El libro de Urantia y nosotros

Cuando las personas encuentran El libro de Urantia experimentan un gran entusiasmo al descubrir algo más grande y verdadero que cualquier otra cosa que hayan conocido jamás. La primera reacción suele ser compartir este entusiasmo con todos los que nos rodean. Para nuestra consternación, los lectores descubrimos enseguida que esas personas no están interesadas en nuestros descubrimientos o en nuestras experiencias.

Alrededor de la una, mientras los ciento veinte creyentes estaban orando, todos se dieron cuenta de una extraña presencia en la sala. Al mismo tiempo, todos estos discípulos se volvieron conscientes de un nuevo y profundo sentimiento de alegría, de seguridad y de confianza espirituales. Esta nueva conciencia de fuerza espiritual fue seguida de inmediato por un poderoso impulso a salir y proclamar públicamente el evangelio del reino y la buena nueva de que Jesús había resucitado de entre los muertos. [Documento 194: 0.1, página 2059.1]

Parece que este pasaje de El libro de Urantia ilustra bien la condición mental típica que tenemos cuando se descubre el libro. Entonces, ¿por qué no produjo en la mayoría de nosotros el mismo efecto que en los apóstoles y los discípulos? Estos primeros creyentes convencieron a cientos y miles de semejantes para que aceptaran la buena nueva. Creo que parte o muchas de las respuestas se encuentran en la narración de la vida y las enseñanzas de Jesús. Puede que haya más respuestas en el «Mandato de Publicación».*

Si repasamos la estrategia de Jesús podemos ver fácilmente que preparó unos cimientos sólidos mucho antes de su vida pública. Perfeccionó sus métodos y su estilo de enseñanza para compartir la verdad. Mejoró su estilo y conoció mejor a la humanidad durante toda su vida anterior al bautismo mientras viajaba por el mar Mediterráneo. Sabía como aprovechar toda oportunidad posible sembrando semillas de verdad y preparando el ministerio de sus posteriores discípulos y apóstoles una vez que partiera de este mundo.

Jesús capacitó a los apóstoles y discípulos durante casi cuatro años después de su bautismo proporcionándoles edificación espiritual y experiencias prácticas. También sabemos que los apóstoles eran hombres corrientes, no expertos formalmente avanzados. Eran personas como ustedes y como yo que tenían una educación promedio para su época.

Hay algo más de esta era que es interesante: como los Reveladores nos dicen, el planeta no ha conocido jamás un periodo tan propicio al despertar espiritual como los tiempos de Jesús. Parece que la enseñanza de Maquiventa Melquisedec, 2.000 años antes, también preparó a las personas para la aparición de Miguel en Urantia y ayudó a crear un clima espiritual favorable para que tuviera lugar la mejora de Jesús. ¿Podríamos comparar este periodo receptivo del pasado con nuestra época? ¿Cómo podemos hoy día compartir las enseñanzas actualizadas de Jesús de una manera tan efectiva como entonces?

Hay otras consideraciones que surgen tras reflexionar y pensar en los retos para llegar a posibles soluciones. Intentemos comprender mejor el presente y lo que nos invitan a hacer. Los reveladores dicen que El libro de Urantia es la última de cinco revelaciones de época. Ninguno de nosotros ha tenido ninguna experiencia previa con la diseminación de una revelación de época. Pocos de nosotros en los últimos 2.000 años hemos ganado experiencia diseminando enseñanzas espirituales o religiosas, pues esta tarea estaba reservada casi exclusivamente a  sacerdotes u otros educadores religiosos. Raros son los que adquieren experiencia como instructores profesionales, y mucho menos como instructores religiosos.

¿Podemos comparar la época actual con los tiempos de Jesús? Hay varias diferencias y varios retos que nos impiden copiar directamente las técnicas del pasado. El Mandato de Publicación nos dice:

El libro pertenece a la era inmediata que sigue a la conclusión de la presente lucha ideológica. Ese será el día en el que el hombre estará dispuesto a buscar la verdad y la rectitud. Cuando el caos de la presente confusión haya pasado, será mucho más fácil poder formular el ámbito de una nueva y mejorada era de relaciones humanas. Y es a favor de este orden mejorado de sucesos sobre la Tierra que el libro ha sido preparado. [Mandato de Publicación]

¿Qué podemos deducir de esta declaración? Es probable que la época presente de lucha ideológica esté lejos de haber terminado y la mayor parte de las personas no están aún preparadas para buscar la verdad y la rectitud. Las personas serían mucho más receptivas a las enseñanzas de El libro de Urantia si no hubiéramos tenido problemas en el pasado. No es necesario tener opiniones de expertos o encuestas para ver lo lejos que está el mundo de hoy de ese tiempo futuro en el que se habrá ganado la batalla por la libertad. Podríamos mirar la situación actual del mundo para hacer nuestras propias evaluaciones de las guerras entre religiones, del terrorismo y el auge del ateísmo, de las desigualdades sociales y los regímenes dictatoriales en muchos países, del analfabetismo y de muchas otras condiciones predominantes.

Entonces, ¿qué haremos si los tiempos en los que vivimos no son los correctos? Aquí está lo que nos dice el «Mandato de Publicación»:

Pero la publicación del libro no ha sido pospuesta para dicha (posible) fecha un tanto remota. Una publicación temprana del libro ha sido proporcionada de modo que se halle disponible para la formación de líderes y profesores. Su presencia también es requerida para captar la atención de personas con recursos que puedan así ser conducidas a proveer fondos para las traducciones a otros idiomas. [Mandato de Publicación]

Podríamos responder a esta declaración diciéndonos a nosotros mismos que no tenemos las cualidades para ser un líder, ¡y mucho menos un instructor! Así que ¿para qué molestarse? ¿Qué podemos hacer? ¡O bien podemos dar un paso al frente y aceptar el reto!

Una vez más, el Mandato de Publicación nos ofrece alimento para el pensamiento:

El libro está siendo otorgado a aquellos que se hallan listos para él, mucho antes de la llegada de su misión mundial. Millares de grupos de estudio deben ser traídos a la existencia y el libro ha de ser traducido a muchas lenguas. [Mandato de Publicación]

Aquí se vuelve a mencionar el periodo en el que vivimos, especialmente nuestra relación con el libro. Es interesante que exista en este pasaje una dimensión temporal y la sugerencia de dotar necesariamente con fondos las iniciativas de traducción. ¿Somos realmente los que estamos listos para el libro o surgirán personas más dotadas para esta misión? Cada persona debe decidirlo por sí misma.

Los instructores de esta nueva religión ahora están provistos de armas espirituales. Deben partir a la conquista del mundo con una indulgencia inagotable, una buena voluntad incomparable y un amor abundante. Están equipados para dominar el mal con el bien, para vencer el odio con el amor, para destruir el miedo con una fe valiente y viviente en la verdad. [Documento 194:3:11, página 2064.3]

Lo que parece difícil al principio podría conseguirse fácilmente si cada uno de nosotros hiciera un esfuerzo continuo y significativo para dar apoyo a la Revelación durante nuestra vida. Ni siquiera se trata de dar golpes inteligentes o brillantes, de convencer a las masas o de convencer a toda nuestra familia, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo y nuestros vecinos, sino simplemente de ir sembrando poco a poco las semillas de la verdad a través de nuestro ejemplo de vida. Podríamos ofrecer estímulos para otorgarnos en servicio amoroso.

Jesús nos dio una cantidad fenomenal de ejemplos prácticos y espirituales. El Mandato de Publicación nos invita a explorar sus lecciones:

El futuro no se halla al alcance de su comprensión mortal, pero harían bien en estudiar diligentemente el orden, el plan y los métodos de progresión como fueron decretados por Miguel  en su vida terrenal cuando el Verbo se hizo carne. [Mandato de Publicación]

Los documentos de Urantia no solo nos enseñan cómo lo hizo Jesús, sino que también nos dan lecciones muy valiosas sobre cómo transformar la vida espiritual personal.

Sin la transformación espiritual personal las tareas que nos aguardan serían prácticamente imposibles; a lo sumo seríamos impostores. Aprender lo que puede ayudar a transformarnos no es tan complicado. Los esfuerzos de aprender pueden parecer arduos e imposibles si los hacemos a solas. ¿No hemos oído que no es bueno que el hombre esté solo? ¿Qué mejor manera de comenzar este trabajo que uniéndonos a un grupo que busque la mejora personal y del mundo mientras ayudamos a preparar la inauguración de la próxima era espiritual?

Si quieres ir rápido, ve solo, pero si quieres ir lejos, ve acompañado. [proverbio africano]

Los grupos de estudio pueden ofrecer el privilegio de fraternizar y al mismo tiempo promover el crecimiento espiritual. El crecimiento efectivo ha de validarse mediante el servicio a los demás y en este servicio. El documento 48 nos dice que:

No habréis adquirido realmente una virtud hasta que vuestros actos no os hagan dignos de ella. [Documento 48:7.19, página 557.3]

Por desgracia, suele ser demasiado fácil quedarnos en la comprensión intelectual y no lograr la transformación espiritual. Jesús nos dijo que apeláramos al espíritu que hay en los hombres. La experiencia espiritual auténtica a través del servicio amoroso a los demás es muy importante. Los grupos de estudio son efectivos si los participantes se implican activamente en la transformación personal. Es muy importante desear ayudar a transformar la sociedad. ¿No nos dice El libro de Urantia que, una vez nuestra salvación está asegurada, deberíamos dejar de trabajar en ella y comenzar a trabajar en la salvación de los demás?

Si deseamos sinceramente mejorar el mundo en el que vivimos, cada uno de nosotros debemos aportar nuestro granito de arena.

Vosotros sois la sal de la Tierra, una sal con sabor de salvación. Pero si esta sal ha perdido su sabor, ¿con qué se sazonará? En lo sucesivo ya no sirve más que para ser arrojada y pisoteada por los hombres. [Documento 140.4.2, página 1572.2]

Además, ¿qué mejor manera de hacerlo que participar en un proyecto de diseminación de las enseñanzas de El libro de Urantia mediante el servicio a los demás? Jesús nos dio muchos ejemplos con su modelo de vida y con las exhortaciones a sus apóstoles y discípulos. Les enseñó a practicar sus lecciones entregando a los demás lo que habían aprendido, de modo que comprendían mejor sus valores espirituales.

Es cierto que continuó enseñando, pero su trabajo personal consistía sobre todo en ayudar a los enfermos y a los afligidos, mientras que sus apóstoles se ocupaban de predicar en público y de bautizar a los creyentes. [Documento 145.3.13, página 1633.4]

No olvidemos que vivimos en la era del Supremo y que no se puede conseguir nada sin experiencia. Si hemos de ser sembradores de la verdad y la luz del mundo, todos debemos implicarnos en proyectos de diseminación de múltiples y diversas maneras. Debemos encontrar maneras de hacer realidad estas experiencias para poder progresar en nuestra misión.

He aquí algunos ejemplos:

  1. Ser parte de un grupo de estudio o anfitriones de grupo de estudio.
  2. Participar como alumnos o como facilitadores en los cursos de la Escuela de El libro de Urantia en Internet (UBIS) o en otros cursos disponibles en Internet.
  3. Ser voluntarios en una actividad para la que son especialmente válidos.
  4. Escribir artículos o comentarios sin nombrar las fuentes en revistas o periódicos nacionales o regionales cuando el tema sea de interés para ustedes y puedan utilizarse las enseñanzas como solución.
  5. Implicarse en un partido político.
  6. Implicarse en la iglesia de su barrio.
  7. Hacerse entrenadores de un equipo.
  8. Hacerse miembros de una asociación tipo Optimists, Lions o Rotary.
  9. Leer a los enfermos o a los invidentes o simplemente visitarlos en el hospital.
  10. Ministrar a los moribundos durante sus últimos días en este mundo.
  11. Leer el documento titulado «101 maneras de introducir El libro de Urantia», de Vern Grimsley, y divulgar la verdad espiritual. Poner en práctica algunos de sus consejos.
  12. Dar su nombre para una actividad que les atraiga en el centro de voluntarios de la ciudad donde viven.

Dejen que les cuente una pequeña historia sobre un episodio que sucedió cuando era presidente de la Asociación Urantia Internacional (AUI). Durante uno de mis numerosos viajes a Colombia me invitaron a una cena organizada por un club social de renombre mundial, que yo creía que era el Rotary Club. La persona que hizo posible esta invitación, Tamila Ragimova, entonces presidenta de la Asociación Urantia de Medellín, tuvo el gran cuidado de sentarnos en la mesa de los presidentes, lo que me dio la oportunidad de sentarme cerca del presidente saliente de esta asociación. Durante la cena le pregunté sobre la importancia de clubes sociales como el Rotary de Colombia, y su respuesta realmente me sorprendió. Dijo que sin esos clubes sociales el país se encontraría en una situación económica e intelectual más pobre para enfrentarse a numerosos problemas de desigualdad social. A continuación dijo que los Estados Unidos, gracias a la presencia de muchas asociaciones de este tipo, podría disfrutar de una prosperidad cultural y económica superior a muchos países promoviendo que se compartieran recursos culturales, religiosos, artísticos y de información.

En el mundo abundan muchas asociaciones que comparten un número inimaginable de intercambios de todo tipo. Compartir ayudaría a la aventura que es la evolución cultural y religiosa del mundo. Cada persona debería participar en una o más organizaciones o proyectos para sembrar semillas de verdad. Podemos «fertilizar» el terreno ayudando a preparar el mundo para nuestro tiempo.

Así el libro estará disponible para cuando la batalla por la liberación del hombre sea finalmente ganada y el mundo sea una vez más un lugar seguro para la religión de Jesús y la libertad de la humanidad.  [Mandato de Publicación]

Lo importante para nosotros es ser sistemáticos y coherentes con nuestras acciones. No es necesario viajar por el mundo o ser expertos para aportar nuestro granito de arena, simplemente hay que reconocer las oportunidades que se nos presentan «mientras vamos de paso» por la vida. Podemos vivir una vida con sabor sembrando regularmente semillas de verdad que salgan del alma. No hay nada más poderoso y gratificante que el servicio amoroso desinteresado. Tampoco necesitamos convencer a nadie de que lea El libro de Urantia. Cuando estén listos lo encontrarán como ustedes lo encontraron, porque las ángeles estarán listas para cosechar las semillas que ustedes dispersaron tan amorosamente.

Pueden surgir oportunidades para influir sobre la familia, los amigos, los compañeros de trabajo e incluso sobre directores y jefes si deseamos verdaderamente servir.

No podéis amar realmente a vuestros compañeros con un simple acto de voluntad. El amor sólo nace de una comprensión completa de los móviles y sentimientos de vuestros semejantes. Amar hoy a todos los hombres no es tan importante como aprender cada día a amar a un ser humano más. Si cada día o cada semana lográis comprender a uno más de vuestros compañeros, y si éste es el límite de vuestra capacidad, entonces estáis sin duda haciendo sociable y espiritualizando realmente vuestra personalidad. El amor es contagioso, y cuando la devoción humana es inteligente y sabia, el amor es más contagioso que el odio. Pero sólo el amor auténtico y desinteresado es verdaderamente contagioso. Si tan sólo cada mortal pudiera convertirse en un foco de afecto dinámico, este virus benigno del amor pronto impregnaría la corriente de emoción sentimental de la humanidad hasta tal punto que toda la civilización quedaría envuelta en el amor, y ésta sería la realización de la fraternidad de los hombres. [Documento 100:4.6, página 1098.3]

Encontramos El libro de Urantia porque estábamos buscando la verdad que contiene. La responsabilidad de compartir la verdad descansa ahora en nosotros. Debemos hacer que esta verdad siga viva en nuestro corazón mientras trabajamos juntos en servicio desinteresado y ayudamos a inaugurar la próxima era de libertad.

* El Mandato de Publicación es al parecer la última comunicación oficial de los reveladores.