El libro de Urantia – Los primeros años

Presentado por Barbara Newsom el 14 de julio de 2011

Los reveladores predijeron que el libro estaría listo para servir durante una era “… después de que termine la lucha ideológica presente”, “cuando los hombres estén dispuestos a buscar la verdad y la rectitud” y “… cuando el caos de la confusión presente haya pasado”.

Chicago

De todos los estados y ciudades del mundo, ¿por qué los reveladores eligieron Chicago? Los indios llamaron a la villa enlodada “Chishago” (“cebolla apestosa”). Hace ciento cincuenta años, Abraham Lincoln fue nombrado presidente en Chicago. Pero después del gran incendio de Chicago de 1871, la ciudad se convirtió en un crisol de radicalismo. Chicago era famosa por sus cantinas, salas de baile, salas de juego y burdeles. Era el “matadero del mundo” y “la ciudad de las espaldas anchas”. Generó disturbios laborales y corrupción en el ayuntamiento.

¿Una revelación en Chicago? ¿En qué estaban pensando?

No todo era malo. Chicago era una ciudad situada al borde de una vasta pradera, el nudo ferroviario de América. Era famosa por la “Hull House”, la inspiración de las reformas sociales de todo el mundo. La ciudad era la meca de la arquitectura, los rascacielos y la primera industria cinematográfica. Chicago fue la sede del Parlamento de las Religiones del Mundo en 1893.

¿Podía venir algo bueno de Chicago? ¿Eligieron Chicago los reveladores debido a la ubicación o a su gente?
La Comisión de Contacto

Una familia fue el núcleo de la Comisión de Contacto humana, el grupo que trabajó con los seres superhumanos, la Comisión Reveladora, que inició la quinta revelación de época en nuestro mundo, Urantia. Ambos grupos se comunicaron a través del hombre que fue conocido como la “personalidad de contacto”. Su identidad solo la conocían los miembros de la Comisión de Contacto.

El Dr. William S. Sadler, el líder de la Comisión de Contacto, era un hombre de tal versatilidad que fue difícil para él decidirse por una única carrera: la psiquiatría. Su esposa, Lena Sadler, igualmente dotada, fue médico, conferenciante y escritora como su esposo. Los dos doctores conocieron al “contacto” en algún momento entre 1906 y 1911.

Ellos y la mujer de Lena, Anna Kellog, y su esposo Wildred, a lo largo de los 20 años siguientes, se convencieron de que sus compañeros invisibles eran quienes y lo que afirmaban ser. Mientras tanto, los reveladores decidían si estas personas estaban dispuestas y eran capaces de llevar a término la misión reveladora.

Se incorporaron posteriormente a la Comisión de Contacto el hijo de los Sadler, William Jr., y una mujer de 37 años que no tenía relación de parentesco con ellos, Emma L. Christensen, más conocida como Christy, que tenía una capacidad organizativa excepcional.

Cómo empezó el Foro

Mientras daba clases sobre psicología Gestalt en Junction City (Kansas) en enero de 1923, el Dr. Sadler escribió una carta a su hijo de 16 años, Bill, de regreso a su hogar en Chicago:

“Crearemos un foro dominical en nuestra casa. Responderé y moderaré debates sobre filosofía, religión, ética y mejora de las razas. Abriremos nuestra casa e invitaremos a amigos y pacientes. Háblalo con tu madre. Tuyo, papa”.

Cuando llegó a casa, el domingo siguiente, la Dra. Lena había invitado a un grupo a reunirse a las 3 en punto de la tarde. Ese fue el comienzo del foro en el 533 Diversey de Chicago. El doctor describió así al grupo:

“… este grupo se convirtió en una reunión cosmopolita compuesta de hombres y mujeres profesionales: doctores, abogados, dentistas, ministros religiosos, profesores, junto con personas de todos los ámbitos de la vida: granjeros, amas de casa, secretarias, oficinistas y obreros”.

El Foro era un reflejo de la población de Chicago: cristianos angloeuropeos y blancos. Hoy día lo llamaríamos un grupo de consulta, reunido para poner a prueba la quinta revelación, que llegaría próximamente. Su tarea era plantear preguntas, estudiar las respuestas, darle vueltas a los documentos y plantear más y más preguntas. Los reveladores habían experimentado con varias técnicas de obtención de la información reveladora a través de la Comisión de Contacto humana durante los primeros veinte años. En 1925 comenzaron a enviar los primeros 57 documentos de los 197 documentos finales de El libro de Urantia. Nunca se reveló cómo se llevó a cabo.

Demora en publicar El libro de Urantia

En los oscuros días de la II Guerra Mundial, entre 1939 y 1945, toda la atención estaba centrada en los males del fascismo perpetrados por los enemigos de la libertad en todo el mundo. El Foro tenía prevista la publicación de El libro de Urantia en 1942. Después se demoró hasta el final de la guerra. Pero los últimos días de la II Guerra Mundial, en agosto de 1945, también presagiaron la edad atómica. Irónicamente, a unas pocas millas al sur del 533 Diversey, científicos del Proyecto Manhattan probaron el primer reactor nuclear en las instalaciones del Stagg Field de la Universidad de Chicago.

La propagación inesperada del comunismo soviético en Europa del este y sus planes de dominar el mundo hicieron que los reveladores suspendieran los planes de publicación hasta que disminuyera la amenaza en América y Europa occidental. Occidente estaba despertando a los peligros del comunismo mundial y se podía prever su caída final.

La misión de la Fundación Urantia

Mientras tanto, el Foro consideraba las organizaciones que supervisarían la difusión de El libro de Urantia. La Fundación Urantia fue creada en enero de 1950 mediante una Declaración de Fideicomiso. La primera Fundación tuvo su sede en el 333 N. Michigan Avenue de Chicago y estaba dirigida por una Junta de Fideicomisarios, cuya misión eran mantener la integridad del texto y gestionar su publicación y sus traducciones.

En enero de 1955, la Fundación Urantia dio el visto bueno para publicar El libro de Urantia. No había nombres humanos en el libro impreso, ni siquiera el nombre de la compañía que lo imprimió, R.R. Donnelley.

El 12 de octubre de 1955, el libro se entregó en el 533 Diversey a los miembros de la Comisión de Contacto, al Foro y al mundo. El vicepresidente de la Hermandad, Warren Kulieke, dijo de ese día: “¡Qué ocasión la de ese miércoles por la noche, en la que los miembros del Foro, con los ojos brillantes, pudieron verse abandonando el 533 con los brazos cargados de libros, algunos luchando con paquetes de diez!”. Un hombre incluso salió por la puerta con un paquete encima de la cabeza.

Se creó un fondo de impresión en 1938. Cada donante pagó 5$ por la primera edición. Los miembros del Foro se apresuraron a comprar más ejemplares con un precio posterior de 7,50$. El 1 de noviembre, el precio subió a 10$. A finales de enero de 1956, se vendieron más de 1.800 libros. Un año después de la publicación, se habían distribuido 2.250 libros.

Aceptación de El libro de Urantia

¿Cómo reaccionaría el mundo a una supuesta revelación? Cuando el libro se publicó, ¡un hombre planeó comprar todos los periódicos más importantes para “capturar las reseñas del mayor acontecimiento del siglo XX”! En los años 30, 40 y primeros de los 50, el Foro se mantenía en secreto. Solo se podía hablar de los documentos con otros miembros. Incluso ilusionados como estaban de tener el libro en sus manos, entre antiguos miembros del Foro había miedo a lo desconocido. Nadie quería ser acusado de violar su compromiso de confidencialidad. La mayoría pensaba que era más seguro no decir nada sobre el Foro o sobre el origen del libro. Muchos otros simplemente no hablaban del libro en absoluto. Unos pocos abandonaron las precauciones y compartieron entusiasmados El libro de Urantia con todos sus amigos y compañeros. Los esfuerzos iniciales fueron recibidos con gestos de desinterés. Unos pocos pastores avisaron de la obra del demonio. Si alguien no iba a la iglesia, debía de pertenecer a algún tipo de secta. He aquí los esfuerzos de Clyde Bedell para dar el libro a sus amigos:

“Cuando El libro de Urantia se publicó, se permitió que los que habían aportado dinero para las planchas de impresión compraran el libro a 5$ el ejemplar, debido a que las planchas estaban todas pagadas. Florence y yo, tras hablarlo entre nosotros, decidimos comprar mil dólares en Libros de Urantia, cosa que hicimos. Y regalamos 200 libros. ¡Como tortitas! Pensamos que nuestros amigos estarían encantados, pues íbamos a tener el libro. Y apostaría su dinero a que el 90% no lo han leído, al menos el propietario original. ¡Oh, cometimos muchos errores, cometimos errores terribles!”

El lanzamiento de El libro de Urantia y de la Hermandad  

Las cosas se movieron rápido una vez llegó la orden de publicar. El mediodía del domingo 2 de enero de 1955, la Hermandad Urantia se creó formalmente en el 533 Diversey Parkway de Chicago (Illinois). Los 36 miembros del Foro elegidos para ser consejeros generales firmaron la Constitución. Marian Rowley, la secretaria general, describió sus sentimientos en una carta a Julia Fenderson, de Los Ángeles: “¡Créeme, fue muy emocionante! Todos estábamos muy impresionados; algunos lloraban y yo temblaba como una hoja. Habíamos esperado tanto tiempo que apenas nos parecía posible”.

Donación de libros y la reacción

Se enviaron cincuenta libros de regalo a una lista recopilada por el Comité de Extensión Local a 30 personas destacadas y a 20 bibliotecas de los EEUU. Excepto por algunas devoluciones, no hubo reacción. El Comité de Extensión al Extranjero envió 100 ejemplares a bibliotecas de la Commonwealth británica. Una vez más, no hubo reacciones. Volvieron al punto de partida y estuvieron de acuerdo en que ha de existir una relación personal antes de enviar libros a los candidatos. Este fue el origen del enfoque personal para introducir el libro.

Sociedades Urantia

Las Sociedades Urantia fueron creadas para ser grupos autónomos, versiones en pequeño de la Hermandad Urantia en regiones locales. Bill Sadler predijo que habría no menos de 100.000 Sociedades Urantia a los 10 años de la publicación. La Primera Sociedad Urantia surgió del Foro. 146 firmaron el acta de creación en el 533 Diversey el domingo 17 de junio de 1956. Pronto un grupo de expatriados de Chicago solicitó acreditación para la Primera Sociedad Urantia de Los Ángeles, apodada FUSLA. Rápidamente se formaron sociedades en Glenview (Illinois) y en Oklahoma City. Comenzó un segundo grupo en Chicago: la Segunda Sociedad Urantia. Un grupo de Santa Mónica solicitó la sexta acreditación, pero nunca tuvo efecto. En 1961, la séptima sociedad se llamó, de manera apropiada, Orvonton de Chicago, como el séptimo superuniverso.

El cumpleaños de Jesús

Todos los años, el 21 de agosto a las 8 de la tarde, el Foro se reunía en la “sala de arriba” del 533 para celebrar el aniversario del nacimiento de Jesús. La primera celebración fue la noche del miércoles 21 de agosto de 1935. Hoy día, las celebraciones del cumpleaños de Jesús continúan en todos los entornos imaginables: en salas de estar, parques, embarcaciones, en la cima de una montaña; en salas de reuniones, cabañas sencillas y prisiones.

La Escuela de El libro de Urantia

La Escuela de la Hermandad Urantia comenzó realmente el 3 de abril de 1939, cuando los miembros del Foro pidieron un grupo de estudio en profundidad los miércoles por la noche. Fue conocido como “Los Setenta” porque se apuntaron setenta miembros del Foro la primera noche. La Escuela de la Hermandad Urantia, bajo el Comité de Educación, comenzó en 1955. Casualmente, 70 estudiantes se apuntaron a la escuela. Se tomaron muy en serio el ejemplo de los primeros reveladores que capacitaban a instructores y líderes.

Traducciones

Caroline Brown, miembro del Foro, envió el libro a su amigo Jacques Weiss, de París. El Sr. Weiss puso la revelación en lengua francesa y la publicó en tres volúmenes en 1963. La Fundación Urantia reimprimió la traducción en un solo volumen en 1982.

Internacionalismo

Henry Begemann afirmó: “Bueno, los franceses son sensibles. Los estadounidenses también son sensibles. Pero no quiero criticar; esa no es la forma en que nos entretenemos… Podríamos convertirnos fácilmente en (solo) una Hermandad nacional, en lugar de en una Hermandad internacional”. “Si comenzamos a gobernar en la Hermandad internacionalmente, volvemos al imperialismo, y eso no es lo que enseña El libro de Urantia… Nos servimos los unos a los otros… Nos sentimos tentados fácilmente a sucumbir al nacionalismo”.

Otras traducciones

Han surgido grupos de lectores en muchos países y han formado el núcleo de muchos equipos de traducción. La Fundación Urantia ha publicado las traducciones al finés, holandés, ruso, coreano, español, lituano y portugués. En un futuro cercano se publicarán al italiano y alemán.

Conferencias

Comenzaron a evolucionar encuentros grandes (de 500 a 1.000 lectores) en 1975. Conocidas como Conferencias Generales y Conferencias Internacionales, se celebraban en universidades o complejos turísticos de los EEUU y Canadá. Servían para conectar a nuevos lectores, estimular nuevos grupos de estudio y fomentar oportunidades para que la gente se conociera e hiciera amistades duraderas. Para no quedarse atrás, los grupos locales comenzaron a organizar conferencias regionales. La primera fue en la Brentwood School de Los Ángeles en 1973, a la que siguió rápidamente el evento del lago Eufala de Oklahoma City. Ha habido cientos de encuentros exitosos en los EEUU, Canadá, Europa y América Latina.

Dios es el único fin verdadero, no el libro

Cuando todo está dicho y hecho, El libro de Urantia no ha de ser nuestro énfasis principal. Como Bill Sadler señaló hace años: “Nuestra lealtad y dedicación espiritual principal es hacia el Padre Universal y solo hacia él. El libro mismo no es un fin, sino un medio muy importante para ese fin”. “Podemos ministrar a nuestros hermanos y hermanas hambrientos con o sin el libro. El libro está pensado para acercar a Dios al hombre y al hombre a Dios, y Dios el Padre Universal es el único fin verdadero”.