Mensaje del presidente – marzo 2018

En enero se reunieron representantes de la Asociación Urantia Internacional y de la Fundación Urantia para ponerse al corriente de los proyectos en curso, tratar sobre problemas de interés mutuo y planear el futuro. Se trataron muchos problemas pero hubo dos temas que destacaron sobre los demás.

El primero es la necesidad de relevo de los líderes en ambas organizaciones. Comunidades con éxito como las nuestras dependen de la rotación de líderes. Una de las señales que indican que una organización es saludable y vibrante es tener líderes voluntarios que rotan en puestos de toma de decisiones y en otros lugares durante un periodo de tiempo. Como grupo internacional descentralizado, la asociación tiene un gran grupo de líderes activos, lo que lleva al problema de percibir sobreabundancia: puede que algunos líderes potenciales piensen para sí: «Seguro que hay alguien más cualificado que yo, así que no daré un paso adelante para aceptar responsabilidades en el ámbito internacional». Pero el número de puestos que se necesitan bajo el paraguas de la asociación es enorme. Necesitamos voluntarios activos y bien dispuestos en los niveles local, nacional, continental e internacional. No podemos permitirnos privar a las asociaciones locales y nacionales de buenos líderes para cubrir puestos internacionales. Hay una gran necesidad creciente de nuevos voluntarios ilusionados a medida que nos expandimos por el mundo.

Para la Fundación el problema de la sucesión es complejo por diferentes razones: necesitan empleados para su oficina central en Chicago. Necesitan un grupo rotatorio de voluntarios para ocupar puestos en la Junta ampliada y dentro de sus numerosos comités activos. Y necesitan también un grupo pequeño de voluntarios especialmente cualificados para ocupar puestos duraderos en la Junta de Fideicomisarios. Esta mezcla de aportaciones ha llevado a una organización estable pero dinámica en la última generación, pero la Fundación se enfrenta ahora a una transición generacional que continuará más o menos durante la próxima década.

Es imperativo que continuemos teniendo un flujo estable de personas dedicadas a El libro de Urantia y sus enseñanzas para hacer avanzar y dirigir la asociación y la Fundación. Hay proyectos para todos los niveles de experiencia, un vasto número de intereses y una escala que va de las comunidades locales al impacto global.

Un segundo tema destacado de la reunión es la necesidad actual de asegurar que El libro de Urantia y sus enseñanzas estén bien representadas por méritos propios y no mezcladas con influencias externas políticas, sociales o intelectuales. Nuestra comunidad necesita «mantener el centro» y no dejar que las enseñanzas Urantia se vean demasiado influidas por cualquier otra influencia cultural. El libro de Urantia nos dice que la religión cristiana…

… se ha occidentalizado tanto que muchos pueblos no europeos consideran naturalmente al cristianismo como la extraña revelación de un Dios extraño, destinada a los extraños. [Documento 92:6.18, página 1011.16]

Debemos asegurar que las enseñanzas Urantia no corren la misma suerte.

Durante los primeros 60 años de nuestra comunidad hemos intentado evitar caer en esta trampa manteniendo las enseñanzas como nuestra propia influencia religiosa personal y esforzándonos en evitar prescribir lecturas de El libro de Urantia para todos los demás; hemos tenido cuidado en la manera de compartir y representar al libro. Pero con los cambios rápidos de la era digital nos enfrentamos a un nuevo reto: ¿Cómo «mantenemos el centro» en YouTube, Facebook o Google?

La estrategia de «mantener el centro» ha pasado de precavida a activa. Debemos representar activamente las verdaderas enseñanzas Urantia en las redes sociales para que los grupos externos no las representen erróneamente. Debemos compartir activamente las verdaderas enseñanzas de Jesús en YouTube para que otros no puedan sustituirlas por sus propias falsas enseñanzas y afirmen representar a «Urantia». Es un nuevo reto del que no éramos plenamente conscientes hace 20 años y para el que no estábamos preparados hace 10 años, pero que ahora estamos intentando abordar rápidamente. Los nuevos retos están obligando a toda nuestra comunidad a examinar de nuevo las políticas y filosofías directrices mientras intentamos asegurar que El libro de Urantia pueda mantenerse en pie por méritos propios en el siglo XXI.

La Fundación y la Asociación llevan siendo amigas mucho tiempo y son verdaderas organizaciones hermanas. Seguiremos trabajando juntos como organizaciones así como con la creciente Comunidad Urantia global con el fin de asegurar que crecemos y evolucionamos juntos para abordar los retos de las próximas décadas.