¿Qué futuro les espera a los grupos de estudio?

A mediados de los 70, guiados por nuestro mentor espiritual, una serie de amigos afines y yo comenzamos un nuevo viaje de despertar espiritual basado en las revelaciones de El libro de Urantia. Nuestro mentor, que había recibido su ejemplar de la «Cosmología de Urantia» directamente de un lector francés en los años 60, adaptó la orientación que nos ofreció a la realidad sociológica de Senegal en aquella época. El año 2000, unos veinticinco años después, descubrimos a otros grupos de estudio de otros lugares y comenzamos a trabajar con algunos de ellos.

Dos años antes, en diciembre de 1998, hablamos por teléfono con un fideicomisario de la Fundación Urantia. Un miembro de la Fellowship había contactado con el fideicomisario por aquel entonces en un esfuerzo por encontrar un contacto local en Dakar para ayudar con la misión de la Fellowship en África. Había planeado una breve parada en Dakar junto con su compañero para recoger un envío de ejemplares en inglés de El libro de Urantia que acababan de llegar desde el puerto de Marsella. Estos libros iban destinados a distribuirse en países africanos de lengua inglesa (Senegal es de habla francesa) y juntos habían planeado cruzar África para llevar a cabo su misión.

Debido a el fideicomisario no podía visitar Dakar por motivos de salud, organizó la visita del miembro de la Fellowship. Después de reunirse con nuestro mentor y con el grupo de estudio, este hombre interrumpió sus planes para poder pasar más tiempo con nosotros. De hecho se quedó como invitado en mi casa de Dakar durante un mes. En todo ese tiempo se unió a las reuniones diarias del grupo de estudio dirigidas por nuestro mentor. Antes de continuar con su misión nos hizo conocer otras actividades de grupos de estudio en todo el mundo y nos dio a cada uno un ejemplar de El libro de Urantia.

Desde su visita nuestro grupo de estudio ha recibido a visitantes de Francia, Bélgica, Holanda, Canadá y América, y esas visitas continúan a día de hoy. A su vez nuestro mentor, así como algunos de los miembros de nuestro grupo de estudio, han viajado a Dourdan (Francia), Ciudad del Cabo (Sudáfrica), Chicago (América), Montreal (Canadá), Medellín (Colombia) y más recientemente Ámsterdam (Holanda) y Acra (Ghana). La experiencia de estas visitas, junto con las numerosas y variadas conversaciones que he disfrutado con lectores de El libro de Urantia en francés e inglés durante las últimas dos décadas, me llevan a compartir en este artículo una visión de lo que bien podría ser la misión de los grupos de estudio de El libro de Urantia.

Antes de compartir con ustedes esta visión, es importante que antes les hable un poco sobre Senegal y nuestro grupo de estudio de Dakar.

Senegal es un país mayoritariamente musulmán, y los cristianos (incluyendo los miembros de las recientes órdenes evangélicas emergentes) suponen un 10% de la población. La sociedad senegalesa se caracteriza por la coexistencia pacífica de las comunidades religiosas y la práctica fraterna del islam, que defiende la tradición social de aceptación del otro.

En cuanto a nuestro grupo de estudio, conocimos a nuestro mentor cuando éramos estudiantes universitarios. Nuestro entorno era musulmán, pero ser musulmán o cristiano no tenía importancia. Lo importante era reconocer la «consciencia de Dios» que caracterizaba a nuestro maestro.

Durante varios años nos implicamos en sesiones de preguntas y respuestas con él, en un esfuerzo por comprender ese «algo más». En última instancia, estas sesiones nos llevaron a pedir que explicara con más detalle las creencias que practicaba. Y así nuestro profesor se convirtió en nuestro mentor espiritual y comenzó a presentarnos las revelaciones de El libro de Urantia. Esto fue en 1981. Para cuando recibimos al visitante de la Fellowship nuestro grupo de estudio tenía más de cincuenta personas.

Nuestro mentor adaptó sus enseñanzas al carácter predominantemente musulmán de Senegal a medida que nos guiaba paso a paso a través de los mensajes de El libro de Urantia. Ofreció a los recién llegados a nuestro grupo de estudio unos tres años de la misma orientación antes de confiar su desarrollo espiritual a miembros del grupo más antiguos, siempre bajo su supervisión.

Desde que comenzamos a estudiar El libro de Urantia, miles de personas afines que no estaban en nuestro grupo de estudio han recibido la misma orientación espiritual de nuestro mentor y nuestros miembros por igual. Esta orientación tomó la forma de seminarios, estudios temáticos, sesiones de preguntas y respuestas y testimonios. Las lecciones estaban siempre basadas en las enseñanzas de El libro de Urantia y se organizaban para mostrar la manera en que la consciencia espiritual puede llevar al hombre a Dios (el libro presenta a Dios al hombre en tres partes y termina en su cuarta parte con una presentación del «Hombre-Dios» o «Dios-Hombre»). Una vez preparado mediante la experiencia personal, el tutor y la fuerza espiritual del grupo, cada estudiante recibía su ejemplar de El libro de Urantia.

Este enfoque facilita comprender de El libro de Urantia y también evitar las dificultades que en ocasiones parecen inevitables para los que lo reciben sin estar preparados para sus verdades. En muchos de nosotros hace que cultivemos también una vocación espiritual.

La sesión introductoria del grupo de estudio siempre aborda la relación personal del individuo con Dios. Esta presentación está especialmente diseñada para que, si un estudiante elige no continuar con el grupo, esté lo suficientemente preparado para continuar su búsqueda espiritual de manera independiente bajo la guía de su Ajustador.

La presentación de nuestro grupo sobre la oración siempre ha sido voluntaria. Si los estudiantes lo desean, pueden participar en oraciones colectivas semanales (que desde entonces se han hecho diarias). Estas oraciones siguen un examen en profundidad de los temas que los miembros sugieren, en particular en lo que respecta a la sociedad y la humanidad. Este examen siempre se basa en el plan subyacente de Dios para Urantia. Para cuando llegamos a la presentación sobre el Supremo, los estudiantes pueden elegir dirigir la discusión si así lo desean.

Actualmente los miembros de nuestro grupo que han descubierto una vocación espiritual trabajan con sus estudiantes para desarrollar planes de estudio continuos. Durante los últimos quince años estos maestros experimentados se reúnen semanalmente para revisar sus actividades, planificar reuniones para el grupo principal y organizar nuestra interacción con lectores de otros países, a menudo mediante la tecnología de Internet. Muchos de nosotros también participamos en actividades de la Asociación Urantia, incluidas reuniones internacionales, así como en la Escuela de El Libro de Urantia de Internet y en los eventos de la Fundación Urantia.

Dada esta descripción de nuestra experiencia de unos cuarenta años como grupo, junto con la experiencia enriquecedora que proporciona nuestra colaboración de veinte años con grupos de estudio de diferentes continentes, nos gustaría compartir nuestra visión de una «Segunda Liga» que los grupos de estudio podrían seguir. Pero lo primero es lo primero.

Los grupos de estudio deben seguir una «Primera Liga» que depende necesariamente del mensaje de la quinta revelación de época: El libro de Urantia. Esta etapa puede durar varios años, en particular cuando consideramos la composición siempre cambiante de la membresía dentro de un grupo de estudio. Durante esta «Primera Liga» debemos tener siempre en cuenta que la aportación de la revelación va mucho más allá de comprender los conceptos intelectuales y espirituales de El libro de Urantia. Esta primera etapa, iluminada por los frutos divinos del espíritu, nos conduce a través de todos los niveles de realidad no solo de nuestro «ser» sino también de todos los «seres de buena voluntad». Estos frutos espirituales transmutan nuestra naturaleza humana hacia lo divino al conectarse progresivamente con el ejemplo y las enseñanzas de las personalidades reveladoras que escribieron El libro de Urantia. Según nuestra experiencia, la verdadera comprensión de los conceptos espirituales es, en primer lugar, el resultado de una experiencia personal interna, y las enseñanzas de El libro de Urantia nos dan las claves que aseguran nuestro éxito. Consideremos el ejemplo transmitido en la cuarta parte, la vida y las enseñanzas de Jesús, que proporciona la inspiración para iluminar la consciencia de Dios dentro de cada uno de nosotros y que sirve como polo de atracción para los demás.

A través del mensaje de El libro de Urantia aprendemos cómo podemos y debemos creer en Dios con una comprensión más profunda. Aprendemos que Dios nunca deja de revelarse en nuestra vida diaria y la experiencia de esta verdad demuestra cómo Dios confía en nosotros y en nuestra capacidad para conocerlo. Los reveladores también nos recuerdan las responsabilidades que surgen de esta experiencia: nuestra responsabilidad del deber hacia la humanidad y hacia Dios, así como una tercera y sagrada obligación de servicio a la hermandad de los creyentes que conocen a Dios. Este recordatorio es importante y vital para la supervivencia del grupo de estudio, y necesitamos vivir y compartirlo más plenamente.

Más allá de cualquier otra consideración, siempre debemos tener en cuenta que, en el Ajustador del Pensamiento, todos tenemos un fragmento divino en nuestras vidas que nos guía a diario. Junto con nuestro Ajustador, el Espíritu de la Verdad nos hace darnos cuenta de que nuestra consciencia humana nos une en nuestra consciencia de Dios de más formas de las que imaginamos. Paso a paso debemos dar cada vez más importancia a los grupos de estudio, ya que despiertan una nueva visión del mundo a través de sus actividades verdaderamente espirituales, transformadoras y prácticas.

Debido a que esta visión puede ser muy personal al principio, comienza dentro de nosotros mismos y continúa con el servicio a nuestro prójimo. Este proceso comienza dentro de los grupos de estudio a través de tres actividades que iluminan nuestra conciencia espiritual y cultivan una colaboración consciente con nuestros Ajustadores. Son la adoración, la oración y el servicio. Todos ellos activan las influencias espirituales que nutren nuestra alma y alimentan nuestra consciencia superior. Grandes sectores de la humanidad suelen descuidar estas tres actividades importantes por muchas razones. Las enseñanzas de El libro de Urantia resumen y aclaran esas razones y nos ayudan a reintegrar la adoración, la oración y el servicio en el centro de nuestra experiencia espiritual de la relación del hombre con Dios.

Creemos que no existe ningún requisito previo particular que impida nuestra entrada en este proceso gradual. Las experiencias que compartimos con otros dentro de la comunidad Urantia, independientemente de las diferencias culturales, raciales o religiosas, solo refuerzan esta creencia. Tomar consciencia del origen divino y de la finalidad espiritual que todos compartimos es suficiente para fundamentar nuestra búsqueda y nuestras iniciativas dentro de un marco de amor a nuestro prójimo y de servicio a nuestros semejantes. En el espíritu derramado del Hijo Maestro y en nuestra alma, el amor al prójimo y el servicio a nuestros semejantes son en realidad la misma verdad.

Recordemos simplemente lo siguiente: la adoración refleja nuestra naturaleza espiritual en el mundo de hoy. La oración nos conecta con realidades objetivas poderosas en los niveles espirituales de la experiencia humana y puede cambiar a familias y naciones enteras. El servicio revela nuestra relación con Dios a través del Supremo. La luz interior, que es el camino, la verdad y la vida, nos equipa bien y está preparada para ser nuestra guía.

Creemos que los grupos de estudio ya tienen la diversidad necesaria para prepararse para el despertar espiritual de la humanidad. Cuando agregamos una dimensión de coordinación y armonía a las actividades presentes del grupo de estudio, basada en los ejercicios espirituales transformadores cuyo éxito está garantizado por el Espíritu de la Verdad, podemos cumplir la promesa del Hijo Maestro que nos asegura que todos podemos hacer eso y más.

Con este fin hemos renombrado nuestro grupo de estudio de Dakar a «Grupo de investigación de la sabiduría progresiva y divina». Este nombre refleja mejor nuestra meta, que es hacer crecer nuestra naturaleza divina mediante la relación con el Ajustador por un lado y la voluntad manifiesta del Supremo por otro.

Junto con el Hijo Maestro, el Dios que está dentro de nosotros y el Supremo que nos rodea, reconozcamos todos el plan divino de nuestro Padre. Asumamos el honor, el privilegio y la alegría de vivir y compartir su plan en estos tiempos modernos y a menudo problemáticos. Asumamos la tercera y sagrada obligación de servicio a la hermandad de los creyentes que conocen a Dios. Creemos que la elección del libre albedrío para hacer estas cosas abre la puerta de la «Segunda Liga» a los grupos de estudio. Esta visión puede muy bien ser la misión de los grupos de estudio de El libro de Urantia en el futuro.