori, lo que significa que es sabio también intentar conseguir el mismo conocimiento mediante métodos tradicionales de investigación científica y mediante métodos tradicionales de pensamiento filosófico. La filosofía se basa en postulados ciertos que se prueban en nuestro pensamiento de realidad y haciendo observaciones respecto a la viabilidad de los postulados en esta realidad. La ciencia se basa en un gran número de observaciones y resultados obtenidos mediante experimentos, que necesitan ser explicados para producir una vista consecuente que esté en armonía con las leyes de la matemática y la lógica. La revelación favorece el ensanchamiento de horizontes, abre nuevas perspectivas incluso en el campo de la lógica, hace surgir un conocimiento que ni las simples observaciones científicas ni los métodos de deducción podrían descubrir jamás.

Las revelaciones incluidas en El libro de Urantia son ciertamente excepcionales, incluso desde el punto de vista del universo. El libro contiene una gran cantidad de verdad revelada que en planetas habitados de evolución más convencional es revelada únicamente tras varias dispensaciones. A nosotros los urantianos se nos ha hablado incluso del Paraíso y Havona; en otros planetas esta revelación se hace únicamente en la era posterior al Hijo Instructor. Estas revelaciones fueron dadas a una humanidad que está atrasada una dispensación o más respecto al plan planetario promedio [p.593:5]. ¿Por qué nos han dicho esto a los urantianos tan anticipadamente?

Las enseñanzas de la Revelación pueden ayudarnos de forma decisiva a comprender y a interpretar correctamente la realidad evolutiva. Pueden mostrarse extremadamente útiles en el análisis del hombre de la evolución de la humanidad y así descubrir de qué trata todo y hacia dónde vamos. Las enseñanzas de la Revelación deben explotarse como conocimiento a priori y ser aplicadas sabiamente a todas las actividades humanas: vida social, política, negocios, matrimonio, relaciones de pareja, educación, cultura, etc., como fundamento de las decisiones éticas y morales, como determinante de la dirección a la que dirigirse. Deben aplicarse tanto y relacionarse tanto con la realidad como para hacerlas parte y parcela de la evolución. En términos prácticos, esto significa que las enseñanzas se pueden aplicar muy raramente en grado máximo y de forma pura; uno ha de contentarse con algo menos, siempre y cuando la tendencia y la dirección sean las correctas. Quizás unos cuantos ejemplos arrojen luz sobre lo que quiero decir. La Revelación enseña que la humanidad debería tratar de dirigirse hacia una situación donde un gobierno mundial unido ejerza el poder, una única religión institucional prevalezca y se hable un único idioma. Esta porción de conocimiento a priori es útil para todo aquel que tenga que determinar su posición con respecto a, por ejemplo, la unificación de Europa, la defensa de la autodeterminación nacional, la lucha de las naciones pequeñas por la independencia, las medidas al rescate de idiomas en peligro, la enseñanza del lenguaje y el ecumenismo (la cooperación entre religiones institucionalizadas). Es bueno advertir que este tipo de toma de posiciones es también “diseminación del mensaje”. La evolución no significa avance hacia delante hacia una meta dada. En absoluto.

La evolución es lenta pero enormemente eficaz [p.900:3; 957:3], y consiste en rodeos y retrocesos, para volver al progreso rápido.

Otro ejemplo: la Revelación enseña que los hombres han nacido desiguales en capacidades y propensiones, que hay diferencias considerables entre las razas, que hay incluso grandes diferencias dentro de las razas.

La Revelación es inequívoca cuando declara que algunas personas y grupos de personas son decadentes y que su procreación debería restringirse. Liberar a la humanidad de estos elementos debería ser el objetivo. Todo esto es contrario a la creencia general. Podemos propagar también el mensaje con nuestro rechazo a actuar de acuerdo con creencias ilusorias, con la audacia de ir contracorriente, poniendo nuestra confianza en el conocimiento revelado a priori y actuando de acuerdo con él.

Un tercer ejemplo. La Revelación instruye que la evolución tiene una dirección, y que la dirección es hacia arriba y hacia delante, en última instancia hacia algo mejor. Esta enseñanza, también, va en contra de lo que generalmente se cree. Hay incluso quien niega y refuta el desarrollo. El objetivo de sus actividades es el de empujar a la humanidad a una existencia más primitiva. Este tipo de visión pesimista está de moda, y en el debate público disfruta de un papel dominante, si no exclusivo.

En consecuencia, también podemos diseminar el mensaje rechazando actuar bajo estas nociones ilusorias y negarles nuestro apoyo. Deberíamos más bien sentirnos animados a ir contra la corriente y poner nuestra confianza en el conocimiento de la revelación y actuar según él.

Un cuarto ejemplo. La Revelación afirma que la democracia es la forma de gobierno más avanzada, aunque simultáneamente nos avisa sobre la debilidad y los peligros inmediatos de la democracia. La democracia se ha convertido en un fenómeno tan sacrosanto, tan tabú, que no es políticamente correcto someterlo a un análisis razonado. Los peligros inherentes a la democracia incluyen, entre otros: glorificación de la mediocridad, elección de viles e ignorantes traficantes de influencias, ignorancia de los hechos básicos de la evolución social, el sufragio universal en manos de mayorías incultas e indolentes, esclavitud respecto a la opinión pública, que se ha convertido en un factor que pocos se atreven a desafiar, etc. La Revelación subraya la responsabilidad del individuo, su relevancia y la importancia de las elecciones individuales. Nos exhorta a cuestionar, a analizar y, si es necesario, a alinearnos contra la opinión pública y lo considerado “políticamente correcto”. La Revelación enseña: Las minorías superiores y bien organizadas muchas veces han gobernado este mundo [p.908:3].

La propagación del mensaje, por tanto, incluye también una actitud bien razonada hacia la democracia y, si es necesario, la valentía de señalar sus debilidades y peligros inherentes.  Un diseminador de la verdad no debería tener miedo a estar en minoría.

Quinto ejemplo. La adoración exagerada de la democracia ha oscurecido también la importancia del liderazgo. El verdadero liderazgo es de vital importancia, pero por desgracia únicamente menos del uno por ciento de la población mundial es capaz de verdadero liderazgo.

El liderazgo es vital al progreso. La sabiduría, la visión y la previsión son indispensables para que duren las naciones. La civilización nunca está en peligro hasta que el liderazgo hábil comience a desaparecer. El porcentaje de tal liderazgo sabio no ha excedido nunca al uno por ciento de la población [p.911:7].

Otra enseñanza de la revelación proclama: La mayoría de las grandes épocas religiosas han sido inauguradas por la vida y enseñanzas de alguna personalidad sobresaliente; el liderazgo ha originado la mayoría de los movimientos morales notables de la historia. Los hombres siempre tuvieron tendencia a venerar al líder, aun a expensas de sus enseñanzas; a reverenciar su personalidad, aunque perdiendo de vista las verdades que proclamaba. Esto no es inmotivado; existe un deseo instintivo en el corazón del hombre evolucionario por recibir ayuda del más allá y arriba. Este apetito tiene el objeto de anticipar la aparición en la tierra del Príncipe Planetario y más tarde de los Hijos Materiales [p.1008:7].

Es políticamente correcto cuestionar la importancia del liderazgo, puesto que este se considera (incorrectamente) incompatible con la democracia.

La Revelación, sin embargo, nos enseña en palabras de Jesús: “En mi universo y en el universo de universos de mi Padre, nuestros hijos-hermanos son tratados como individuos en todas sus relaciones espirituales, pero en todas las relaciones colectivas, procuramos invariablemente que exista una persona determinada que dirija. Nuestro reino es un reino de orden, y cuando dos o más criaturas volitivas actúan en cooperación, siempre se prevé la autoridad de un jefe.” [p.1959:0]

Por consiguiente, podemos diseminar el mensaje también en nuestro rechazo a actuar bajo estas nociones ilusorias de democracia y denegándoles nuestro apoyo. Más bien deberíamos tener el valor de ir contra la corriente dominante, poner nuestra confianza en el conocimiento revelado y actuar de acuerdo con él. El alcance de la eficacia en la propagación del mensaje depende de la espiritualidad individual que se propaga, de la fe y de las aptitudes para convencer, aunque depende en igual medida de la actitud del objetivo del esfuerzo de propagación.

Algunas personas son conformistas: se someten de buena gana al dominio de la tradición y la autoridad. Una gran parte incluso de los que se consideran religiosos pertenecen a esta clase de personas. Asimismo, una gran parte de los que no se consideran religiosos pertenecen a la misma categoría. Obedecen servilmente a la tradición, raramente se cuestionan nada. Por otro lado, algunas personas son felices con logros modestos, los justos y adecuados para equilibrar su vida diaria. Dejan de considerar los temas profundos de la vida en una etapa temprana y no consiguen progresar más allá de los logros modestos. Su relación con Dios está casi muerta. Creen que las cosas se cuidan solas – la lucha y el esfuerzo no son necesarios. El número de los que encajan en esta caracterización es alto.

También están los que piensan, reflexionan y avanzan hasta el nivel del intelectualismo lógico. Sin embargo, no llegan muy lejos porque no se atreven a tomar el paso de la fe, la zancada de la creencia. Son prisioneros de su marco cultural y su entorno social. La puerta de la celda está abierta, pero no se atreven a salir. Los que se dedican a la ciencia y la cultura están bien representados. En estas tres categorías, la fe no es excesivamente vibrante. Tienden a ser fanáticos, a perseguir a los disidentes y a ser intolerantes. La fe viva no fomenta el fanatismo, la persecución ni la intolerancia [p.1115:0].

Finalmente, la cuarta categoría comprende a los que se han liberado de todos los obstáculos puestos por el convencionalismo y el tradicionalismo y se atreven a pensar, a actuar y a vivir honesta, leal, valiente y sinceramente (p.1114:2). Los que pertenecen a este grupo no se preocupan tanto por ninguna creencia específica o por un modo particular de vivir, sino por discernir la verdad del vivir, la técnica buena y justa de reaccionar a las situaciones constantemente recurrentes de la existencia humana [p.1115:6].

La Revelación presenta también otra categorización, ligeramente distinta, que clasifica a los creyentes declarados. En esta categorización los creyentes se clasifican como conformistas indolentes o como escapistas y sentimentales románticos, y finalmente como activistas [p.1120:4— 1121:2].

Conformistas indolentes: No hay religión verdadera sin una personalidad altamente activa. Por lo tanto, los hombres más indolentes frecuentemente tratan de escapar a los rigores de las verdaderas actividades religiosas mediante un tipo de autoengaño ingenioso, recurriendo al retiro en el falso refugio de las doctrinas y los dogmas religiosos estereotipados. Pero la verdadera religión está viva. La cristalización intelectual de los conceptos religiosos es el equivalente de la muerte espiritual [p.1120:4].

Escapistas y sentimentales románticos: de nuevo tenemos otros tipos de almas inestables y pobremente disciplinadas que utilizan las ideas sentimentales de religión como vía de escape de las irritantes exigencias de la vida.

Cuando ciertos mortales vacilantes y pusilánimes intentan escapar de la presión incesante de la vida evolutiva, la religión, tal como ellos la conciben, parece ofrecer el refugio más cercano, el mejor camino de escape. Pero es misión de la religión preparar al hombre para enfrentarse valiente, aun heroicamente, a las vicisitudes de la vida… El misticismo, sin embargo, es frecuentemente un tipo de retiro de la vida, abrazado por aquellos humanos a quienes no apetecen las actividades más robustas de vivir una vida religiosa en las arenas abiertas de la sociedad y el comercio humanos. La verdadera religión debe actuar… La religión no estará jamás satisfecha con el mero pensamiento o el sentimiento no actuante [p.1121:1].

Activistas: Pero la verdadera religión está viva… Para mantenerse al ritmo de las obligatorias demandas y los impulsos poderosos de una experiencia religiosa necesita una actividad incesante en crecimiento espiritual, expansión intelectual, ampliación de los hechos y servicio social [p.1120:4].

Para un diseminador que se acerca a la gente con un mensaje revelado, la situación no es desesperada respecto a cualquiera de las clasificaciones anteriores. Como objetivos, los de los tres primeros grupos son, por supuesto, más difíciles que los demás, pero la Revelación contiene potenciales que, si se aplican sabiamente, penetrarán incluso en el corazón más petrificado. Solo hay una excepción: no hay esperanza respecto a los que están espiritualmente muertos. La quinta revelación de época enseña: La cristalización intelectual de los conceptos religiosos es el equivalente de la muerte espiritual. [p.1120:4].

Circunstancias que facilitan la propagación

Además de las influencias superhumanas mencionadas anteriormente, existen también una serie de rasgos y capacidades en el mismo hombre que le ayudan a reconocer la verdad y a aceptar el mensaje.

La dotación de la sensibilidad hacia la realidad. La Revelación desvela que el hombre está dotado con el poder de reconocer la realidad, un retrato veraz de lo que existe: Todas las divisiones del pensamiento humano se basan en ciertas suposiciones que se aceptan, aunque no estén comprobadas, mediante una sensibilidad constitutiva a la realidad de la dotación mental del hombre. [p.1139:3]

El deseo de saber. La revelación da a entender que la curiosidad humana tiene un propósito: La curiosidad —el espíritu de investigación, el instinto de descubrimiento, el impulso a la exploración— es parte de la dote innata y divina de las criaturas evolutivas del espacio. Estos impulsos naturales no te fueron dados meramente para que tengas que frustrarlos y reprimirlos [p.160:1].

El hambre de perfección. Hay en el hombre un hambre de perfección, y este hecho (por supuesto) tiene su relación con la diseminación del mensaje: En el corazón del hombre debe existir hambre de perfección para que éste sea capaz de comprender los caminos de la fe hasta el logro supremo [p.1118:4].

El deseo de supervivencia. El hombre tiene un deseo innato de supervivencia, que constituye el fundamento de la fe: La más alta prueba de la realidad y eficacia de la religión consiste en el hecho de la experiencia humana; o sea, que el hombre, naturalmente temeroso y sospechoso, dotado de un fuerte instinto innato de autopreservación y del deseo de supervivencia después de la muerte, desea confiar plenamente los intereses más profundos de su presente y de su futuro a la protección y dirección de ese poder y persona designado por su fe como Dios. Esa es la verdad central de toda religión [p.1127:5].

Las tendencias religiosas son innatas. Las tendencias religiosas no necesitan ser creadas en ningún ser humano por ser una inclinación innata: Las tendencias religiosas de las razas humanas son innatas; se manifiestan universalmente y tienen un origen aparentemente natural [p.1129:2].

Puesto que la religión trata sobre espiritualidad, sobre nuestra relación personal con Dios, no hay lenguaje que en el nivel de la mente pueda tratar adecuadamente este valor. Este es un aspecto que recordar cuando nos ocupamos de la propagación del mensaje. La quinta revelación de época describe esta paradoja con estas palabras: La especulación religiosa es inevitable, pero siempre perjudicial; la especulación invariablemente falsifica su objeto. La especulación tiende a traducir la religión en algo material o humanista, y así, mientras que interfiere directamente con la claridad del pensamiento lógico, indirectamente hace que la religión aparezca como una función del mundo temporal, el mismo mundo frente al cual debería estar constantemente en contraste. Por lo tanto, la religión siempre será caracterizada por paradojas, las paradojas que provienen de la ausencia de una conexión experiencial entre el nivel material y el nivel espiritual del universo —mota morontial, la sensibilidad superfilosófica para el discernimiento de la verdad y la percepción de la unidad [p.1121:4].

¡El mensaje es una Revelación!

El mensaje que se disemina es una revelación, la quinta revelación de época y la reafirmación de la cuarta revelación de época, impresa en un libro, El libro de Urantia. Por tanto, merece la pena estudiar de qué manera se caracteriza la Revelación a sí misma.

…la revelación (el sustituto de mota morontial) conduce a la conciencia de la verdadera realidad… [p.1122:1]

La revelación libera a los hombres y los impulsa hacia la aventura eterna. [p.1122:2]

…la revelación glorifica al hombre y revela su capacidad de asociarse con Dios. [p.1122:3]

…la revelación retrata la hermandad eterna, el Cuerpo de Finalistas del Paraíso. [p.1122:4]

…la revelación es la seguridad de la supervivencia de la personalidad. [p.1122:5).

La ciencia indica la Deidad como hecho; la filosofía presenta la idea de un Absoluto; la religión visualiza a Dios como personalidad espiritual amante. La revelación afirma la unidad del hecho de la Deidad, la idea del Absoluto, y la personalidad espiritual de Dios y además presenta este concepto como nuestro Padre —el hecho universal de la existencia, la idea eterna de la mente y el espíritu infinito de la vida [p.1122:7]

… la revelación tiende a hacer al hombre a semejanza de Dios. [p.1122:10]

La revelación unifica la historia, coordina la geología, la astronomía, la física, la química, la biología, la sociología y la psicología. [p.1123:6]

¿Cómo la propagamos?

Jesús enseñó a sus apóstoles de muchas maneras. Respecto a la diseminación de su mensaje dijo, inter alia: “Cuando entráis en el reino, nacéis de nuevo. No podéis enseñar las cosas   profundas del espíritu a los que sólo han nacido de la carne; primero cuidad de que los hombres nazcan de espíritu, antes de intentar instruirlos en los caminos avanzados del espíritu. No empecéis a mostrar a los hombres las bellezas del templo hasta que hayan entrado primero dentro del templo. Presentad los hombres a Dios, como hijos de Dios, antes de discurrir sobre las doctrinas de la paternidad de Dios y de la filiación de los hombres.”.” [p.1592:6]

“No disputéis con los hombres —sed siempre pacientes. El reino no es vuestro, solo sois sus embajadores.” [p.1593:0]

“… ¿Cuántas veces te he enseñado que dejes de esforzarte por extraer algo del corazón de los que buscan la salvación? ¿Cuántas veces te he dicho que trabajes solamente para introducir algo dentro de esas almas hambrientas? Conduce a los hombres hasta el reino, y las grandes verdades vivientes del reino pronto expulsarán todo error grave. Cuando hayas dado a conocer al hombre mortal la buena nueva de que Dios es su Padre, podrás persuadirlo más fácilmente de que es en realidad un hijo de Dios. Una vez hecho esto, habrás llevado la luz de la salvación a un ser que está en las tinieblas. Simón, cuando el Hijo del Hombre vino a ti por primera vez, ¿llegó acusando a Moisés y a los profetas para proclamar una manera de vivir nueva y mejor? No. No he venido para eliminar lo que poseéis de vuestros antepasados, sino para mostraros la visión completa de lo que vuestro padres sólo vieron en parte.” [p.1592:4]

Sobre los métodos de enseñanza de Jesús, se nos comentan al menos estos aspectos:

He aquí el método que utilizó para instruirlos: ni una sola vez atacó sus errores ni tampoco mencionó nunca los defectos de sus enseñanzas. En cada caso seleccionaba la verdad que había en lo que enseñaban, y luego procedía a embellecer e iluminar esta verdad en sus mentes de tal manera que en muy poco tiempo este realzamiento de la verdad desplazaba eficazmente al error que la acompañaba. [p.1456:0]

 

En todas sus enseñanzas, Jesús evitaba indefectiblemente detalles que distrajeran. Esquivaba el lenguaje florido y eludía las simples imágenes poéticas de los juegos de palabras. Habitualmente introducía significados amplios en expresiones breves. A modo de ilustración, Jesús cambiaba totalmente los significados corrientes de muchos términos como sal, levadura, pesca y niños pequeños. Empleó la antítesis de la manera más eficaz, comparando lo pequeño con el infinito, y así sucesivamente.

Sus descripciones eran sorprendentes, como por ejemplo «el ciego que conduce al ciego.»

Pero la fuerza más grande de su enseñanza ilustrativa se encontraba en su naturalidad.

Jesús trajo la filosofía de la religión desde el cielo a la tierra. Describía las necesidades elementales del alma con una nueva perspicacia y una nueva donación de afecto. [p.1771:1]

El diseminador moderno del mensaje actuará más segura y sabiamente si procura ser fiel al método de enseñanza de Jesús, un método que, en muchos casos, es muy diferente a las formas humanas de enseñar.

En conclusión

Una vez la vida de los individuos experimenta cambios profundos, esto conllevará inevitablemente cambios profundos en sus acciones. Todavía hoy es difícil discernir los cambios ocasionados por los esfuerzos conscientes de mejora del mundo, basados en las enseñanzas de El libro de Urantia.

No debemos preocuparnos sobre esto, y mucho menos sentirnos culpables por ello, porque los mismos reveladores dan a entender que la Revelación nos fue entregada mucho tiempo antes de su impacto mundial. Después de todo, todo depende de la evolución. Y la evolución es lenta pero enormemente eficaz.