Gestionar nuestro modelo

Me gustaría compartir un concepto que le escuché a un maestro de escuela dominical hace unos 30 años. No me acuerdo del tema, pero sí del concepto: la gente desarrolla un modelo personal de vida y relaciones donde se incluye la religión, la gestión financiera, la crianza de los hijos, el trabajo, el tiempo libre, la comida, el sexo… bueno, todo. Muchos viven de acuerdo a lo que los padres y abuelos modelaron y de acuerdo a lo que se percibe como normal en la comunidad. Este modelo contiene las aceptaciones, decisiones, prioridades y motivos que impulsan la vida cotidiana. El maestro nos pidió que pensáramos en lo que haríamos si llegara algo que no encajara en nuestro modelo. Dijo que solo había dos opciones: 1) aceptarlo, lo que supone una revisión, o 2) rechazarlo y dejar el modelo como está.

Es cierto que podemos retrasar una decisión, lo que no cambia el modelo, pero la elección puede molestar a alguien hasta que se tome una decisión. Y tal vez se necesiten muchos años para avanzar en una decisión.

Los autores de El libro de Urantia afirman que no podemos quedarnos sentados en la valla: debemos aceptar o rechazar a Dios. Además no podemos quedarnos quietos, todo el cosmos está orientado a la acción, no es estático. Jesús desea un progreso personal que, si consideramos sus implicaciones, podría multiplicarse en toda la humanidad y podría por tanto mejorar el planeta entero. ¡Él tiene un plan en mente! El universo entero es una gran universidad dedicada al progreso.

Jesús presentó un desafío múltiple sustancial a las autoridades judías porque sus enseñanzas no se ajustaban al modelo que tenían. Durante siglos se les había enseñado que eran especiales y que un Mesías los rescataría de la dominación extranjera. Querían un gobernante materialista que se ajustara al modelo de gobierno mundial que percibían, pero no podían encajar las enseñanzas de Jesús en ese modelo.

Entonces, ¿El libro de Urantia es para nosotros un gran intento de ayudar a la humanidad a revisar sus modelos? Creo que sí. ¡Necesitamos progreso! Los que escuchan atentamente a los autores y descubren sus significados es probable que progresen. Comprenderemos lo que Jesús quiere para nosotros, ya sea aquí o después de pasar a la próxima vida. La voluntad de Dios prevalecerá.

Podríamos revisar nuestro modelo personal y unirnos a su creciente equipo lo mejor que podamos y de la manera más cariñosa y paciente con nuestros semejantes. Algunos de los que estén cerca de nosotros no serán progresistas, tal vez no a nuestro gusto, pero ese factor no justifica que detengamos nuestro progreso personal. El crecimiento religioso personal está al alcance de cualquiera, independientemente de todas las demás relaciones. ¡Les deseo lo mejor en su viaje eterno!