Retiro preconferencia europea de jóvenes adultos

(He aquí un resumen del testimonio personal de Alex Heh sobre el retiro preconferencia de jóvenes adultos, donde narra sus experiencias en la conferencia. Usado con su persmiso)

En julio viajé a Tallin, la capital de Estonia, para asistir a la II Conferencia Europea de la Asociación Urantia. Un grupo de jóvenes lectores de El libro de Urantia y yo llegamos unos días después para asistir al retiro preconferencia que se celebró del domingo 7 de julio al jueves 11 de julio. El retiro era un evento conjunto organizado por la UYAI (Urantia Young Adult International) de la Asociación Urantia y el YaYas (Youth and Young Adults) de la Fellowship. No exagero si digo que este evento (celebrado en una hermosa ciudad con mucha gente maravillosa) fue una de las experiencias más profundas de mi vida hasta ahora. Para cuando terminó la primera noche sentí que podía dejar atrás mi pasado y comenzar una nueva vida. No me llevó mucho tiempo dejar de pensar en mi lengua materna (alemán) y comenzar a pensar (y sentir) en inglés.

Comenzamos el programa del primer día completo del retiro (lunes) con un paseo hasta la playa. ¡Algunos incluso nos tiramos al mar! Disfrutamos del ambiente de esa pequeña playa en la que nos presentamos a los demás y compartimos abrazos. Luego nos agrupamos en parejas y nos entrevistamos el uno al otro para llegar a conocer más a esa persona. Después de nuestra primera oración en grupo comencé a sentirme en casa con esos amigos recién conocidos. Leímos y hablamos sobre el «reino de los cielos» y sentí que sería un tema importante para mí durante la conferencia, pues ya estaba empezando a considerarlo desde un nuevo ángulo.

Al día siguiente (martes) hicimos una visita guiada al Parlamento estonio. Fue impresionante. Los estonios parecen tener una estructura política bien organizada. La guía hizo un gran trabajo y fue muy amable. Después del Parlamento visitamos una hermosa iglesia ortodoxa. Encendí una vela y recé una breve oración para Miguel. Cuando salimos de la iglesia un músico callejero ruso me alegró el día cantando primero una canción alemana para mí y después «Yellow Submarine».

Después del almuerzo y de vuelta al lugar de la conferencia tuvimos una sesión de tormenta de ideas sobre «La visión conjunta de la UYAI y YaYas». Pronto descubrimos que todos teníamos la misma mentalidad y nos dimos cuenta de que necesitamos trabajar juntos en el futuro, puede que inspiremos a las generaciones más mayores. Me gustaría mostrar que no permitiremos que nada ni nadie se interponga entre nosotros para colaborar con nuestro trabajo para la revelación. Hicimos algunos grandes planes y al final del retiro consideramos que la UYAI y YaYas estaban «juntos como uno solo».

Nuestra siguiente sesión trató sobre el «arte de vivir» y los «alicientes de la madurez» tal como los enseñó Rodán de Alejandría. Me impresionó profundamente la filosofía elevada de Rodán. Comprendo por qué sus enseñanzas se han incluido en El libro de Urantia. Me prometí a mí mismo estudiar esos documentos de nuevo cuando regresara a casa.

El miércoles se unieron a nosotros Gard, Guy y Agnès, que decidieron unirse a las actividades de la preconferencia y hacer talleres con nosotros. Encontramos un sitio agradable en un parque rodeado de un entorno hermoso. El primer taller fue sobre «Adoración, oración y amor». Nos sentamos en círculo y recordamos que esas tres cosas siempre van juntas. Gard nos dirigió en una oración en grupo en la que nos pusimos en círculo tomados de la mano y uno tras otro dijimos una breve oración. Yo hice la mía en alemán, ese fue el primer momento en el que me di cuenta de que me había ocurrido algo especial. Lloré las primeras lágrimas de alegría durante esa oración en círculo mientras sentí un abrumador sentimiento de amor que no había sentido jamás, un amor verdadero e incondicional.

Más tarde visitamos el castillo de Tallin. ¡Qué vista tan hermosa! Me sentí feliz como nunca me había sentido. Tuvimos un gran día y llevaba conmigo un entusiasmo  imposible de describir. Me vi orando un montón. Todo el día fue como una gran oración. Por la noche, a solas en mi habitación, seguí orando y pedí a los ángeles que estuvieran con nosotros y compartir juntos esos momentos maravillosos. Sentí su presencia y comencé a comprender por qué seguía llorando de alegría tan a menudo. El sentimiento es difícil de describir pero era como si un tipo de energía fluyera por todo mi cuerpo, luego comencé a relajarme y sentí que no estaba solo. Sentí una gran dicha…

El día siguiente (jueves) era en el que muchos comenzaron a llegar para la conferencia principal. Esa es otra historia, así que dejaré que sea otro el que cuente los detalles de esos momentos asombrosos para este boletín. Sin embargo, compartiré brevemente mis impresiones sobre los encantadores momentos de la apertura, que fueron de calurosa bienvenida. Fui consciente de que el ambiente (la «energía» que había en el aire) era diferente al de otras conferencias a las que había asistido. Mike MacIsaac fue la persona ideal para hacer de maestro de ceremonias. Sus maneras amables y tranquilas junto con su sentido del humor hizo que todo pareciera menos formal que en otros eventos en los que he estado. Mike fue el primer lector de El libro de Urantia al que conocí en persona, fue sencillamente la primera persona que me dijo «hola» hace seis años en la reunión del Blue Club de Frankfurt (Alemania). Él es lo que llamaría un «hermano mayor», algo así como un modelo heroico para mí. ¡Gracias, Mike!

Después de la ceremonia de clausura, al final de la conferencia principal, fue el momento de las despedidas. Gracias a todos los que hicieron este evento memorable tan especial y espiritualmente inspirador. Espero con ilusión reunirme pronto con todos mis maravillosos hermanos y hermanas por Internet, porque sencillamente ya no puedo continuar sin ellos. Nuestra promesa de despedida fue: «¡Nos vemos en Vancouver el año que viene!»