Encuentro nacional francés

El encuentro anual de la AFLLU (Asociación Urantia de habla francesa) para 2017 tuvo lugar recientemente e incluyó un programa con el tema La influencia del Espíritu de la Verdad en la espiritualidad de cada uno. 

 Junto con el programa, tuvo lugar una reunión de trabajo que abordó la situación de la asociación, nuestra ayuda a los hablantes francófonos de África y la renovación de la junta directiva. Dieciséis miembros estuvieron presentes (de 41), y 8 lectores no afiliados.

El Espíritu de la Verdad:

La esfera de su influencia es difícil de comprender por los estudiantes de El libro de Urantia, porque es difícil diferenciarlo del ministerio de los ángeles y del Ajustador. El término «Consolador» es útil, pero los ejemplos de los apóstoles, que ganaron una energía renovada para salir con valentía y anunciar el reino de Dios, no aportan mucha luz sobre los cambios que trajo este otorgamiento.

El hecho de que la evolución se haya acelerado desde entonces en los ámbitos social y tecnológico parece mostrar que esta influencia se encuentra principalmente en una mayor valentía para luchar por valores y descubrimientos legítimos y fiables. Pero estos valores y descubrimientos se deben aparentemente a otras influencias, que nos motivan a ejercer un mejor juicio y a usar mejor nuestros poderes intelectuales (Ajustador, ángeles).

El resultado de este estudio es que la persona que realmente quiere evolucionar debe usar primero sus capacidades intelectuales completas (los siete espíritus ayudantes de la mente) y su discernimiento (personalidad) para alcanzar el nivel más alto de percepción (conciencia cósmica). Entonces los diferentes ayudantes espirituales pueden añadir de manera eficiente su influencia para guiar (ángeles), actualizar (Ajustador) y confirmar (Espíritu de la Verdad).

Sin embargo, debe señalarse que, debido al hecho de que es la Ministra Divina la que está a cargo del otorgamiento del Espíritu de la Verdad, la conexión directa con los espíritus ayudantes de la mente superiores es una certeza.

Reunión de trabajo:

La situación de la asociación francesa es que no estamos creciendo como nos gustaría por varias razones, pero ese no es un problema exclusivo.    

En Francia, ha sido difícil dar a conocer El libro de Urantia. Debido a actividades de sectas sumamente publicitadas en el pasado, hay miedo a ser etiquetados como miembros de una secta, pues hicieron mucho daño en nuestro país, por no mencionar el pasado oscuro de la Iglesia católica y los escándalos de hoy día.

 Algunos miembros no están seguros de usar el término «líderes» debido al miedo al dogmatismo y a que pueda crearse una nueva religión. En cuanto a los lectores de todas partes, se rechaza la autoridad y solo se acepta el concepto de grupos sin «expertos». 

Pero los jóvenes de hoy necesitan nuevos ideales, evolucionados y abiertos, y debido a que reciben una educación materialista no están en contacto con las realidades invisibles. 

Así que, por un lado, Europa está despertando, así como la África francófona, y por otro lado, Francia se esfuerza por hacer lo mismo.

No obstante, seguimos teniendo fe y prestando atención a toda oportunidad de servicio que nos permita surfear en la cresta de la ola, pues a la marea más baja siempre le sigue la más alta.

África: 

Nuestra asociación está entusiasmada por renovar nuestras actividades con esta parte del mundo. No son pocas las dificultades, y los medios de comunicación son todavía pobres hoy día, pero un buen estudio del problema debería mostrar soluciones válidas para ayudar a que estas personas encuentren una renovación espiritual apropiada a sus aspiraciones.

Es una empresa a largo plazo, que no debe ni olvidarse ni precipitarse.

Para empezar, dimos un portátil y conexión a Internet a Guy Stephane, de Camerún, para ayudarlo, a él y a los que le rodean, a mejorar sus comunicaciones.

Pero la ayuda material no es lo que más importa. En todo el mundo, no solo en Francia, las personas deben mantenerse leales a los ideales más altos de verdad, bondad y belleza, y a compartir allá donde puedan el mensaje de que todos somos hijos de un Dios amoroso.