Cómo participar en el movimiento del evangelio de Jesús

Presentado en San Antonio (Texas, EEUU) el 11 de junio de 2016

Canción
Tienes que conocer bien a Jesús,
Tienes que conocer bien a Jesús,
Tienes que estudiar y rezar y caminar por su camino,
Tienes que conocer bien a Jesús.

Vengo del noreste de Ohio, y puedo decirles que una cosa que me da auténtica satisfacción es cuando LeBron James consigue una asistencia para los Cavaliers de Cleveland. Pasa la pelota de manera excelente al miembro de su equipo que está en la posición, y continúa para hacer canasta.

Es así en el trabajo en equipo del movimiento del evangelio de Jesús. Asistimos al Espíritu de la Verdad cuando otro ser humano aborda, toma o confirma la decisión más importante que una persona toma en su vida.

Para cuando termine esta charla, quiero que todos sepan cómo ayudar al movimiento del evangelio de Jesús. Tengo algunos principios generales que proponer, y algunos ejemplos de cómo hacer las cosas. No me imiten. Simplemente usen mis historias personales para estimularles a ser profetas vivientes a su manera.

Cuando visito diferentes iglesias, mi pregunta favorita para plantearle a la gente es: «¿Qué significa para ti ser un hijo o una hija de Dios?». Y obtengo la más maravillosa variedad de respuestas. Si voy de puerta en puerta, digo simplemente: «Soy tu vecino Jeff, que te anima en la fe de que eres un hijo de Dios». Y luego me quedo en silencio con una sonrisa y dejo que la otra persona responda. La conversación avanza de manera natural a partir de ahí. A veces en un peaje de autopista, pregunto a la persona que toma mi dinero: «¿Podría por favor decirme por dónde se va al… cielo?». Normalmente obtengo una agradable sonrisa y un comentario empático. Innumerables veces le he dicho a la gente: «Eres un hijo de Dios evolutivo y con libre albedrío divinamente creado, infinitamente amado y espiritualmente habitado». Si alguien me pregunta por mí, a veces digo: «Mi lema es que Dios es nuestro Padre y que yo soy tu hermano».

El evangelio de Jesús tiene muchas facetas, y cada faceta es una verdad que atiende a alguna necesidad espiritual esencial. Cuando recopilamos y estudiamos las docenas de afirmaciones del evangelio que están en El libro de Urantia, vemos que el evangelio es una realidad viva que no se puede sistematizar. Una vez publiqué una lista de siete verdades. Hace una semana, escribí una lista con una docena de temas principales, cada uno de los cuales rebosa de potenciales para la realización y la enseñanza espirituales: la paternidad de Dios, la hermandad del hombre, el espíritu interior, el amor, la fe, la vida eterna, la alegría y la libertad, la voluntad de Dios, la oración, la adoración y el servicio. Pero cada uno de ellos es solo una idea en la mente hasta que el espíritu los aviva.

Nuestra fe empieza siendo pequeña. Empieza simplemente creyendo. ¿Cómo llegamos a creer? A menudo sucede así. Oímos a alguien expresar una verdad espiritual central; el espíritu le añade énfasis y nuestra mente la reconoce como intuitivamente cierta. La verdad es un regalo; nuestra intuición es un regalo. Y la fe es un regalo. Es viva y crece. Lo que recibimos como regalo lo ejercemos en la acción. Más adelante, encontramos nuestra propia manera de dar voz a la verdad. Con la práctica, nos sentimos cómodos y expertos.

¿Cómo haremos este trabajo? Voy a darles dos métodos. Ambos implican estudio y experiencia.

El primer método

El primer método tiene tres elementos esenciales. El primero es estudiar el evangelio polifacético de Jesús experiencialmente, con el fin de encontrar al Espíritu de la Verdad en el evangelio.

He aquí un método experiencial para encontrar al Espíritu de la Verdad. Seleccionen una cita en la que Jesús diga qué es el evangelio o qué es el reino. Reflexionen con detalle. Dejen que se hunda en su mente, su corazón y su alma. Reflexionen sobre ella intelectualmente; podrían descubrir significados añadidos en sus palabras clave, al asociarlas con otras enseñanzas de El libro de Urantia. Tómense un tiempo en silencio para permitir que el espíritu les traiga la verdad de esta enseñanza. La parte experiencial implica también poner en práctica esta verdad en su vida diaria. Si tienen un grupo de estudio que esté dispuesto a hacer esto con ustedes, comprométanse a informarles de su experiencia, y vean cómo el trabajo en equipo puede multiplicar su efectividad. A continuación, repitan el proceso con otras enseñanzas que destaquen diferentes facetas del evangelio.

Tomemos la verdad de la paternidad de Dios. Quizá cuando leamos esto o lo escuchemos parezca un poco soso. Lo hemos oído un millón de veces y nos hemos vacunado contra ella. Pero sabemos que hay algo más ahí. Jesús dijo:

“El poderoso Espíritu de la Verdad reside en el evangelio del reino… ” [Documento 178:1.6, página 1930:3];

y dijo que el Espíritu de la Verdad es

“…como yo, a excepción de este cuerpo material.” [Documento 180:4.5, página 1949:1]

Así que sabemos que, escarbando espiritualmente un poco, podemos llegar a ese poder y convicción. Comencemos nuestro estudio experiencial. He aquí una cita que podemos usar. Jesús dice:

“Salid simplemente a proclamar: He aquí el reino de los cielos — Dios es vuestro Padre y vosotros sois sus hijos, y si creéis de todo corazón, esta buena nueva es vuestra salvación eterna.” [Documento 141:6.4, página 1592:6]

Ya no suena soso, ¿verdad?

Ante todo, si queremos conocer a Dios como nuestro Padre, tenemos que relacionarnos con él como hijo o hija… Así que ahí estamos, inmersos en la contemplación, en la relación, en el asombro y la maravilla de Dios… Apenas podemos hablar o pensar porque estamos fuera de la mente y dentro del alma, que anhela e inicia la adoración. Cuando quiero refrescar mi relación con el Padre, a menudo recuerdo los primeros párrafos del documento 1. «El Padre Universal es el Dios de toda la creación, la Fuente-Centro Primera de todas las cosas y de todos los seres.»

Luego voy a la primera lección sobre el pensamiento.

“Pensad primero en Dios como en un creador, luego como en un controlador y finalmente como en un sostén infinito.” [Documento 1:0.1, página 21:1]

El Creador controla su creación ordenándola de acuerdo a leyes inherentes de la materia, la mente y el espíritu; pero estas no son simplemente leyes con las que podamos chocar como ante un muro físico de ladrillos; hay leyes del deber; y el Padre gobierna

“…con el poder predominante de su amor.” [Documento 143:1.4, página 1608.1]

Que no logremos vivir de acuerdo a estas leyes podría ser nuestro fin, pero el amor y la misericordia del sostenedor infinito guían y rehabilitan a las criaturas imperfectas de cara a la aventura eterna.

Como seres humanos, podemos conocer a Dios, recibir el afecto divino y amarlo a nuestra vez. Este es el circuito primario del amor. Necesitamos tomarnos tiempo para dejar que entre el amor del Padre. Y le devolvemos amor. Para entonces, la verdad de la paternidad de Dios está comenzando a brillar con fuerza. Ya no es simplemente un hecho para nosotros; hemos encontrado en ella al Espíritu de la Verdad.

A continuación, estamos listos para nuestra primera lección sobre los sentimientos.

“Las criaturas que conocen a Dios sólo tienen una ambición suprema, un solo deseo ardiente, y es volverse, tal como ellas son en sus esferas, semejantes a como él es en su perfección paradisiaca de personalidad y en su esfera universal de justa supremacía.” [Documento 1:0.3, página 21:3]

Dios nos ama a todos. Si vamos a ser como él, nos dejamos llenar con una actitud dominante de amor, y luego emprendemos la aventura evolutiva de llegar a conocer a las personas y de aprender a amarlas.

El segundo elemento esencial de este método es:

Llegar a conocer a las personas que nos rodean, descubrir sus dificultades espirituales y aprender a amarlas. Este es uno de los privilegios de la hermandad de los hombres. Como maestro de maestros, Jesús hizo un trabajo asombroso de llegar a conocer a las personas. Y él señala el camino para todos nosotros. Si enseñamos en respuesta a una pregunta que nuestros oyentes no han hecho, estamos malgastando aliento. Tenemos que llegar a conocer qué preguntas están haciendo, cuáles son sus preocupaciones, a qué dificultades se están enfrentando. Cito:

Y ahora que el Maestro se ha ido personalmente de este mundo, envía en su lugar a su Espíritu de la Verdad, que está destinado a vivir en el hombre y a exponer de nuevo el mensaje de Jesús para cada nueva generación. Así, cada nuevo grupo de mortales que aparezca sobre la faz de la Tierra tendrá una versión nueva y actualizada del evangelio, precisamente esa iluminación personal y esa guía colectiva que resultará ser una solución eficaz para las dificultades espirituales, siempre nuevas y variadas, del hombre. [Documento 194:2.1, página 2060:6]

Cuanto más llena esté nuestra mente y nuestra alma de las verdades del evangelio polifacético, y cuanto más conozcamos a las personas y grupos con los que hablemos, más fácil será para el Espíritu de la Verdad presentar verdades particulares del evangelio para bendecirlos.

El tercer elemento esencial de este método es establecer una conexión efectiva entre las verdades apropiadas del evangelio y otras dificultades espirituales, de acuerdo con la capacidad de recibirlas. He aquí la cita de Jesús:

“Sed siempre sabios en la elección de vuestros métodos para presentar la buena nueva a las diferentes razas y tribus de la humanidad.” [Documento 191:4.4, página 2042:1]

Todos los apóstoles enseñaron la misma verdad, pero cada uno de ellos lo hizo a su manera. Encuentren su manera, su lenguaje. Jesús les dijo que no citaran a los profetas de antaño ni enseñaran acerca de él o de sus enseñanzas, sino que fueran profetas vivos.

¿Cómo logró Jesús estos elementos esenciales?

Jesús, el maestro de maestros, era la verdad que él enseñaba, y la manera en que enseñó estaba perfectamente unificada con lo que enseñaba. ¿Cómo lo consiguió? Creció de manera equilibrada. Conocemos cómo creció en los documentos 123 al 129, desde la primera infancia de Jesús hasta su vida adulta posterior. Si realizamos un estudio experiencial de estos documentos, podemos hacer lo que llamo crecer con Jesús.

Todo el mundo puede hacerlo. Cito:

“Aunque el mortal medio de Urantia no puede esperar alcanzar la elevada perfección de carácter que adquirió Jesús de Nazaret mientras permaneció en la carne, a todo creyente mortal le es totalmente posible desarrollar una personalidad fuerte y unificada según el modelo perfeccionado de la personalidad de Jesús. La característica incomparable de la personalidad del Maestro no era tanto su perfección como su simetría, su exquisita unificación equilibrada.” [Documento 100:7.1, página 1101:5]

y 

“Unifica la vida, ennoblece el carácter y simplifica la experiencia. Entra en la mente humana para elevarla, transformarla y transfigurarla. Es literalmente cierto que: «Si un hombre tiene a Cristo Jesús dentro de él, es una criatura nueva; las cosas viejas van desapareciendo; y mirad, todas las cosas se vuelven nuevas.” [Documento 100:7.18, página 1103.6]

He aquí cómo crecemos con Jesús. Cuando leemos uno de estos documentos clave, observamos el desarrollo de Jesús. Advertimos aspectos de su carácter que nos gustaría reforzar en nosotros. Así que diseñamos un proyecto experiencial para hacerlo, y descubrimos actividades que nos permiten que ese crecimiento tenga lugar en nosotros.

Es muy útil hacerlo con un grupo de estudio, como descubrí este año con el grupo de estudio Urantia Young Adult Internacional, moderado inicialmente por Antonio Schefer y actualmente por Samantha Nior. Estaba preparado para una experiencia transformadora, y esta lo fue. Después de años de estudio, me di cuenta por primera vez de que el evangelio de Jesús era la verdad que él hizo realidad de manera natural simplemente creciendo de manera bellamente equilibrada. Su evangelio es la verdad profunda de la vida. Y vi surgiendo de manera natural de su vida anterior el principio de receptividad que él enseñó a los apóstoles posteriormente. Hablaré de esto más adelante.

He seleccionado nueve principios para mencionar esta mañana.

Número uno. En el documento que habla sobre la infancia de Jesús, lo primero acerca del desarrollo que leemos es sobre la socialización de Jesús. Necesito crecer en esa área, así que hice un proyecto sobre ello, fui a por ello totalmente, hice una serie de avances y sigo con mi crecimiento.

Número dos. Poco después, en el mismo documento, vemos una referencia a la primera decisión moral personal y de todo corazón de Jesús. Me pregunté, ¿cuántas de mis decisiones morales tienen esa cualidad personal y de todo corazón? Pensé en las funciones de la mente cósmica, en la causalidad, el deber y la adoración, y me di cuenta de que una decisión moral personal y de todo corazón está basada en un entendimiento adecuado del entorno factual, material, causal y evolutivo, y está iluminada también por el valor espiritual que la voluntad de Dios está lista para hacer realidad mediante mis decisiones. Comencé a tomar nuevas decisiones morales, personales y de todo corazón, y refresqué también viejas decisiones que necesitaban renovarse.

Número tres. Jesús participó en la vida religiosa de su gente. En el judaísmo de su tiempo, encontró la verdad que le inspiraba e hizo hincapié en las perlas; pero también encontró enseñanzas y prácticas que ignoraría o que aprendió a tolerar, modificar o desafiar cuando el momento era oportuno. Cuando enseñó a los primeros seis apóstoles, no les enseñó simplemente el nuevo evangelio del reino; también les guió en el estudio de las Escrituras. Pensé: «¿Cuántas veces los estudiantes de El libro de Urantia estudian los escritos que son los más importantes espiritualmente para las personas con las que trabajamos?». Comencé a buscar perlas de las escrituras en los boletines de las Iglesias que me llegaban semanalmente, y subrayaba las perlas, las arrancaba de los boletines después del servicio y las guardaba en mi computadora.

Número 4. Jesús era un estudiante destacado. Incluso en su vida adulta posterior, cuando estaba trabajando en Cafarnaúm, encontró un montón de libros que eran nuevos para él en la biblioteca de la sinagoga, y pasaba cinco noches a la semana estudiando intensamente.

Número 5. Jesús llegó muy lejos en conocer bien a la gente. Era un maestro de maestros hacia el final de sus años de adolescencia. Presten especial atención a esta cita.

Nacido en el mundo como un niño del planeta, ha vivido su vida infantil y ha pasado por las etapas sucesivas de la adolescencia y de la juventud. Ahora se encuentra en el umbral de la plena edad adulta, con la rica experiencia de la vida humana, con la comprensión completa de la naturaleza humana y lleno de compasión por las flaquezas de la naturaleza humana. Se está volviendo experto en el arte divino de revelar su Padre Paradisiaco a las criaturas mortales de todas las edades y de todas las etapas. [Documento 127:6.15, página 1405:7]

Tengan en cuenta la expresión «todas las edades y todas las etapas». Las etapas son los primeros años y los últimos de su infancia:

Los años intermedios, la adolescencia, los primeros años y los últimos de la vida adulta.  Tengan en cuenta que el término «adolescencia» no se refiere a los años intermedios. Adolescencia significa literalmente convertirse en adulto. Implica asentarse para adquirir el conocimiento, las habilidades y los logros del carácter necesarios para actuar como hombres o mujeres responsables de la sociedad. Y tengan en cuenta que las edades y las etapas no se correlacionan. Las personas pueden tener cincuenta años, sesenta o setenta, y aún así no haber alcanzado la madurez de un adulto.

Hablamos de diferente manera a personas de edades diferentes; y hablamos de diferente manera a personas que están en etapas diferentes; y Jesús, el maestro de maestros, pudo revelar al Padre de una manera que reaccionaba simultáneamente a las dos variables. No deberíamos sentirnos abrumados por su logro, sino simplemente comenzar a estar más atentos, quizá estudiando un poco más, y a pasar un rato pensando acerca de estos diferentes grupos. Tengan en cuenta que, en los últimos años de su vida adulta, y de nuevo durante su primer año en Cafarnaúm, Jesús pasaba una noche a la semana con los más jóvenes y una noche con los más viejos. 

Número seis. Los principios más importantes de la enseñanza, en mi opinión, son saciar el apetito y promover el descubrimiento. Jesús lo hizo en parte dando su enseñanza en pequeñas dosis. 

Número siete. Jesús creció ganando experiencia en el ministerio personal antes de comenzar su ministerio público ante un público mayor, e hizo que sus apóstoles siguieran la misma secuencia. En otras palabras: hemos de aprender el tipo de cosas que los primeros apóstoles aprendieron de una persona en una, cara a cara, persona a persona, antes de movernos a la comunicación de masas. 

Número ocho. Jesús dijo:

“Todos los que creen en este evangelio deberían orar sinceramente por la expansión del reino de los cielos.” [Documento 146:2.13, página 1640.2]

Número nueve. Jesús también abría el apetito, de manera que las personas venían a él con sus preguntas por su vida coordinada con la verdad, por su vivir científico integrados y su vivir espiritual en su bella totalidad de rectitud.

He aquí la cita, que tiene importantes implicaciones respecto a cómo hemos de atraer a nuevos lectores.

“En todo lo que hagáis, no os volváis parciales y no os especialicéis con exceso. Los fariseos que buscan nuestra destrucción creen de verdad que están sirviendo a Dios. La tradición los ha limitado tanto, que están cegados por los prejuicios y endurecidos por el miedo. Contemplad a los griegos, que tienen una ciencia sin religión, mientras que los judíos tienen una religión desprovista de ciencia. Cuando los hombres se extravían de esta manera, aceptando una desintegración estrecha y confusa de la verdad, su única esperanza de salvación consiste en coordinarse con la verdad — en convertirse.

“Dejadme expresar enérgicamente esta verdad eterna: Si gracias a vuestra coordinación con la verdad, aprendéis a manifestar en vuestra vida esta hermosa integridad de la rectitud, entonces vuestros semejantes os buscarán para conseguir lo que habéis adquirido así. La cantidad de buscadores de la verdad que se sentirán atraídos hacia vosotros representa la medida de vuestra dotación de la verdad, de vuestra rectitud. La cantidad de mensaje que tenéis que llevar a la gente es, en cierto modo, la medida de vuestro fracaso en vivir la vida plena o recta, la vida coordinada con la verdad.” [Documento 155:1.4-5, página 1726.1-2]

Recursos adicionales

Tengo recursos adicionales para participar en el movimiento del evangelio.

En primer lugar, aquí está mi libro, Living in Truth, Beauty, and Goodness (Vivir en Verdad, Belleza y Bondad), diseñado para ayudarles a desarrollar una vida coordinada con la verdad y la bella totalidad de la rectitud. Para agosto, podrán pedirlo en Cascade Books. Seis u ocho semanas después de su publicación, el libro estará disponible en amazon.com. 

En segundo lugar, está mi nuevo sitio web tipo blog, http://UniversalFamily.org 

En tercer lugar, está mi sitio web para estudiantes de El libro de Urantia: https://sites.google.com/site/ubquestionsandstudies. Allí tengo material para mi Escuela del Evangelio en Internet, más una sección recientemente ampliada sobre cómo compartir de manera sabia El libro de Urantia.

Por último, quiero llamar su atención sobre el próximo módulo de grupo de estudio al que me refería anteriormente. A partir del 2 de julio, llevaremos a cabo el estudio experiencial de técnicas avanzadas de oración, adoración y servicio, con una mirada al evangelio. Aunque soy el instructor principal, Antonio Schefer es el moderador y la persona de contacto. Su correo electrónico se encuentra también en el mismo enlace: conference@Triniteit.org

Un recurso más. Si están pensando en adquirir algo de educación para prepararse y participar en el movimiento del evangelio, por supuesto que quiero hablar con ustedes. 

El profesor de neurociencia y el entusiasta: 

Jeff: Hola, ¿cómo estás? 

Mahtab: Bien, estuvo bien verte en la cafetería esta mañana antes de ir a clase.

Jeff: Sí, tu Introducción a la Neurociencia es realmente una gran clase.…Oye, tengo algo que me gustaría compartir contigo. Unas palabras que has dejado caer en clase me han hecho pensar que quizá estarías abierto a esto. Es este asombroso libro. 

Mahtab: De hecho, conozco ese libro. 

Jeff: Genial, lo encontré hace unos meses. 

Mahtab: ¿Cuánto llevas leído? 

Jeff: Un poco del comienzo de la primera parte; luego salté hasta la cuarta parte, pero con mi educación cristiana, me interesé de manera natural por todo lo de Lucifer y Adán y Eva. La cuarta parte es la que realmente me ha atrapado. Este evangelio es lo que el mundo necesita. Quiero que todos vean este libro. 

Mahtab: ¿Te gustaría aprender a expresar ese evangelio tan bien que lleve a otros a buscar más y quizá finalmente a descubrir el libro? 

Jeff: Claro que me gustaría. ¿Puedes ayudarme? 

Mahtab: El libro tiene muchas enseñanzas que te ayudan a hacerlo; pero hay una cosa principal en la que me gustaría hacer hincapié para empezar. 

Jeff: ¿Qué es? 

Mahtab: El principio de receptividad. 

Jeff: ¿El principio de receptividad? ¿Qué es eso? 

Mahtab: Deja que te dé una cita rápida. “La religión revelada ha de estar siempre limitada por la capacidad del hombre para recibirla.” 

Jeff: Vaya, la tienes memorizada. Impresionante. 

Mahtab: No tanto, estoy leyendo un texto. 

Jeff: ¿Y qué hay de Jesús y la receptividad? 

Mahtab: Se nos dice que, hacia el final de su adolescencia, Jesús se estaba  “volviendo experto en el arte divino de revelar su Padre Paradisiaco a las criaturas mortales de todas las edades y de todas las etapas.” Piensa en lo que implica acerca de cómo Jesús, el maestro de maestros, ajustaba su expresión a los diferentes niveles de receptividad.

En el sermón de la ordenación, Jesús dijo a sus apóstoles que no arrojaran perlas a individuos sin receptividad, que podrían reaccionar agresivamente contra ellos.

Jeff: Es cierto. Algunas personas ahí fuera son muy hostiles a la religión. 

Mahtab: Cuando los apóstoles estaban comenzando su trabajo público, Jesús expresó el principio de receptividad con estas palabras: “Cuando entráis en el reino, nacéis de nuevo. No podéis enseñar las cosas profundas del espíritu a los que sólo han nacido de la carne; primero cuidad de que los hombres nazcan de espíritu, antes de intentar instruirlos en los caminos avanzados del espíritu. No empecéis a mostrar a los hombres las bellezas del templo hasta que no hayan entrado primero dentro del templo.” 

Jeff: Es una imagen vívida, y me llamó la atención la primera vez que lo leí. Es una verdad psicológica que los instructores espirituales necesitan reconocer. Es como que tienes que saber algo de química y biología si quieres llegar lejos con la neurociencia. 

Mahtab: Así es. El principio de receptividad trata sobre equilibrar el idealismo espiritual con el realismo científico. La enseñanza espiritual se vuelve más efectiva cuando está guiada por el entendimiento psicológico, sociológico y personal. ¿Está empezando a volverse claro el principio de receptividad en sus implicaciones? 

Jeff: Sí, profesor. Pero todo esto es tan nuevo para mí que, para ser sincero, apenas lo comprendo. Lo que has dicho suena sensato, pero las implicaciones podrían hacer cambiar mi enfoque. Voy a necesitar orar por ello. 

Mahtab: Bien. Y no se trata solo de la receptividad de otras personas; se trata también de tu receptividad. Si realmente vas a orar profundamente, tengo una recomendación más para ti. Satisface las condiciones desafiantes de la oración efectiva que aparecen al final del documento 91. Como neurocientífico, deseo ofrecerte palabras de precaución. En los documentos del Ajustador del Pensamiento, se nos dice que nuestras razas están «tan ampliamente controladas eléctrica y químicamente, su comportamiento común se parece tanto al de los animales, sus reacciones habituales son tan emotivas, que a los Monitores les resulta extremadamente difícil guiarlas y dirigirlas». Podemos orar rápidamente y sentirnos bien por la respuesta que parecemos obtener; podemos interaccionar y sentirnos bien sobre cómo fueron las cosas. Pero las hormonas que están implicadas típicamente en estas emociones positivas – la oxitocina, la dopamina, la serotonina – todas nos hacen sentir bien, y puedes pensar que tus pensamientos, sentimientos y actos son divinos. Simplemente deseo recordarte que hay varias causas que pueden estimular la producción de esas hormonas. Tienes derecho a sentirte bien si estás haciendo que tu fe sincera busque y encuentre y elija y haga la voluntad de Dios. Pero recuerda no tomar tus emociones positivas como guía fiable de lo bien sintonizado que estás con la vedad, la belleza y la bondad divinas. Un proceso pleno de oración te da una mejor oportunidad de discernir la respuesta de Dios.

Jeff: Es un recordatorio aleccionador. No esperaba que la neurociencia me ayudara a ser mejor compartiendo verdades. 

Mahtab: Si te coordinas con la verdad, integrando ciencia y religión en tu vida diaria, y si aprendes a “manifestar en vuestra vida esta hermosa integridad de la rectitud, entonces vuestros semejantes os buscarán para conseguir lo que habéis adquirido así.” 

Jeff: ¿Estás de broma? ¡Mi capacidad de receptividad está sobrepasada! ¿Quién escribió este texto, de todas formas? 

Mahtab: ¡Dame un abrazo! ¡Mi capacidad de amar está rebosante!

Jeff y Mahtab se abrazan y se vuelven para hacer gestos de abrazar al público.