Informe de la Conferencia 2018 de Ghana

En la conferencia Urantia de Acra (Ghana) del pasado mes de abril era obvio el entusiasmo por las enseñanzas de El libro de Urantia al reunirnos bajo el tema «Espíritu Madre Mamá África». Me sentí como si estuviera en la base de lo que se convertirá en una imponente comunidad Urantia continental.

Entre las cincuenta personas que asistieron a la conferencia procedentes de diez países diferentes, la mayoría tenían menos de cuarenta años. Más o menos la mitad eran estudiantes experimentados de El libro de Urantia y la otra mitad se enfrentaban por primera vez a las enseñanzas. El alto porcentaje de asistentes que estaban conociendo el libro se hizo realidad gracias a un ambiente único y generacional que se está dando en África en este momento. Los jóvenes africanos están sedientos de verdad y eso parece ofrecer suelo fértil para conversar sobre Dios, la religión y el método positivo de vivir que mostró Jesús. Sigo pensando en mi breve estancia en la conferencia y hubiera deseado tener más oportunidades de llegar a conocer a la gente y de participar en la construcción de su comunidad. Pero al final es su casa y, aunque espero volver, es privilegio suyo construir una comunidad Urantia próspera en África.

Debido que había tantas personas que no conocían el libro hubo debates separados que funcionaron como introducción a El libro de Urantia, así como algunas charlas que iban dirigidas a los nuevos estudiantes del libro. Sin embargo las presentaciones que más brillaron fueron las que se hicieron sobre el tema «Espíritu Madre Mamá África». Mujeres de Urantia África compartieron sus experiencias y pensamientos sobre los derechos de las mujeres en África, sobre cómo El libro de Urantia había cambiado su vida y creado una sensación de empoderamiento. Expresaron la alegría y esperanza que conocer a Jesús, al Padre y a su creación había inculcado en su interior. Durante una presentación particularmente cargada de energía la conferenciante, Sunshine Anazodo, dio una patada poderosa en el suelo, adoptó una postura de estar «lista para enserafinarse» y exclamó: «¡Siento que puedo extender mis alas y volar!». Su entusiasmo fue recibido con un estallido de aplausos del público.

Se hizo una recolecta con el fin de comprar suministros de comida y artículos de higiene para un orfanato de Acra, debido al deseo de vivir las enseñanzas y hacer el bien a los demás. La tarde del segundo día muchos de los asistentes a la conferencia visitaron el hogar de los niños y les llevaron los suministros. Los niños parecían estar bien cuidados y se portaron muy bien. Hablaron de sus temas favoritos de la escuela, de su amor por los deportes y pudimos verlos jugar entre ellos. Como en muchos otros lugares de Ghana, era evidente que había necesidad de ingresos. Los niños de este hogar parecían bien cuidados, pero en el borde del pequeño recinto había un edificio sin terminar en el que llevaban trabajando durante los últimos cinco años con la esperanza de expandir su misión. El proceso de construcción era tan lento que el esqueleto de cemento mostraba ya algunas grietas. No obstante, cuando nos fuimos me alegré de saber que los niños eran felices y tenían buena salud.

Hacia el final del día, se trajo a debate una cita de El libro de Urantia [Documento 33:3.5-6] en la que, para honrar la compleción del séptimo otorgamiento de Miguel, el Espíritu Madre Creativo y las criaturas del universo prometen lealtad al Hijo Creador. En un noble acto, Miguel declara su dependencia de la Ministra Divina para honrarla y las criaturas del universo le prometen lealtad a ella también. Ella no lo pide, no busca atención para ella, pero la necesitan y ella es su igual. El acto de honrar al compañero es hermoso, y eso es lo que presencié en la conferencia de Ghana. Como muchas de las mujeres no han adoptado nunca un papel formal en la comunidad, fueron elevadas y especialmente invitadas a hablar. A través de sus presentaciones dieron a conocer que son fuertes, sabias y apasionadas, y espero que sigan haciendo que se oiga su voz en futuros eventos. Me ha alegrado saber que las enseñanzas de El libro de Urantia vivirán y prosperarán entre personas de todo el mundo.